MITOLOGIA JAPONESA
La mitología japonesa es un sistema extremadamente complejo de creencias. El panteón Shinto por sí solo se jacta de una colección más de 8.000,000 kami (japonés para "dioses" o "espíritus"). A pesar de la influencia de la civilización china antigua, mucho de la religión y mitología japonesa es única. Contiene tradiciones Shinto y budistas así como creencias populares agrícolas. Por otra parte, a diferencia de la mitología griega, nórdica y egipcia, es relativamente difícil distinguir cuál es en verdad un "mito" para los japoneses. Este artículo discutirá solamente los elementos típicos presentes en la mitología occidental tal como cosmogonías, deidades importantes y las historias japonesas más conocidas.
Según lo que esta reconocido actualmente, los mitos japoneses de convencionales se basan en el Kojiki, Nihonshoki y algunos libros complementarios. El Kojiki o el "Expediente de Cosas Antiguas" es el libro más viejo reconocido sobre mitos, leyendas, y la historia de Japón. El Shintoshu explica orígenes de deidades japonesas desde una perspectiva budista mientras que el Hotsuma Tsutae registra una versión substancialmente diferente sobre la mitología.
Un resultado notable de la mitología japonesa es que explica el origen de la familia imperial, y les asigna como descendencia divina. La palabra japonesa para Emperador en Japón, tennō (天皇), significa el "Emperador Divino" (el carácter 天 significa "cielo").
Aizen Myō-ō 愛染明王
En el culto budista Shingon de Japón, el dios Aizen Myō-ō (愛染明王) es una personificación del amor divino que destruye las pasiones malignas. Se le suele representar de color rojo oscuro, con una cabeza y seis brazos que sostienen diversas armas y una corona con una cabeza de león. En los barrios gay de Japón se le considera el patrón del amor.
El mantra de Aizen Myō-ō es:
「おん まかあらぎゃ ばさら うしゅにしゃ ばさらさたば じゃうんばんこ」
(on makaaragya basara ushunisha basarasataba jaunbanko).
Ama no Uzume es la diosa (kami) de la felicidad, la fertilidad y la danza. Ella fue, en gran parte, responsable de la salida de Amaterasu fuera de su caverna.
Amaterasu (天照) o Amateratsu es la diosa del sol en el sintoísmo y la mítica antepasada de la familia imperial de Japón. Su nombre completo es Amaterasu ōmikami (天照大神) y significa diosa gloriosa que brilla en el cielo. Amaterasu nació de Izanagi, el primer hombre que escapó del mundo subterráneo. Con ella nacieron Tsuki-yomi, dios de la luna; y Susano, el dios de la tormenta.
Izangi otorgo a Amaterasu los cielos, a Tsuki-Yomi la noche y a Susano el océano. Susano, se creyó engañado, y se escapó oscuro cobijo de su madre Izanami. Desde allí, propuso a Amaterasu una competencia de la que resultó ganadora la diosa del sol. Entonces él se enfureció, asustándola y ofendiéndola, por lo que ella se retiró a una cueva en el cielo, tapando la entrada con una gran roca. Desde ese momento el mundo se sumergió en una oscuridad profunda, plagándose el mundo de malos espíritus. Los demás dioses temiendo que las tinieblas perduraran para siempre organizaron una fiesta en la puerta de la cueva. El ruido exterior atrajo mucho la cuiosidad de Amatersu, quien salió y se encontró con una diosa brillante y llena de luz. Un segundo después se dio cuenta que era su propio reflejo en el espejo. Amaterasu carece de iconografía, pese a ello se le relaciona con el "Divino espejo".
En el culto shingon del budismo japonés, Daiitoku Myō-ō (大威徳明王) es un dios protector que tiene seis caras, seis piernas y seis brazos que empuñan armas. Cabalga sobre una vaca blanca, y se le venera como el dios de la victoria. Daitoku puede vencer a serpientes venenosas y dragones, y tiene el poder de destruir el mal y crear el bien. Se le sitúa en el oeste.
El mantra de Daiitoku Myō-ō es
「おん あく うん」
(on aku un)
Según lo que esta reconocido actualmente, los mitos japoneses de convencionales se basan en el Kojiki, Nihonshoki y algunos libros complementarios. El Kojiki o el "Expediente de Cosas Antiguas" es el libro más viejo reconocido sobre mitos, leyendas, y la historia de Japón. El Shintoshu explica orígenes de deidades japonesas desde una perspectiva budista mientras que el Hotsuma Tsutae registra una versión substancialmente diferente sobre la mitología.
Un resultado notable de la mitología japonesa es que explica el origen de la familia imperial, y les asigna como descendencia divina. La palabra japonesa para Emperador en Japón, tennō (天皇), significa el "Emperador Divino" (el carácter 天 significa "cielo").
Aizen Myō-ō 愛染明王
En el culto budista Shingon de Japón, el dios Aizen Myō-ō (愛染明王) es una personificación del amor divino que destruye las pasiones malignas. Se le suele representar de color rojo oscuro, con una cabeza y seis brazos que sostienen diversas armas y una corona con una cabeza de león. En los barrios gay de Japón se le considera el patrón del amor.
El mantra de Aizen Myō-ō es:
「おん まかあらぎゃ ばさら うしゅにしゃ ばさらさたば じゃうんばんこ」
(on makaaragya basara ushunisha basarasataba jaunbanko).
Ama no Uzume es la diosa (kami) de la felicidad, la fertilidad y la danza. Ella fue, en gran parte, responsable de la salida de Amaterasu fuera de su caverna.
Amaterasu (天照) o Amateratsu es la diosa del sol en el sintoísmo y la mítica antepasada de la familia imperial de Japón. Su nombre completo es Amaterasu ōmikami (天照大神) y significa diosa gloriosa que brilla en el cielo. Amaterasu nació de Izanagi, el primer hombre que escapó del mundo subterráneo. Con ella nacieron Tsuki-yomi, dios de la luna; y Susano, el dios de la tormenta.
Izangi otorgo a Amaterasu los cielos, a Tsuki-Yomi la noche y a Susano el océano. Susano, se creyó engañado, y se escapó oscuro cobijo de su madre Izanami. Desde allí, propuso a Amaterasu una competencia de la que resultó ganadora la diosa del sol. Entonces él se enfureció, asustándola y ofendiéndola, por lo que ella se retiró a una cueva en el cielo, tapando la entrada con una gran roca. Desde ese momento el mundo se sumergió en una oscuridad profunda, plagándose el mundo de malos espíritus. Los demás dioses temiendo que las tinieblas perduraran para siempre organizaron una fiesta en la puerta de la cueva. El ruido exterior atrajo mucho la cuiosidad de Amatersu, quien salió y se encontró con una diosa brillante y llena de luz. Un segundo después se dio cuenta que era su propio reflejo en el espejo. Amaterasu carece de iconografía, pese a ello se le relaciona con el "Divino espejo".
En el culto shingon del budismo japonés, Daiitoku Myō-ō (大威徳明王) es un dios protector que tiene seis caras, seis piernas y seis brazos que empuñan armas. Cabalga sobre una vaca blanca, y se le venera como el dios de la victoria. Daitoku puede vencer a serpientes venenosas y dragones, y tiene el poder de destruir el mal y crear el bien. Se le sitúa en el oeste.
El mantra de Daiitoku Myō-ō es
「おん あく うん」
(on aku un)
En el culto shingon del budismo japonés, Daiitoku Myō-ō (大威徳明王) es un dios protector que tiene seis caras, seis piernas y seis brazos que empuñan armas. Cabalga sobre una vaca blanca, y se le venera como el dios de la victoria. Daitoku puede vencer a serpientes venenosas y dragones, y tiene el poder de destruir el mal y crear el bien. Se le sitúa en el oeste.
El mantra de Daiitoku Myō-ō es
「おん あく うん」
(on aku un)
En la mitología japonesa, Fottei es el dios protector de la salud, las riquezas y la población.
Se representa con el vientre excesivamente abultado.
En el culto budista Shingon en Japón, el dios Fudō Myō-ō (不動明王) es el más importante de los reyes de la sabiduría. Con la mano derecha empuña una espada flamígera, y con la izquierda sujeta una cuerda para atar a los demonios. Se le sitúa en el centro, entre los otros cuatro dioses situados en los cuatro puntos cardinales.
El mantra de Fudō Myō-ō es:
「なーまくさーまんだーば さらなんかん」
(Naamakusaamandaaba saranankan)
En el culto shingon del budismo japonés, el dios protector Gundari Myō-ō (軍荼利明王) tiene tres caras amenazadoras y ocho brazos, la mayoría de los cuales empuñando armas. Se le representa con serpientes deslizándose por su cuello y piernas. Está situado en el sur.
El mantra de Gundari Myō-ō es:
「おん あみりてい うんぱった」
(on amiritei unpatta)
En el culto shingon del budismo japonés, el dios protector Gōzanze Myō-ō (降三世明王) tiene tres caras amenazadoras y ocho brazos, y es enemigo de la ingenuidad y de la ira. Se le sitúa en el este.
El mantra de Gōzanze Myō-ō es:
「おん にそむば ばさらうんぱった」
(on nisomuba basaraunpatta)
El mantra de Daiitoku Myō-ō es
「おん あく うん」
(on aku un)
En la mitología japonesa, Fottei es el dios protector de la salud, las riquezas y la población.
Se representa con el vientre excesivamente abultado.
En el culto budista Shingon en Japón, el dios Fudō Myō-ō (不動明王) es el más importante de los reyes de la sabiduría. Con la mano derecha empuña una espada flamígera, y con la izquierda sujeta una cuerda para atar a los demonios. Se le sitúa en el centro, entre los otros cuatro dioses situados en los cuatro puntos cardinales.
El mantra de Fudō Myō-ō es:
「なーまくさーまんだーば さらなんかん」
(Naamakusaamandaaba saranankan)
En el culto shingon del budismo japonés, el dios protector Gundari Myō-ō (軍荼利明王) tiene tres caras amenazadoras y ocho brazos, la mayoría de los cuales empuñando armas. Se le representa con serpientes deslizándose por su cuello y piernas. Está situado en el sur.
El mantra de Gundari Myō-ō es:
「おん あみりてい うんぱった」
(on amiritei unpatta)
En el culto shingon del budismo japonés, el dios protector Gōzanze Myō-ō (降三世明王) tiene tres caras amenazadoras y ocho brazos, y es enemigo de la ingenuidad y de la ira. Se le sitúa en el este.
El mantra de Gōzanze Myō-ō es:
「おん にそむば ばさらうんぱった」
(on nisomuba basaraunpatta)
Izanagi, en el shintoísmo, es el cielo primordial que, junto con su mujer Izanami, creó el mundo.
Izanami, en el shintoísmo, es una diosa primordial y mujer del dios Izanagi. Junto con él creó el mundo.
Kami (神) es la palabra en japonés para aquellas entidades que son adoradas en el shintoísmo.
Aunque la palabra se suele traducir a veces como "dios" o "deidad", los estudiantes de Shinto apuntan a que dicha traducción podría producir una grave equivocación del término (Ono). En algunos casos, como en Izanagi e Izanami, los kami pueden ser deidades personificadas, similares a los dioses de la Grecia Antigua o de la Roma Antigua. En otros casos, como el fenómeno de crecimiento, objetos naturales, los espíritus que habitan los árboles o las fuerzas de la naturaleza, entender la palabra kami como "dios" o "deidad" da lugar a una mala interpretación.
En su uso en el shintoísmo, la palabra es un honor para los espíritus sagrados y nobles que implica un sentimiento de adoración por sus virtudes y autoridad. Ya que todos los seres tienen dichos espíritus, los humanos, como el resto de seres, pueden ser considerados kami o serlo potencialmente. De cualquier manera, debido a que los japoneses nunca usan un título honorífico para referirse a sí mismo o a un grupo al que pertenecen, no es muy frecuente que un humano normal sea referido como un kami (Ono).
Ya que el idioma japonés no distingue normalmente el número gramatical (singular o plural) de un nombre, no está claro normalmente cuando kami se refiere a una sola entidad o a un conjunto de éstas. Cuando es absolutamente necesario escribirlo en plural se puede emplear el término kami-gami (神々). Los kami femeninos pueden ser llamados megami (女神) en ciertas circunstancias. También se suele decir que existen Yaoyorozu-no-kami (八百万の神), o kami de 8 millones (en japonés, este número a menudo implica un número infinito).
Kojiki o Furujotofumi (古事記) es el libro histórico más viejo que se conserva relativo a la historia de Japón. Literalmente, significa "registro de cosas antiguas". Éste menciona a otra compilación más vieja que se dice que ha sido destruida por el fuego.
Según el prólogo, el libro fue presentado por O no Yasumaro basándose en una historia memorizada por Hieda no Are en 712 bajo la orden de la Corte Imperial. Al Kojiki le sigue el Nihonshoki.
El Kojiki no cuenta la historia oficial como lo haría el Nihonshoki. Sin contar el Kojiki, ninguna otra historia ha afirmado ser compilada tras una orden oficial. Esto ha llevado a algunos a decir que el Kojiki fue una falsifiación que realmente apareció mucho más tarde que el Nihonshoki pero dicha teoría tiene muy poco respaldo.
La historia del Kojiki empieza con la creación del mundo a manos de los kami (dioses) Izanagi e Izanami y finaliza con la era de la emperatriz Suiko. Contiene varios mitos y leyendas de Japón, además de algunas canciones. Mientras que los registros históricos y los mitos están escritos en alguna forma de chino con una fuerte mezcla de elementos japoneses, las canciones están escritas con caracteres chinos usados para transmitir sólo los sonidos. Este peculiar uso de los caracteres chinos es llamado Manyogana, y se requiere un conocimiento de dicha especialidad para compredender las canciones. Están escritas en un dialecto de la zona de Yamato entre el siglo VII y el VIII, un idioma denominado Jōdai Nihongo (lit. "japonés de la edad alta").
El libro está divido en tres partes: Kamitsumaki ("trozo superior"), Nakatsumaki ("trozo medio") y Shimotsumaki ("trozo bajo").
El Kamitsumaki incluye el prólogo y se centra en las deidades que hiceron Japón y los nacimientos de varios dioses.
El Nakatsumaki empieza con la historia del Emperador Jimmu, el primer Emperador de Japón, y su conquista de Japón, y termina con el decimoquinto Emperador, Ojin. Muchas de las historias que contiene son mitológicas y la supuesta información histórica que hay no es muy fiable. Por razones desconocidas, desde el segundo y hasta el noveno, los Emperadores son nombrados pero sus logros faltan en buena medida.
El Shimotsumaki cubre desde el decimosexto al trigésimo tercer Emperador, y al contrario que los volúmenes previos, tiene unas referencias muy limitadas a las interacciones con los dioses que eran tan notables en los dos primeros. Las informaciones concernientes desde el vigésimo segundo al trigésimo tercero también faltan en gran parte.
En el período Edo, Motoori Norinaga estudió el Kojiki intensamente. Los resultados de dicho estudio fueron publicados en su Kojiki-den (comentarios al Kojiki). Fue en el período Edo cuando se afirmó por primera vez que el libro había sido falsificado después de cuando supuestamente había sido escrito.
En el culto shingon del budismo japonés, el dios protector Kongō-Yasha Myō-ō (金剛夜叉明王) tiene tres caras amenazadoras y seis brazos (o una cara y cuatro brazos), y representa la fuerza. Se le sitúa en el norte.
El mantra de Kongō-Yasha Myō-ō es:
「おん ばさらやきしゃ うん」
(on basarayakisha un)
En la mitología japonesa Kunitokotatchi (国之常立神) es una caña que surgió del caos, soberano eterno de la Tierra.
Izanami, en el shintoísmo, es una diosa primordial y mujer del dios Izanagi. Junto con él creó el mundo.
Kami (神) es la palabra en japonés para aquellas entidades que son adoradas en el shintoísmo.
Aunque la palabra se suele traducir a veces como "dios" o "deidad", los estudiantes de Shinto apuntan a que dicha traducción podría producir una grave equivocación del término (Ono). En algunos casos, como en Izanagi e Izanami, los kami pueden ser deidades personificadas, similares a los dioses de la Grecia Antigua o de la Roma Antigua. En otros casos, como el fenómeno de crecimiento, objetos naturales, los espíritus que habitan los árboles o las fuerzas de la naturaleza, entender la palabra kami como "dios" o "deidad" da lugar a una mala interpretación.
En su uso en el shintoísmo, la palabra es un honor para los espíritus sagrados y nobles que implica un sentimiento de adoración por sus virtudes y autoridad. Ya que todos los seres tienen dichos espíritus, los humanos, como el resto de seres, pueden ser considerados kami o serlo potencialmente. De cualquier manera, debido a que los japoneses nunca usan un título honorífico para referirse a sí mismo o a un grupo al que pertenecen, no es muy frecuente que un humano normal sea referido como un kami (Ono).
Ya que el idioma japonés no distingue normalmente el número gramatical (singular o plural) de un nombre, no está claro normalmente cuando kami se refiere a una sola entidad o a un conjunto de éstas. Cuando es absolutamente necesario escribirlo en plural se puede emplear el término kami-gami (神々). Los kami femeninos pueden ser llamados megami (女神) en ciertas circunstancias. También se suele decir que existen Yaoyorozu-no-kami (八百万の神), o kami de 8 millones (en japonés, este número a menudo implica un número infinito).
Kojiki o Furujotofumi (古事記) es el libro histórico más viejo que se conserva relativo a la historia de Japón. Literalmente, significa "registro de cosas antiguas". Éste menciona a otra compilación más vieja que se dice que ha sido destruida por el fuego.
Según el prólogo, el libro fue presentado por O no Yasumaro basándose en una historia memorizada por Hieda no Are en 712 bajo la orden de la Corte Imperial. Al Kojiki le sigue el Nihonshoki.
El Kojiki no cuenta la historia oficial como lo haría el Nihonshoki. Sin contar el Kojiki, ninguna otra historia ha afirmado ser compilada tras una orden oficial. Esto ha llevado a algunos a decir que el Kojiki fue una falsifiación que realmente apareció mucho más tarde que el Nihonshoki pero dicha teoría tiene muy poco respaldo.
La historia del Kojiki empieza con la creación del mundo a manos de los kami (dioses) Izanagi e Izanami y finaliza con la era de la emperatriz Suiko. Contiene varios mitos y leyendas de Japón, además de algunas canciones. Mientras que los registros históricos y los mitos están escritos en alguna forma de chino con una fuerte mezcla de elementos japoneses, las canciones están escritas con caracteres chinos usados para transmitir sólo los sonidos. Este peculiar uso de los caracteres chinos es llamado Manyogana, y se requiere un conocimiento de dicha especialidad para compredender las canciones. Están escritas en un dialecto de la zona de Yamato entre el siglo VII y el VIII, un idioma denominado Jōdai Nihongo (lit. "japonés de la edad alta").
El libro está divido en tres partes: Kamitsumaki ("trozo superior"), Nakatsumaki ("trozo medio") y Shimotsumaki ("trozo bajo").
El Kamitsumaki incluye el prólogo y se centra en las deidades que hiceron Japón y los nacimientos de varios dioses.
El Nakatsumaki empieza con la historia del Emperador Jimmu, el primer Emperador de Japón, y su conquista de Japón, y termina con el decimoquinto Emperador, Ojin. Muchas de las historias que contiene son mitológicas y la supuesta información histórica que hay no es muy fiable. Por razones desconocidas, desde el segundo y hasta el noveno, los Emperadores son nombrados pero sus logros faltan en buena medida.
El Shimotsumaki cubre desde el decimosexto al trigésimo tercer Emperador, y al contrario que los volúmenes previos, tiene unas referencias muy limitadas a las interacciones con los dioses que eran tan notables en los dos primeros. Las informaciones concernientes desde el vigésimo segundo al trigésimo tercero también faltan en gran parte.
En el período Edo, Motoori Norinaga estudió el Kojiki intensamente. Los resultados de dicho estudio fueron publicados en su Kojiki-den (comentarios al Kojiki). Fue en el período Edo cuando se afirmó por primera vez que el libro había sido falsificado después de cuando supuestamente había sido escrito.
En el culto shingon del budismo japonés, el dios protector Kongō-Yasha Myō-ō (金剛夜叉明王) tiene tres caras amenazadoras y seis brazos (o una cara y cuatro brazos), y representa la fuerza. Se le sitúa en el norte.
El mantra de Kongō-Yasha Myō-ō es:
「おん ばさらやきしゃ うん」
(on basarayakisha un)
En la mitología japonesa Kunitokotatchi (国之常立神) es una caña que surgió del caos, soberano eterno de la Tierra.
Kusanagi-no-tsurugi (草薙の劍) es una espada legendaria japonesa tan importante para la Historia de Japón como Excalibur para la Historia de Gran Bretaña. Su nombre real es Ame no Murakumo no Tsurugi (天叢雲劍, «Espada del cielo de las nubes en racimo») pero es más conocida como Kusanagi («cortadora de hierba», o más probablemente «espada de (la) serpiente»). También se puede llamar Tsumugari no Tachi (都牟刈の太刀). La Kusanagi real seguramente se trate de una espada del estilo de la edad de bronce: corta, derecha y de doble filo; muy diferente de la más reciente katana, con un solo filo con forma curva. Puede ser empuñada con una o ambas manos.
La historia de Kusanagi se extiende hasta la leyenda. De acuerdo con el libro Kojiki, el dios japonés Susanoo se encontró con una familia afligida dirigida por Ashi na Zuchi de camino a la provincia de Izumo. Cuando Susanoo le preguntó a Ashi na Zuchi, le dijo que su familia estaba siendo devastada por la terrible serpiente de ocho cabezas de la provincia de Koshi, que consumió siete de las ocho hijas de la familia y que la criatura estaba yendo detrás de la octava, Kushinada. Susanoo se dispuso a investigar al monstruo, y tras un encuentro abortado, volvió con un plan para derrotarlo. A cambio, pidió la mano de Kushinada para casarse, lo cual se le concedió. La transformó temporalmente en un peine para tener su compañía en la batalla y detalló su plan.
Supervisó la preparación de ocho tinajas de sake que se deberían poner en plataformas individuales posicionadas detrás de una cerca con ocho puertas. La criatura mordió el anzuelo y pasó cada una de sus cabezas a través de las diferentes puertas. Aprovechando la distracción, Susanoo atacó y mató a la bestia. Decapitó cada cabeza y después continuó por las colas. En la cuarta cola, descubrió una espada grande dentró del cuerpo, a la que llamó Murakumo-no-Tsurugui y que presentó a la diosa Amaterasu para zanjar una vieja deuda.
Generaciones más tarde, bajo el reinado del XII emperador, Keikō, la espada fue dada al gran guerrero Yamato Takeru como parte de un par de regalos dados por su tía Yamato Hime, la doncella del santuario Ise, para proteger a su sobrino en tiempos de peligro.
Esos regalos vinieron bien cuando Yamato Takeru fue engañado para acudir a un campo abierto durante una expedición de caza de un señor de la guerra traidor. El susodicho tenía flechas ardientes para prender la hierba y atrapar a Yamato Takeru en el campo y que así se quemase hasta la muerte. También mató al caballo del guerrero para impedirle escapar. Desesperado, Yamato Takeru usó a Murakakumo no Tsurugui para cortar la hierba y apartar el combustible del fuego, pero al hacerlo, descubrió que la espada le permitía controlar el viento y moverlo en la dirección de su oscilación. Empleando la ventaja de esta magia, Yamato Takeru usó su otro regalo —los arpones de fuego— para hacer crecer al fuego en la dirección del tirano y sus hombres, y así controlar los vientos con la espada para dirigir las llamaradas hacia ellos. Al triunfar, Yamato Takeru renombró la espada como Kusanagi (cortadora de hierba) para conmemorar su trabajada victoria. Con el paso del tiempo, Yamato Takeru se casó y murió en una batalla contra un monstruo, después de ignorar el consejo de sus esposa de llevar a Kusanagi con él.
Aunque esta es la teoría más popular de cómo Kusanagi tomó su nombre, los investigadores están de acuerdo de que es seguramente falsa. En japonés antiguo, kusa significa espada y nagi significa serpiente. Así, una teoría alternativa es que Kusanagi significa "espada de la serpiente".
En tiempos históricos, el Emperador tenía una espada real con el nombre de Kusanagi. Sin embargo, en 688, fue llevada al santuario Atsuta desde el palacio, después de que la espada fuera culpada de ser la causante de la enfermedad del Emperador Temmu. Junto con la joya Magatama y el espejo, es uno de los tres tesoros sagrados de Japón, la espada representando la virtud del valor.
A día de hoy, Kusanagi aún permanece en el santuario Atsuta, aunque no está expuesta al público. Existen diversas teorías sobre su estado actual:
Esta teoría sugiere que, de acuerdo con varios expedientes, nunca ha sido movida del santuario Atsuta y que continúa guardada en un lugar secreto. Se tiene constancia que durante el período Edo, un sacerdote de Shinto afirmó haber visto la espada. Según él mismo, la espada era de unos 84 centímetros de largo, con forma de cálamo aromático, en color blanco metálico, y en buen estado. Otro texto dice que dicho sacerdote murió de la maldición y el poder de la espada, pero ésta es seguramente una historia que fue extendida para enfatizar el poder y el carácter mítico de Kusanagi.
En tiempos recientes, la cadena de televisión japonesa NHK fue al santuario Atsuta para grabar imágenes de la espada. De cualquier manera, aunque no aceptaron enseñarla, no negaron que estuviera allí. Esta teoría afirma que la espada ha ido estropeándose con el tiempo y que está en mal estado.
Teoría de la réplica: Esta teoría sugiere que la actual Kusanagi es realmente una réplica de la original. Hay diferentes razones para afirmar esto.
Una de ellas es que en la batalla de Dan-no-ura, una batalla naval que culminó con la derrota de las fuerzas del clan Heike y del joven Emperador Antoku a manos de Minamoto no Yoshitsune, la espada se perdió en el mar. Al enterarse de la derrota de la Armada, la abuela del Emperador lo condujo junto a su séquito al sucidio, ahogándose en las aguas del estrecho junto a las insignias imperiales: la espada, la joya y el espejo. Y aunque las tropas de Minamoto consiguieron parar a un puñado de ellos y recuperar dos de los tres tesoros sagrados, se dijo que Kusanagi había sido perdida para siempre. De acuerdo con varios registros históricos, el X Emperador, Sujin, había ordenado la creación de una réplica de Kusanagi. Sin embargo, esta información sólo fue hecha pública después de que se supiera que la espada había sido robada. La casa imperial afirmó que fue la réplica la que había sido tomada, pero eso es tan probable como que la réplica fue fabricada después de los hechos para reemplazar a la espada irrecuperable. La espada fue robada otra vez en el siglo VI por un monje chino. Aunque se divulgó en su momento que su barco se hundió en el agua y que la espada llegó a tierra en Ise, donde fue recuperada por sacerdotes de Shinto. Así, la espada actual pudo ser hasta tres veces quitada de su lugar original.
Está escrito que el clan Inbe le dieron a la Emperatriz Jitō un espejo y una espada que llevaron al santuario Ise y que esos son dos de las tres insignias imperiales. De cualquier manera, la mayor debilidad de esta teoría es que como la encarnación de kami, ni siquiera el Emperador podría haberse llevado la espada sin una ceremonia formal, y no hay constancia en el santuario Atsuta de que dichas ceremonias fueran celebradas. Además, la espada que la Emperatriz Jitō recibió es realmente Sugari no Ontachi (須賀利御太刀) que es hecha en cada ascensión del emperador, y el espejo Yata es un objeto diferente por la misma razón.
Al igual que pasa con Excalibur, la gran fama que acarrea Kusanagi la ha hecho popular apareciendo en varias obras de ficción. Dicha aparición normalmente señala la cercanía del final de la historia, ya que es el objeto más poderoso, junto a la lanza divina Amenonuhoko, que fue usada para crear las islas de Japón. Pero al contrario que Excalibur, es raro que un personaje la llegue usar en combate, ya que es un arma ceremonial. En lugar de eso, se enfatizan más sus propiedades mágicas como en el origen mítico: proveer al que la lleva del poder de controlar el viento, y es una de las armas más poderosas para apoyar en la realización de prodigios. Con frecuencia se la representa erróneamente como una katana, ya que ambas son armas japonesas.
La historia de Kusanagi se extiende hasta la leyenda. De acuerdo con el libro Kojiki, el dios japonés Susanoo se encontró con una familia afligida dirigida por Ashi na Zuchi de camino a la provincia de Izumo. Cuando Susanoo le preguntó a Ashi na Zuchi, le dijo que su familia estaba siendo devastada por la terrible serpiente de ocho cabezas de la provincia de Koshi, que consumió siete de las ocho hijas de la familia y que la criatura estaba yendo detrás de la octava, Kushinada. Susanoo se dispuso a investigar al monstruo, y tras un encuentro abortado, volvió con un plan para derrotarlo. A cambio, pidió la mano de Kushinada para casarse, lo cual se le concedió. La transformó temporalmente en un peine para tener su compañía en la batalla y detalló su plan.
Supervisó la preparación de ocho tinajas de sake que se deberían poner en plataformas individuales posicionadas detrás de una cerca con ocho puertas. La criatura mordió el anzuelo y pasó cada una de sus cabezas a través de las diferentes puertas. Aprovechando la distracción, Susanoo atacó y mató a la bestia. Decapitó cada cabeza y después continuó por las colas. En la cuarta cola, descubrió una espada grande dentró del cuerpo, a la que llamó Murakumo-no-Tsurugui y que presentó a la diosa Amaterasu para zanjar una vieja deuda.
Generaciones más tarde, bajo el reinado del XII emperador, Keikō, la espada fue dada al gran guerrero Yamato Takeru como parte de un par de regalos dados por su tía Yamato Hime, la doncella del santuario Ise, para proteger a su sobrino en tiempos de peligro.
Esos regalos vinieron bien cuando Yamato Takeru fue engañado para acudir a un campo abierto durante una expedición de caza de un señor de la guerra traidor. El susodicho tenía flechas ardientes para prender la hierba y atrapar a Yamato Takeru en el campo y que así se quemase hasta la muerte. También mató al caballo del guerrero para impedirle escapar. Desesperado, Yamato Takeru usó a Murakakumo no Tsurugui para cortar la hierba y apartar el combustible del fuego, pero al hacerlo, descubrió que la espada le permitía controlar el viento y moverlo en la dirección de su oscilación. Empleando la ventaja de esta magia, Yamato Takeru usó su otro regalo —los arpones de fuego— para hacer crecer al fuego en la dirección del tirano y sus hombres, y así controlar los vientos con la espada para dirigir las llamaradas hacia ellos. Al triunfar, Yamato Takeru renombró la espada como Kusanagi (cortadora de hierba) para conmemorar su trabajada victoria. Con el paso del tiempo, Yamato Takeru se casó y murió en una batalla contra un monstruo, después de ignorar el consejo de sus esposa de llevar a Kusanagi con él.
Aunque esta es la teoría más popular de cómo Kusanagi tomó su nombre, los investigadores están de acuerdo de que es seguramente falsa. En japonés antiguo, kusa significa espada y nagi significa serpiente. Así, una teoría alternativa es que Kusanagi significa "espada de la serpiente".
En tiempos históricos, el Emperador tenía una espada real con el nombre de Kusanagi. Sin embargo, en 688, fue llevada al santuario Atsuta desde el palacio, después de que la espada fuera culpada de ser la causante de la enfermedad del Emperador Temmu. Junto con la joya Magatama y el espejo, es uno de los tres tesoros sagrados de Japón, la espada representando la virtud del valor.
A día de hoy, Kusanagi aún permanece en el santuario Atsuta, aunque no está expuesta al público. Existen diversas teorías sobre su estado actual:
Esta teoría sugiere que, de acuerdo con varios expedientes, nunca ha sido movida del santuario Atsuta y que continúa guardada en un lugar secreto. Se tiene constancia que durante el período Edo, un sacerdote de Shinto afirmó haber visto la espada. Según él mismo, la espada era de unos 84 centímetros de largo, con forma de cálamo aromático, en color blanco metálico, y en buen estado. Otro texto dice que dicho sacerdote murió de la maldición y el poder de la espada, pero ésta es seguramente una historia que fue extendida para enfatizar el poder y el carácter mítico de Kusanagi.
En tiempos recientes, la cadena de televisión japonesa NHK fue al santuario Atsuta para grabar imágenes de la espada. De cualquier manera, aunque no aceptaron enseñarla, no negaron que estuviera allí. Esta teoría afirma que la espada ha ido estropeándose con el tiempo y que está en mal estado.
Teoría de la réplica: Esta teoría sugiere que la actual Kusanagi es realmente una réplica de la original. Hay diferentes razones para afirmar esto.
Una de ellas es que en la batalla de Dan-no-ura, una batalla naval que culminó con la derrota de las fuerzas del clan Heike y del joven Emperador Antoku a manos de Minamoto no Yoshitsune, la espada se perdió en el mar. Al enterarse de la derrota de la Armada, la abuela del Emperador lo condujo junto a su séquito al sucidio, ahogándose en las aguas del estrecho junto a las insignias imperiales: la espada, la joya y el espejo. Y aunque las tropas de Minamoto consiguieron parar a un puñado de ellos y recuperar dos de los tres tesoros sagrados, se dijo que Kusanagi había sido perdida para siempre. De acuerdo con varios registros históricos, el X Emperador, Sujin, había ordenado la creación de una réplica de Kusanagi. Sin embargo, esta información sólo fue hecha pública después de que se supiera que la espada había sido robada. La casa imperial afirmó que fue la réplica la que había sido tomada, pero eso es tan probable como que la réplica fue fabricada después de los hechos para reemplazar a la espada irrecuperable. La espada fue robada otra vez en el siglo VI por un monje chino. Aunque se divulgó en su momento que su barco se hundió en el agua y que la espada llegó a tierra en Ise, donde fue recuperada por sacerdotes de Shinto. Así, la espada actual pudo ser hasta tres veces quitada de su lugar original.
Está escrito que el clan Inbe le dieron a la Emperatriz Jitō un espejo y una espada que llevaron al santuario Ise y que esos son dos de las tres insignias imperiales. De cualquier manera, la mayor debilidad de esta teoría es que como la encarnación de kami, ni siquiera el Emperador podría haberse llevado la espada sin una ceremonia formal, y no hay constancia en el santuario Atsuta de que dichas ceremonias fueran celebradas. Además, la espada que la Emperatriz Jitō recibió es realmente Sugari no Ontachi (須賀利御太刀) que es hecha en cada ascensión del emperador, y el espejo Yata es un objeto diferente por la misma razón.
Al igual que pasa con Excalibur, la gran fama que acarrea Kusanagi la ha hecho popular apareciendo en varias obras de ficción. Dicha aparición normalmente señala la cercanía del final de la historia, ya que es el objeto más poderoso, junto a la lanza divina Amenonuhoko, que fue usada para crear las islas de Japón. Pero al contrario que Excalibur, es raro que un personaje la llegue usar en combate, ya que es un arma ceremonial. En lugar de eso, se enfatizan más sus propiedades mágicas como en el origen mítico: proveer al que la lleva del poder de controlar el viento, y es una de las armas más poderosas para apoyar en la realización de prodigios. Con frecuencia se la representa erróneamente como una katana, ya que ambas son armas japonesas.
En la mitología japonesa, Maristino es el nombre que recibe una divinidad adorada como uno de los dioses de la guerra.
Se le dedican grandes fiestas anuales en el mes de Abril y antiguamente se celebraban, además, simulacros de guerra.
Momotaro (桃太郎) es el protagonista de uno los cuentos tradicionales más famosos de Japón. Cuenta la historia de una pareja de ancianos que no puede tener hijos y un día son bendecidos con un niño que nace del interior de un durazno melocotón gigante que sus padres adoptivos encuentran flotando en un río. De ahí su nombre: momo (桃, durazno o melocotón?) taro (nombre con el que se define a un varon).
Al crecer el personaje principal, se convierte en un gran héroe cuando decide recuperar un tesoro que está en Onigashima (la isla de los demonios (鬼, oni?)). En su camino se encuentra con varios animales, un faisán, un perro y un mono que gracias a la generosidad que muestra el muchacho con ellos, se le unen en su travesía. Viaja a una isla habitada por demonios (鬼, oni?), acaba con ellos y salva a los lugareños de sus fechorías.
Hace mucho, mucho tiempo, en algún lugar vivía una pareja de ancianos. Un día el anciano salió a la montaña a recoger leña mientras que la ancianita fue al río para lavar ropa, en eso un enorme melocotón bajaba por el río, aguas abajo. Ella lo recogió y se lo llevó a casa. El anciano al llegar a casa se sorprendió al ver tan enorme melocotón! y dijo: "¡Qué melocotón tan grande!, ¿lo cortamos? y la anciana contestó: "¡Sí, vamos a cortarlo!". En ese momento el melocotón empezó a moverse y de su interior salió un niño. Los ancianos se sorprendieron al ver a un niño salir de aquel enorme melocotón, y a la vez, una gran alegría los embargó al ver en él al hijo que no tenían. "¡Lo llamaremos Momotaro! porque nació de un "momó" (*1) Momotaro comía mucho y creció fuerte y robusto. Nadie podía rivalizar con él, pero había algo que preocupaba a los ancianos, éste no pronunciaba ni una sola palabra. Por esos días unos demonios estaban causando alboroto y cometiendo fechorías por todo el pueblo. Ante eso, Momotaro pensaba dentro de sí: "¡Esta situación no lo puedo tolerar!". Un día, de repente comenzó a hablar y dijo a sus padres: "¡Voy a subyugar a los demonios! Por favor ayúdenme con los preparativos para mi salida." Los ancianos se quedaron sorprendidos al escuchar por primera vez la voz de Momotaro. El anciano, luego de reponerse de la sorpresa, se dirigió a Momotaro diciéndole: "Hijo, es mejor que desistas de hacer cosas tan peligrosas". Pero los ancianos al ver la determinación de Momotaro, decidieron ayudarle en lo posible con su empresa. Le entregaron ropas nuevas y de alimento la ancianita le había preparado "kibi dango" (*2). Momotaro partió hacia la isla de los demonios. Los ancianos rezaban a dios para que su hijo se encontrara sano y salvo. Este se encontró en el camino con un perro. El perro le dijo: "¡Oiga! Déme un "dango" por favor. Si me lo da le ayudo". Momotaro le entregó un "dango" y empezaron a caminar juntos. Momentos después se encontraron con un mono, el cual pidió a Momotaro lo mismo que el perro. Momotaro tomó un "dango" y se lo entregó, y los tres empezaron la marcha nuevamente. En el camino a la isla del demonio, encontraron a un faisán, el cual pidió lo mismo que los anteriores y se unió al grupo. Pasaron unos días y llegaron por fin a la "isla de los demonios". El faisán realizó un vuelo de reconocimiento y al volver dijo:"Ahora todos están tomando Sake (*3)". Momotaro pensó que era una buena ocasión y dijo:"Vamos". Pero no podían entrar porque el portón estaba cerrado. En ese momento el mono saltó el portón y abrió la cerradura. Los cuatro entraron a la vez y los demonios quedaron sorprendidos al verlos. El perro mordió a un demonio, el mono arañó a otro mientras que el faisán picoteaba a un tercero. Momotaro dio un cabezazo al jefe de los demonios y le dijo: "¡Ya no hagan cosas malas!". Los demonios contestaron: "¡Nunca más lo haremos!, ¡perdónanos!". Momotaro los perdonó y recobró el tesoro robado, volviendo a casa sano y salvo con sus amigos. Momotaro estaba muy contento de haber realizado su sueño. ¡Y colorín colorado este cuento se ha acabado!
(*1) "momó" : melocotón en japonés. (*2) "kibi dango" : bola hervida de harina de mijo, parecida a una pequeña albóndiga (*3) "sake" : es un licor japonés elaborado con arroz.
Los myō-ō (明王, reyes de la sabiduría) son deidades protectoras en el culto budista Shingon en el Japón. Son conocidos en la India como Vidyaraja. Se les representa con expresiones feroces y empuñando toda clase de armas: esto es así para subyugar a los espíritus malvados y amenazar a aquéllos que no aceptan las enseñanzas.
Los myō-ō son originalmente hindúes, y fueron introducidos en el Japón en el siglo IX. Representan la sabiduría del Buda, y guardan los cuatro puntos cardinales y el centro.
Los myō-ō más importantes son los Godai Myō-ō (los Cinco Grandes Reyes de la Sabiduría):
* Daiitoku Myō-ō
* Fudō Myō-ō
* Gōzanze Myō-ō
* Gundari Myō-ō
* Kongō-Yasha Myō-ō
Otros dioses son:
* Aizen Myō-ō
En la mitología japonesa, Ninigi (ニニギ) o Ninigi no Mikoto era el nieto de Amaterasu, quién lo envió a la tierra para plantar arroz. Era el abuelo del Emperador Jimmu.
Se le dedican grandes fiestas anuales en el mes de Abril y antiguamente se celebraban, además, simulacros de guerra.
Momotaro (桃太郎) es el protagonista de uno los cuentos tradicionales más famosos de Japón. Cuenta la historia de una pareja de ancianos que no puede tener hijos y un día son bendecidos con un niño que nace del interior de un durazno melocotón gigante que sus padres adoptivos encuentran flotando en un río. De ahí su nombre: momo (桃, durazno o melocotón?) taro (nombre con el que se define a un varon).
Al crecer el personaje principal, se convierte en un gran héroe cuando decide recuperar un tesoro que está en Onigashima (la isla de los demonios (鬼, oni?)). En su camino se encuentra con varios animales, un faisán, un perro y un mono que gracias a la generosidad que muestra el muchacho con ellos, se le unen en su travesía. Viaja a una isla habitada por demonios (鬼, oni?), acaba con ellos y salva a los lugareños de sus fechorías.
Hace mucho, mucho tiempo, en algún lugar vivía una pareja de ancianos. Un día el anciano salió a la montaña a recoger leña mientras que la ancianita fue al río para lavar ropa, en eso un enorme melocotón bajaba por el río, aguas abajo. Ella lo recogió y se lo llevó a casa. El anciano al llegar a casa se sorprendió al ver tan enorme melocotón! y dijo: "¡Qué melocotón tan grande!, ¿lo cortamos? y la anciana contestó: "¡Sí, vamos a cortarlo!". En ese momento el melocotón empezó a moverse y de su interior salió un niño. Los ancianos se sorprendieron al ver a un niño salir de aquel enorme melocotón, y a la vez, una gran alegría los embargó al ver en él al hijo que no tenían. "¡Lo llamaremos Momotaro! porque nació de un "momó" (*1) Momotaro comía mucho y creció fuerte y robusto. Nadie podía rivalizar con él, pero había algo que preocupaba a los ancianos, éste no pronunciaba ni una sola palabra. Por esos días unos demonios estaban causando alboroto y cometiendo fechorías por todo el pueblo. Ante eso, Momotaro pensaba dentro de sí: "¡Esta situación no lo puedo tolerar!". Un día, de repente comenzó a hablar y dijo a sus padres: "¡Voy a subyugar a los demonios! Por favor ayúdenme con los preparativos para mi salida." Los ancianos se quedaron sorprendidos al escuchar por primera vez la voz de Momotaro. El anciano, luego de reponerse de la sorpresa, se dirigió a Momotaro diciéndole: "Hijo, es mejor que desistas de hacer cosas tan peligrosas". Pero los ancianos al ver la determinación de Momotaro, decidieron ayudarle en lo posible con su empresa. Le entregaron ropas nuevas y de alimento la ancianita le había preparado "kibi dango" (*2). Momotaro partió hacia la isla de los demonios. Los ancianos rezaban a dios para que su hijo se encontrara sano y salvo. Este se encontró en el camino con un perro. El perro le dijo: "¡Oiga! Déme un "dango" por favor. Si me lo da le ayudo". Momotaro le entregó un "dango" y empezaron a caminar juntos. Momentos después se encontraron con un mono, el cual pidió a Momotaro lo mismo que el perro. Momotaro tomó un "dango" y se lo entregó, y los tres empezaron la marcha nuevamente. En el camino a la isla del demonio, encontraron a un faisán, el cual pidió lo mismo que los anteriores y se unió al grupo. Pasaron unos días y llegaron por fin a la "isla de los demonios". El faisán realizó un vuelo de reconocimiento y al volver dijo:"Ahora todos están tomando Sake (*3)". Momotaro pensó que era una buena ocasión y dijo:"Vamos". Pero no podían entrar porque el portón estaba cerrado. En ese momento el mono saltó el portón y abrió la cerradura. Los cuatro entraron a la vez y los demonios quedaron sorprendidos al verlos. El perro mordió a un demonio, el mono arañó a otro mientras que el faisán picoteaba a un tercero. Momotaro dio un cabezazo al jefe de los demonios y le dijo: "¡Ya no hagan cosas malas!". Los demonios contestaron: "¡Nunca más lo haremos!, ¡perdónanos!". Momotaro los perdonó y recobró el tesoro robado, volviendo a casa sano y salvo con sus amigos. Momotaro estaba muy contento de haber realizado su sueño. ¡Y colorín colorado este cuento se ha acabado!
(*1) "momó" : melocotón en japonés. (*2) "kibi dango" : bola hervida de harina de mijo, parecida a una pequeña albóndiga (*3) "sake" : es un licor japonés elaborado con arroz.
Los myō-ō (明王, reyes de la sabiduría) son deidades protectoras en el culto budista Shingon en el Japón. Son conocidos en la India como Vidyaraja. Se les representa con expresiones feroces y empuñando toda clase de armas: esto es así para subyugar a los espíritus malvados y amenazar a aquéllos que no aceptan las enseñanzas.
Los myō-ō son originalmente hindúes, y fueron introducidos en el Japón en el siglo IX. Representan la sabiduría del Buda, y guardan los cuatro puntos cardinales y el centro.
Los myō-ō más importantes son los Godai Myō-ō (los Cinco Grandes Reyes de la Sabiduría):
* Daiitoku Myō-ō
* Fudō Myō-ō
* Gōzanze Myō-ō
* Gundari Myō-ō
* Kongō-Yasha Myō-ō
Otros dioses son:
* Aizen Myō-ō
En la mitología japonesa, Ninigi (ニニギ) o Ninigi no Mikoto era el nieto de Amaterasu, quién lo envió a la tierra para plantar arroz. Era el abuelo del Emperador Jimmu.
OWata-TsuMi (también conocido como Shio-Zuchi —El viejo hombre de las mareas—) en el sintoísmo es el más importante de los muchos dioses marinos. Fue creado cuando Izanagi se lavó en el mar, tras volver de la Tierra de la Oscuridad. Es el dominador de los peces y de todos los seres vivientes del mar y además es quien controla las mareas. Tiene el poder de controlar cualquier criatura que nade en el mar (incluyendo a los hombres) y puede mover las aguas del océano a su antojo. En su forma verdadera es un tremendo dragón serpiente de color verde, pero se encuentra igualmente cómodo tomando la forma de un viejo hombre con agallas. O-Wata-Tsu-Mi vive en un gran palacio en el fondo del mar.
Por lo general, O-Wata-Tsu-Mi es una deidad benevolente. Regula las mareas de una forma tan regular que permite a los hombres predecir sus movimientos y evitar su daños. Cuando alguien visita su palacio se comporta como un buen anfitrión. Los augurios de O-Wata-Tsu-Mi son llevados normalmente por su mensajero, un monstruo marino llamado Wani, aunque pueden también llegar a los hombres en forma de mareas violentas o extrañas.
Onigashima (鬼ヶ島), literalmente “isla de Onis,” es una isla mítica que esta infestada de los Onis (seres similares a ogros o demonios). Esta isla aparece prominente en el cuento japonés tradicional de Momotarō.
Según la mitología japonesa Onoroko (オノゴロ島) es la primera isla creada por Izanagi e Izanami barajando el océano con una lanza con piedras preciosas. Los dos construyeron encima una casa con una columna en medio que es el pilar del mundo. La pareja la rodeó y al encontrarse se prometieron en matrimonio. Es donde concibieron a Hiruko.
Raijin (雷神) es el dios de los truenos y rayos en la mitología japonesa concretamente en la religión shinto; su nombre deriva de los kanjis japoneses rai (雷、trueno) y shin (神、dios). Suele ser representado junto a Fujin el dios del viento.
También es conocido por otros nombres:
* Kaminari-sama: kaminari (雷, Trueno) y -sama (様, una partícula honorífica)
* Raiden-sama: rai (雷, Trueno), den (電, Electricidad), y -sama
* Narukami: naru (鳴, Crepitar) and kami (神, Dios)
Normalmente aparece como un demonio tocando un tambor(taiko) para crear truenos. Las creencias tradicionales atribuyen el fracaso de los mongoles en su intento de invadir Japón en 1274 a una tormenta o llamada normalmente kamikaze (神風、viento divino) creado por el.
Raijin ha entrado en la cultura occidental (más bien en la cultura pop) con el juego de acción Mortal Kombat donde aparece un personaje basado en Raijin (llamado Rayden). Éste es el personaje protector del reino Earthrealm. Es del lado bueno, aunque en el juego Mortal Kombat: Deception se convierte en malo; harto de tener que corregir todos los errores que cometen los humanos. Se supone que vuelve al lado bueno en Mortal Kombat Armageddon. También aparece en otros contextos como la película Golpe en la pequeña China junto a otros dioses orientales.
Los shisa (シーサー) son seres mitológicos japoneses típicos de la cultura Ryukyu presente en la prefectura de Okinawa. Generalmente se encuentran representados sentados o agazapados, y formando parejas, en las cuales uno de ellos presenta la boca abierta y el otro cerrada, atribuyéndoseles género masculino y femenino respectivamente. Tradicionalmente el ejemplar izquierdo era llamado perro guarda, el derecho, era, concretamente, el llamado shisa.
En la cultura de las islas Ryukyu se colocan flanqueando las puertas de entrada o sobre el tejado frontal de la casa, donde juegan un papel protector como guardianes contra los malos espíritus (ver Shintoísmo).
Originalmente los shisa se colocaban sobre los tejados de palacios, templos, y otros edificios donde se asentaban los poderes imperiales o locales. El uso de Shisa como talismán se difundió en la población de okinawa a finales del siglo XIX, cuando se levantó la prohibición del uso de tejas rojas a plebeyos. También es habitual su uso en los flancos de las puertas.
Los shisa son un animal, mezcla entre león y perro que muy probablemente sean, al igual que los koma-inu, una derivación local de los perros de Fu chinos, propios del Budismo.
Estas figurillas suelen fabricarse en cerámica o yeso, estos últimos suelen contar con motivos humorísticos.
La leyenda: En cierta ocasión, un emisario enviado a China regresó de uno de sus viajes, a la corte, en el castillo de Shuri, trayendo un regalo para el rey: Una gargantilla con una pequeña figura de un shīsā. Al rey le pareció adorable, y se puso la gargantilla bajo su ropa. Entonces, sucedió que en la bahía del puerto de Naha, en la aldea de Madanbashi, un dragón marino aterrorizaba a la población, devorando a los habitantes y destrozando edificios y cultivos. Un día, mientras el rey visitaba la pequeña aldea, ocurrió uno de los ataques del dragón marino y toda la gente corrió a refugiarse. A la sacerdotisa del pueblo (noro), se le había revelado en un sueño que debía convencer al rey para que permaneciese de pie en la playa, sujetando en alto la pequeña figura del shīsā hacia el dragón. Envió entonces a un muchacho llamado Chiba para que advirtiese al rey de lo que debía hacer. Cuando el rey se enfrentó al monstruo con el shīsā en alto, un tremendo rugido envolvió la aldea. Un rugido tan profundo y poderoso que incluso el dragón se sorprendió. Entonces, un gigantesco pedrusco cayó del cielo y aplastó la cola del dragón. El dragón no podía moverse, y finalmente murió. Con el tiempo, la piedra y los restos del dragón quedaron cubiertos por la vegetación y pueden verse hoy en día en los bosques de Gana-mui, cerca del puente Ohashi de Naha. Desde entonces, la gente del pueblo fabricó muchos shīsā de piedra para protegerles del espírituo del dragón y de cualquier otra amenaza.
Los siete dioses de la fortuna (七福神, shichi fukujin) son los siete dioses de la buena suerte en el folclore japonés y a menudo tienen su lugar en grabados netsuke y otras representaciones.
Muchos dioses japoneses fueron transmitidos de la India a China, y de ahí a Japón, entre ellos los siete (shichi) dioses ya citados. Otra diosa, Kichijōten, suele estar representada junto con los siete dioses tradicionales.
Como suele ocurrir en el folclore, los dioses japoneses a veces representan cosas distintas en distintos lugares.
Cada uno de ellos se caracteriza por un determinado atributo:
1. Ebisu, dios de pescadores y mercaderes, suele representarse llevando un bacalao.
2. Daikokuten (Daikoku), dios de la abundancia y el comercio. Suele estar junto a Ebisu y es un motivo recurrente en los grabados y máscaras de pequeños comercios.
3. Bishamonten, dios de los guerreros identificado con el dios hindú Vaiśrāvana.
4. Benzaiten (Benten-sama), diosa del conocimiento, las artes y la belleza, identificada con la diosa hindú Sarasvatī.
5. Fukurokuju, dios de la felicidad, la riqueza y la longevidad.
6. Hotei, dios gordo y feliz de la abundancia y la buena salud.
7. Jurōjin, dios de la longevidad.
Susanoo (須佐之男) , en el shintoísmo, es el dios del mar o de las tormentas, y las batallas. Es el hermano de Amaterasu, la diosa del Sol. Este dios se califica a veces de brutal y a veces de considerado. El Kojiki y el Nihonshoki tienen escrita su legendaria represión de un monstruo de serpiente llamada Yamata-no-Orochi, en el país de Izumo. Ambos libros lo describen como un antecesor del linaje imperial. En contraste, algunos folklores lo consideran como un dios nativo o un cabeza de un pueblo de Izumo.Por lo general, O-Wata-Tsu-Mi es una deidad benevolente. Regula las mareas de una forma tan regular que permite a los hombres predecir sus movimientos y evitar su daños. Cuando alguien visita su palacio se comporta como un buen anfitrión. Los augurios de O-Wata-Tsu-Mi son llevados normalmente por su mensajero, un monstruo marino llamado Wani, aunque pueden también llegar a los hombres en forma de mareas violentas o extrañas.
Onigashima (鬼ヶ島), literalmente “isla de Onis,” es una isla mítica que esta infestada de los Onis (seres similares a ogros o demonios). Esta isla aparece prominente en el cuento japonés tradicional de Momotarō.
Según la mitología japonesa Onoroko (オノゴロ島) es la primera isla creada por Izanagi e Izanami barajando el océano con una lanza con piedras preciosas. Los dos construyeron encima una casa con una columna en medio que es el pilar del mundo. La pareja la rodeó y al encontrarse se prometieron en matrimonio. Es donde concibieron a Hiruko.
Raijin (雷神) es el dios de los truenos y rayos en la mitología japonesa concretamente en la religión shinto; su nombre deriva de los kanjis japoneses rai (雷、trueno) y shin (神、dios). Suele ser representado junto a Fujin el dios del viento.
También es conocido por otros nombres:
* Kaminari-sama: kaminari (雷, Trueno) y -sama (様, una partícula honorífica)
* Raiden-sama: rai (雷, Trueno), den (電, Electricidad), y -sama
* Narukami: naru (鳴, Crepitar) and kami (神, Dios)
Normalmente aparece como un demonio tocando un tambor(taiko) para crear truenos. Las creencias tradicionales atribuyen el fracaso de los mongoles en su intento de invadir Japón en 1274 a una tormenta o llamada normalmente kamikaze (神風、viento divino) creado por el.
Raijin ha entrado en la cultura occidental (más bien en la cultura pop) con el juego de acción Mortal Kombat donde aparece un personaje basado en Raijin (llamado Rayden). Éste es el personaje protector del reino Earthrealm. Es del lado bueno, aunque en el juego Mortal Kombat: Deception se convierte en malo; harto de tener que corregir todos los errores que cometen los humanos. Se supone que vuelve al lado bueno en Mortal Kombat Armageddon. También aparece en otros contextos como la película Golpe en la pequeña China junto a otros dioses orientales.
Los shisa (シーサー) son seres mitológicos japoneses típicos de la cultura Ryukyu presente en la prefectura de Okinawa. Generalmente se encuentran representados sentados o agazapados, y formando parejas, en las cuales uno de ellos presenta la boca abierta y el otro cerrada, atribuyéndoseles género masculino y femenino respectivamente. Tradicionalmente el ejemplar izquierdo era llamado perro guarda, el derecho, era, concretamente, el llamado shisa.
En la cultura de las islas Ryukyu se colocan flanqueando las puertas de entrada o sobre el tejado frontal de la casa, donde juegan un papel protector como guardianes contra los malos espíritus (ver Shintoísmo).
Originalmente los shisa se colocaban sobre los tejados de palacios, templos, y otros edificios donde se asentaban los poderes imperiales o locales. El uso de Shisa como talismán se difundió en la población de okinawa a finales del siglo XIX, cuando se levantó la prohibición del uso de tejas rojas a plebeyos. También es habitual su uso en los flancos de las puertas.
Los shisa son un animal, mezcla entre león y perro que muy probablemente sean, al igual que los koma-inu, una derivación local de los perros de Fu chinos, propios del Budismo.
Estas figurillas suelen fabricarse en cerámica o yeso, estos últimos suelen contar con motivos humorísticos.
La leyenda: En cierta ocasión, un emisario enviado a China regresó de uno de sus viajes, a la corte, en el castillo de Shuri, trayendo un regalo para el rey: Una gargantilla con una pequeña figura de un shīsā. Al rey le pareció adorable, y se puso la gargantilla bajo su ropa. Entonces, sucedió que en la bahía del puerto de Naha, en la aldea de Madanbashi, un dragón marino aterrorizaba a la población, devorando a los habitantes y destrozando edificios y cultivos. Un día, mientras el rey visitaba la pequeña aldea, ocurrió uno de los ataques del dragón marino y toda la gente corrió a refugiarse. A la sacerdotisa del pueblo (noro), se le había revelado en un sueño que debía convencer al rey para que permaneciese de pie en la playa, sujetando en alto la pequeña figura del shīsā hacia el dragón. Envió entonces a un muchacho llamado Chiba para que advirtiese al rey de lo que debía hacer. Cuando el rey se enfrentó al monstruo con el shīsā en alto, un tremendo rugido envolvió la aldea. Un rugido tan profundo y poderoso que incluso el dragón se sorprendió. Entonces, un gigantesco pedrusco cayó del cielo y aplastó la cola del dragón. El dragón no podía moverse, y finalmente murió. Con el tiempo, la piedra y los restos del dragón quedaron cubiertos por la vegetación y pueden verse hoy en día en los bosques de Gana-mui, cerca del puente Ohashi de Naha. Desde entonces, la gente del pueblo fabricó muchos shīsā de piedra para protegerles del espírituo del dragón y de cualquier otra amenaza.
Los siete dioses de la fortuna (七福神, shichi fukujin) son los siete dioses de la buena suerte en el folclore japonés y a menudo tienen su lugar en grabados netsuke y otras representaciones.
Muchos dioses japoneses fueron transmitidos de la India a China, y de ahí a Japón, entre ellos los siete (shichi) dioses ya citados. Otra diosa, Kichijōten, suele estar representada junto con los siete dioses tradicionales.
Como suele ocurrir en el folclore, los dioses japoneses a veces representan cosas distintas en distintos lugares.
Cada uno de ellos se caracteriza por un determinado atributo:
1. Ebisu, dios de pescadores y mercaderes, suele representarse llevando un bacalao.
2. Daikokuten (Daikoku), dios de la abundancia y el comercio. Suele estar junto a Ebisu y es un motivo recurrente en los grabados y máscaras de pequeños comercios.
3. Bishamonten, dios de los guerreros identificado con el dios hindú Vaiśrāvana.
4. Benzaiten (Benten-sama), diosa del conocimiento, las artes y la belleza, identificada con la diosa hindú Sarasvatī.
5. Fukurokuju, dios de la felicidad, la riqueza y la longevidad.
6. Hotei, dios gordo y feliz de la abundancia y la buena salud.
7. Jurōjin, dios de la longevidad.
Tanabata: Festividad japonesa celebrada el 7 de julio, coincidiendo con el séptimo día del séptimo mes en su origen mes lunar, pero desde el cambio de calendario es el séptimo mes solar. Su origen está en una leyenda china sobre el encuentro de dos estrellas, Altair Kengyuu (牽牛, Kengyuu?) y Vega Shokujo (織女, Shokujo?), también conocida como Orihine (織姫, Orihine?), que están separadas durante el resto del año por la Vía Láctea (天の河, amanogawa?). En la era de Nara esta costumbre es introducida desde china dentro de la nobleza por medio de la religión. En la era Edo se empezó a adornar los árboles de Bambú con recortes de papeles coloridos donde se escriben poemas ó peticiones. Que se cumplirán en el plazo de un año.
Shokujo (織女, Shokujo?) era la hija del señor del Cielo (天帝, Tentei?) que vivía al este de la Vía Láctea (天の河, ama no gawa?) estaba siempre tejiendo ropa. Esta se enamoró y se casó con un pastor, Kengyuu (牽牛, Kengyuu?), del otro extremo de la vía láctea. Pero Shokujo (織女, Shokujo?) descuidó su tarea de tejedora y Tentei (天帝, Tentei?)ordenó que solo se viesen una vez al año, durante la séptima noche del séptimo mes. Esa noche el barquero de la luna lleva a Shokujo (織女, Shokujo?) junto a su marido Kengyuu (牽牛, Kengyuu?). Si Shokujo (織女, Shokujo?) no ha terminado sus tareas el señor del Cielo (天帝, Tentei?) hará que llueva y se inunde el río (refiriéndose a la Vía Láctea) por lo que la barca no podrá ir. Si eso ocurre Kasasagi (unas urracas) forman un puente para que pueda cruzar a ver a su marido. En esa fecha los enamorados suelen regalar un anillo a su amada.Esto es un poco curioso ya que los japoneses (desde nuestro punto de vista occidental)son bastante cohibidos y sienten verguenza de mostrar sus sentimientos, incluso en privado.
Existe una canción que se canta en esta festividad:
Sasa no ha sara-sara
nokiba ni yureru.
Ohoshi-sama kirakira,
kingin sunago.
Goshiki no tanzaku,
watashi ga kaita.
Ohoshi-sama kirakira,
sora kara miteru.
Tengu (天狗) es un demonio dentro de los elementos del folclore y mitología japonesa que suelen tener forma animaloide. Sus características son su cara color rojo, y su prolongada nariz. En algunos rubros populares, se relaciona a esta entidad con el concepto de extranjeros en Japón.
El templo de Takao al oeste de Tokio es uno de los templos con más tengus de Japón.
Yamata-no-Orochi (ヤマタノオロチ, 八岐大蛇) es un monstruo de la mitología japonesa. Está descrito en los libros sintoístas Kojiki y Nihonshoki como una deidad que vivía en la zona llamada "Torikami", en el país de Izumo. Aunque también se dice que es una "versión" japonesa de la Hidra de Lerna. Tiene ocho cabezas y ocho colas, por lo cual se le llama "Yamata". "Orochi" significa "serpiente gigante", y suele venerarse como la deidad de la montaña en el shintoísmo.
En una región llamada Torikami, arriba del río Hi-no-kawa de la antigua tierra de Izumo, un príncipe santo bajó expulsado del cielo: Takama-ga-hara. El hijo de Izanagi y hermano de la diosa del Sol, Amaterasu, se llamaba Susanowo-no-mikoto. Al llegar al río, vio un palito (para comer) pasar flotando, y así siguió su paso río arriba pensando que habría gente viviendo allí. Al poco tiempo encontró a un matrimonio anciano sollozando con una muchacha a su lado. El dios les preguntó quiénes eran y qué les pasaba. El anciano le contestó: "Soy un hijo del dios del país Oyamatsumi-no-kami y me llamo Ashinazuchi. Mi esposa es Tenazuchi, y nuestra hija Kushinada".
También le explicó que Orochi dominaba la provincia, y pedía sacrificios de vírgenes.
"Teníamos ocho hijas, pero Yamata-no-Orochi se las tragó una a una cada año, y sólo nos queda nuestra hija menor. Y ahora el monstruo viene a buscarla. Por eso estamos llorando así".Susano'o le preguntó: "¿Qué forma tiene Yamata-no-Orochi?". El anciano respondió; "Sus ojos son rojos como alquequenjes, y tiene un cuerpo con ocho cabezas y ocho colas. Su tamaño llega a ocupar ocho valles y ocho colinas. Su panza siempre está inflamada y cubierta con sangre". Aunque en ninguna de sus representaciones, Yamata aparece de cuerpo completo.
Susanowo, que se había enamorado de la joven, le dijo: "¿Me dejará casarme con su hija si la salvo?". El hombre le contestó: "Le agradezco su interés, pero aún no conozco su nombre". "Soy el hermano de Amaterasu-Omikami. Y acabo de bajar de Takama-ga-hara", se le respondió. La pareja le dijo: "Oh, si usted se digna hacer esto, nuestra hija es suya". Susanowo convirtió a la chica en una peineta sagrada y se la puso en el cabello, y dijo: "Preparen un licor bien destilado. Rodeen su casa con cercas, y haganles ocho puertas y ocho palcos. Dejen una copa en cada palco, echen el licor, y esperen".
Lo prepararon todo tal y como Susanowo les ordenó, y esperaron. Al rato apareció Yamata-no-Orochi. Inmediadamente Orochi metió sus cabezas a las copas y bebió. Quedó emborrachado y se durmió allí. Entoncés Susanowo sacó su espada de un metro (Totsuka-no-tsurugi) y cortó a la serpiente en pedazos. El río se manchó de sangre. Cuando cortó la cola del medio, su espada se desportilló. Extrañado, rajó la cola con la punta del filo, y dentro descubrió otra espada, Murakumo-No-Tsurugi, que más tarde sería llamada Kusanagi (草薙,Cortadora de Hierba) por Yamato Takeru. A continuación, tomó esa espada y obsequió a Amaterasu con ella, contándole lo ocurrido.
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