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miércoles, 4 de abril de 2007

MITOS JAPONESES // DOS HISTORIAS

Amaterasu y Susano
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Investidura de las tres divinidades

En ese momento, el augusto Izanagi se regocijó en gran manera y dijo: “Yo, engendrando hijo tras hijo, por última generación he obtenido tres vástagos ilustres”; inmediatamente, alzando y repicando y sacudiendo el cordón de joyas que formaba su augusto collar, se lo otorgó a Amaterasu-no-mikoto, diciendo: “Que tu augusta persona gobierne la Llanura de los Altos Cielos”. Y con este encargo, se lo entregó. Y este augusto collar era llamado el Dios de la tablilla de la augusta cámara de los tesoros. Luego dijo al augusto Tsuki-yomi-no-mikoto: “Que tu augusta persona gobierne el reino de las noches”. Y, así, le concedió este cargo. Luego, dijo a Susano-wo-no-mikoto: “Que tu augusta persona gobierne la Llanura de los Mares”.

Amaterasu y Tsuki-yomi aceptan sus tareas obedientemente, tomando posesión de sus respectivos dominios. Pero Susano se pone a llorar, aullar y gritar. Izanagi le pregunta la causa de su aflicción, y Susano contesta que no quiere gobernar las aguas sino ir a la tierra en la que vivía su madre, Izanami. Encolerizado, Izanagi destierra a Susano y a continuación se retira, tras haber terminado su misión divina. Según una versión del mito, subió al cielo, donde vive en el “Palacio Más Joven del Sol”. Se dice que está encerrado en Taga (prefectura de Shiga, Honshû).

Mientras, Susano anuncia que va a despedirse de su hermana, Amaterasu, y se lanza hacia los cielos creando la confusión en toda la naturaleza.


El desafío de las deidades hermanas

Entonces, Amaterasu, alarmada por este alboroto, dijo: “La razón por la cual ha subido hasta aquí mi augusto hermano no procede, ciertamente, de un buen corazón. Unicamente pretende arrebatarme el territorio”. Inmediatamente, tras soltar su cabellera, la trenzó en augustos moños; y al mismo tiempo enrolló un cordón lleno de magatama* , de ocho pies de largo y con quinientas joyas, en los augustos moños izquierdo y derecho, como también en su tocado e igualmente en sus brazos izquierdo y derecho; y tras colgar a sus espaldas un carcaj de mil flechas además de otro carcaj de quinientas, y tomar y ceñir asimismo a su costado un poderoso y sonoro protecor del codo, blandió su espada y sostuvo el arco, cuya parte superior temblaba, bien derecho, y golpeando con el pie, hundió el duro suelo hasta la altura de sus muslos abiertos, aplastándolo como si se tratara de nieve, y se mantuvo firme valientemente como un hombre poderoso, y en la espera le preguntó: “¿Por qué has subido hasta aquí?”.

Los preparativos parecen anunciar una formidable batalla; sin embargo, Susano asegura que no alberga malas intenciones, y para probarlo propone a la diosa un juramento que establecerá su mutua fe. El texto no aclara el juramento, pero a juzgar por lo que sucede luego, y también recurriendo al Nihon Shoki, podemos esclarecer la apuesta: un concurso de reproducción, en donde vencería aquel que diese a luz deidades masculinas, o bien, aquel que engendrase más divinidades. Si Susano ganaba, su hermana debería admitir la pureza de sus propósitos.

Las dos divinidades, separadas por Amanogawa [El Río del Cielo* ], intercambian las palabras de compromiso e inician la competición. Para empezar, Amaterasu le pidió a su hermano la espada; la rompió en tres trozos, los masticó y al escupir aparecieron tres hermosas diosas. A continuación, Susano cogió las largas hileras de magatama que Amaterasu llevaba alrededor de los moños, de la frente y en los brazos, y las dispersó soplando, creando de este modo cinco dioses, entre ellos aquel llamado Oshi-homimi.

Amaterasu expresa entonces, cuáles de estos dioses, según su origen, deberán ser considerados como hijos del uno o del otro. Susano se autoproclama vencedor, pero Amaterasu indica que los dioses masculinos han sido creados a partir de sus pertenencias y que, por tanto, ella era la ganadora. Este hecho reviste una gran trascendencia, ya que los emperadores japoneses eran “descendientes” de Ame-no-Oshi-homimi y por tanto, se consideran nietos de Amaterasu, y no de Susano. Este, sin embargo, se niega a aceptarlo, y desencadena inmediatamente mil violencias, cuyo resultado conforma el episodio central de esta mitología.


Las devastaciones de Susano

Entonces, Susano dijo a Amaterasu: “Gracias a la pureza de mi corazón, yo, al engendrar hijos, he alcanzado la victoria”. Y con estas palabras y la impetuosidad de la victoria, destrozó las separaciones de los arrozales divinos que había dispuesto Amaterasu, cegó los canales de irrigación, y además vertió excrementos en el palacio donde ella degustaba el Gran Alimento* . Y aunque él se comportó de este modo, Amaterasu, sin hacerle ningún reproche, le dijo: “Esto, que parece que son excrementos, debe de ser algo que mi augusto hermano mayor habrá vomitado en su embriaguez. Por lo que respecta a las separaciones de los arrozales y a los canales, sin duda las ha hecho porque le duele la tierra que estas cosas ocupan”. A pesar de que ella le excusaba con estas palabras, Susano siguió perpetrando sus malas acciones y se volvió violento en extremo* .

Hallándose Amaterasu sentada en la hilandería sagrada, Susano perforó el techo de la sala y arrojó por la abertura un caballo celestial que había despellejado. Al ver esto, las tejedoras de los augustos ropajes, asustadas, se clavaron las lanzaderas de los telares en lo más profundo de sus cuerpos y murieron* . Entonces, Amaterasu, aterrada con esta visión, cerró la puerta de Ama-no-iwato [Cueva de las Rocas Celestiales], la fijó sólidamente y se recluyó en su interior* .

La crisis divina

Inmediatamente, Takamagahara quedó sumida en la más completa oscuridad y lo mismo le ocurrió al País Central de la Llanura de Juncos. A causa de esto, reinó la noche eterna. Allí en lo alto, con el ruido de diez mil dioses pululando como las moscas de la quinta luna, diez mil calamidades surgieron simultáneamente. Por ello, las ochocientas * miríadas de divinidades se reunieron en divina asamblea en el lecho seco de Amanogawa, para discutir la forma de convencer a Amaterasu de que abandonara su escondite.

El sabio dios Omoi-kane-no-kami [El que acumula los pensamientos], hijo de una de las divinidades primordiales, Taka-mi-musuhi, ofreció una solución: reunieron a las aves de largo canto de la noche eterna y las hicieron cantar* . Como aquello no dio solución, las divinidades concibieron una complicada estratagema: tomaron duras rocas del río Amanogawa, y hierro de las celestes Montañas de Metal, y convocaron al forjador Ama-tsu-ma-ra* ; encargaron al augusto Ihi-kori-dome que fabricara un espejo con esos materiales; encargaron al augusto Tama-no-ya que fabricara un collar de joyas de quinientas magatama y una longitud de ocho pies; mandaron llamar al augusto Ame-no-koyane y al augusto ­Futo-tama y les ordenaron arrancar los omóplatos de un gamo del celeste monte Kagu y extraer la corteza de los árboles del celeste monte Kagu para practicar una adivinación* ; arrancaron de raíz un augusto árbol de sakaki * del celeste monte Kagu, y colocaron sobre sus ramas superiores el collar de quinientas magatama, sobre las ramas intermedias el espejo de ocho pies, y en sus ramas inferiores sedosas ofrendas blancas y azules* .

El augusto Futo-tama tomó y guardó todo aquello con las grandes y augustas ofrendas* , y el augusto Ame-no-koyane pronunció con ardor unas palabras rituales, mientras el dios Ama-no-tachikara-wo [Varón de fuertes manos] se mantenía oculto cerca de la puerta de Ama-no-iwato; entonces, la diosa Ame-no-uzume * [Mujer temible del cielo], hizo una guirnalda con flores para su cabeza, formó con hojas de bambú enano del monte Kagu un ramillete para sus manos, subió sobre una “tabla sonora” y pateó hasta hacerla retumbar y, comportándose como poseída por un dios, dejó al descubierto sus pechos, haciendo deslizar luego el cordón de su traje por debajo de su cintura* .

Entonces, las ochocientas miríadas de dioses rieron al mismo tiempo y Takamagahara tembló. Al oírlo, Amaterasu, sorprendida, tras entreabrir la puerta de Ama-no-iwato, habló así desde su interior: “Pensé que debido a mi retiro, Takamagahara quedaría oscurecida, y el País Central de la Llanura de Juncos resultaría igualmente oscurecido; ¿Cómo es posible, pues, que Uzume se regocije y que además las ochocientas miríadas de dioses se rían?”. Uzume respondió entonces: “Estamos alegres y nos regocijamos porque hay una divinidad que aventaja a tu augusta persona”.

Mientras ella hablaba de esta manera, Ame-no-koyane y Futo-tama dirigieron el espejo hacia la puerta entreabierta. Amaterasu, sorprendida por lo que estaba ocurriendo, salió poco a poco, y mientras se miraba intensamente en el espejo, quedó por un instante deslumbrada. Ama-no-tachikara-wo, que permanecía escondido, la cogió de la mano y la obligó a salir. Entonces, Futo-tama, sacando y colocando una cuerda * tras la espalda de Amaterasu, dijo: “¡No retrocederás más allá de este punto!”. Y así, cuando Amaterasu hubo salido, Takamagahara y el País Central de la Llanura de los Juncos quedaron, de forma natural, iluminados con su brillo. Una vez fuera de la cueva, Amaterasu consintió en no volver a su encierro, siempre que Susano fuese desterrado* .

La expulsión de Susano

Allí en lo alto, las ochocientas miríadas de dioses, tras mantener consejo, impusieron a Susano un castigo consistente en entregar un millar de tablas de ofrendas y además le cortaron la barba, las uñas de los dedos de las manos y los pies* , y le expulsaron mediante un divino mandato.

Así perseguido, Susano acude a solicitar comida a Ogetsu-hime-no-kami [la diosa del alimento], quien se saca de la boca, de la nariz y del recto, todo tipo de manjares exquisitos para ofrecérselos; indignado por el insulto, Susano la mata inmediatamente. Pero la muerte de Ogetsu tiene resultados positivos en la mitología japonesa, pues del cadáver de la diosa nacen los “cinco cereales”, esto es, los alimentos básicos con los que siguen subsisteniendo los japoneses en la actualidad: en sus ojos crecen semillas de arroz, en sus orejas mijo, en sus genitales trigo, en su nariz judías pintas y en su recto soja * . El dios Kami-musubi mandó recoger y sembrar estas semillas, para el bien de los mortales.


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Izanagi e Izanami

El nacimiento del Japón

En el principio, tras la formación del cielo y de la Tierra, tres dioses se crearon a sí mismos y se escondieron en el cielo. Entre este y la Tierra apareció algo con aspecto de un brote de junco, y de él nacieron dos dioses, que también se escondieron. Otros siete dioses nacieron de la misma manera, y los últimos se llamaron Izanagi e Izanami.

Izanagi e Izanami

Fueron encargados por los demás dioses de formar las islas japonesas. Estos hundieron una jabalina adornada con piedras preciosas en el mar inferior, la agitaron y al sacarla, las gotas que de ella resbalaban formaron la isla de Onokoro. Descendiendo de los cielos, Izanagi e Izanami resolvieron construir allí su hogar, así que clavaron la jabalina en el suelo para formar el Pilar Celestial.

Descubrieron que sus cuerpos estaban formados de manera diferente, por lo que Izanagi preguntó a su esposa Izanami si sería de su agrado concebir más tierra para que de ella nacieran más islas. Como ella accedió, ambos inventaron un matrimonio ritual; cada uno tenía que rodear el Pilar Celestial andando en direcciones opuestas. Cuando se encontraron, Izanami exclamó: "¡Que encantador! ¡He encontrado un hombre atractivo!", y a continuación hicieron el amor.

En lugar de parir una isla, Izanami dio a luz a un malforme niño-sanguijuela al que lanzaron al mar sobre un bote hecho de juncos. Después se dirigieron a los dioses para pedir consejo, y estos les explicaron que el error estaba en el ritual del matrimonio, ya que ella no debía de haber hablado primero la encontrarse alrededor del Pilar, pues no es propio de la mujer iniciar la conversación. Así pues, ambos repitieron el ritual, pero esta vez Izanagi habló primero, y todo salió según sus deseos.

Con el tiempo, Izanagi concibió todas las islas que forman el Japón, creando, además, dioses para embellecer las islas, y después hicieron dioses del viento, de los árboles, de los ríos y de las montañas, con lo que su obra quedó completa. El último dios nacido de Izanami fue el dios del fuego, cuyo alumbramiento produjo tan graves quemaduras en los genitales de la diosa que murió. Y todavía, mientras moría, nacieron más dioses a partir de su vómito, su orina y sus excrementos. Izanagi estaba tan furioso que le cortó la cabeza al dios del fuego, pero las gotas de sangre que cayeron a la Tierra dieron vida a nuevas deidades.

El más allá


Tras la muerte de Izanami, Izanagi quiso seguirla en su viaje a Yomi, la región de los muertos, pero ya era demasiado tarde. Cuando llegó allí, Izanami ya había comido en Yomi, lo que hacía imposible su vuelta al mundo de los vivos. La diosa pidió a su esposo que esperase pacientemente mientras ella discutía con los demás dioses si era o no posible su retorno al mundo, pero Izanagi no fue capaz; Impa ciente, rompió una punta de la peineta que llevaba, la prendió fuego, para que le sirviese de antorcha y después entró en la sala. Lo que vió allí fue espantoso: los gusanos se retorcían ruidosamente en el cuerpo putrefacto de Izanami.

Izanagi quedó aterrado al contemplar la visión del cuerpo de Izanami, por lo que dio media vuelta y salió huyendo de allí. Encolerizada por la desobediencia de su marido, Izanami envió tras él a las brujas de Yomi y a los fantasmas del lugar, pero Izanagi pudo despistarlos haciendo uso de sus trucos mágicos. Cuando por fin llegó a la frontera que separa el mundo de los muertos del de los vivos, Izanagi lanzó a sus perseguidores tres melocotones que allí encontró, retirándose las brujas y fantasmas a toda prisa.

Finalmente, fue la propia Izanami quien salió en persecución de Izanagi. Este colocó una gigantesca roca en el paso que unía Yomi con el mundo de los vivos, de modo que Izanami y él se vieron uno a cada lado del enorme obstáculo. Izanami dijo entonces: "Oh, mi amado marido, si así actuas haré que mueran cada dia mil de los vasallos de tu reino", a lo que Izanagi contestó "Oh, mi amada esposa, si tales cosas haces yo daré nacimiento cada día a mil quinientos". Finalmente llegaron a un acuerdo, mediante el cual la cifra de nacimientos y fallecimientos se mantienen en la misma proporción. Ella le dijo que debía aceptar su muerte y él prometió no volver a visitarla. Entonces ambos declararon el fín de su matrimonio. Esta separación significó el comienzo de la muerte para todos los seres.

LEYENDA POPULAR JAPONESA

Kojiki, Antecedentes de antiguos asuntos.
Yamato-takeru asesina a los hermanos Kumaso


Un día, el emperador Keiko fue informado de que la tribu Kumaso de Tsukushi se había alzado en armas contra él. El Soberano Celestial, que confiaba en el valor y la ferocidad de su hijo, llamó al noble Oh-usu, un joven de dieciséis años, y le dio esta orden "En el oeste, hay dos guerreros Kumaso. Ambos son rebeldes e insolentes. ¡Atrápalos!" Y, con este encargo, lo despachó. Antes de partir, el noble Oh-usu fue a ver su abuela, la noble Yamato-ime, que le dio su blusa y su falda para que se las pusiera. Escondió el joven un puñal en su pecho y se puso en marcha.

Cuando alcanzó la casa de los osados Kumaso, vio que estaba rodeada por tres hileras de guerreros, que acababan de habilitar una cueva cercana como su base y que, con grandes ruidos, iban preparando su comida para un festín. Y el príncipe Oh-usu paseó por la zona, esperando a que empezasen las festividades. Cuando el día de la fiesta llegó, cepilló y alisó su pelo, que llevaba recogido en un moño masculino sobre su cabeza, y se puso la falda y la blusa de su tía. Aprovechando que parecía una muchacha, se mezcló entre las concubinas y se introdujo en la cueva.

Cuando los dos osados Kumaso, el mayor y el menor de los hermanos, se fijaron en el joven, grande fue su contento. Le invitaron a sentarse entre ellos y se divirtieron mucho con él. Cuando, gracias a la bebida, llegó el momento más dulce, el noble Oh-usu extrajo de su pecho el puñal, cogió al mayor de los Kumaso por el cuello de sus ropas y le traspasó el pecho con él. Horrorizado, el menor de los Kumaso salió corriendo para salvar la vida, pero el noble Oh-usu fue detrás de él y le alcanzó al pie de la escalera de la cueva, donde le atacó por detrás, introduciendo el sable por el recto. El valiente Kumaso habló, y dijo: "No muevas la espada pues, yo, vuestro humilde sirviente, tengo que deciros algo". El noble Oh-usu, que lo mantenía tumbado en el suelo, le dio cuartel. El valiente Kumaso volvió a hablar y preguntó: "¿Quién sois vos, noble joven?" "Soy el noble hijo de Oho-tarashi-hiko-Oshiro-wake, el emperador celestial que mora en el palacio de Hishiro en Makimiku y gobierna la tierra de las Ocho Grandes Islas; y mi nombre es Rey Yamato-oh-guna. Al saber que vosotros dos, los valientes Kumaso, erais traidores y no le respetabais, me ordenó venir aquí y acabar con vuestras vidas.

El valiente Kumaso respondió: "Eso es cierto. Nadie en el oeste es tan valiente ni tan indómito como nosotros. Pero en la tierra del Gran Yamato, un hombre hay que más valiente que nosotros dos es. Por ello, te ofrezco un nombre noble. Desde ahora, mereces ser reconocido como el noble muchacho Yamato-takeru". Tan pronto como acabó de decirlo, el príncipe lo rajó a cuchilladas, como a un melón maduro, y acabó con su vida. Desde entonces, le rindieron honores llamándole con el noble nombre Yamato-takeru. Cuando volvía a la capital después de esta gesta, sojuzgó y pacificó a todas las deidades de las montañas y de los ríos y las deidades del estrecho de Shimonoseki y se dirigió a la capital.

DIOSES JAPONESES

DIOSES DE LA MITOLOGíA JAPONESA



AIZEN-MYO O AYZEN-MYOO
Dios Japonés del amor, adorado por prostitutas, cantantes y músicos. A pesar de su aparien-
cia feroz (posee un tercer ojo colocado verticalmente entre sus otros ojos y una cabeza de
león) es considerado un ser benéfico con el género humano. Originalmente fue un dios del
Shingon y Tendia y representaba los deseos del amor.

AJI-SUKI-TAKA-HI-K)NE
El dios Japonés del trueno, uno de varios. Nació ruidoso, y cuando creció se hizo aun más
ruidoso. Para callarlo, los dioses lo llevaron a una escalera para que la subiera y bajara
(esto explica el por que se acerca y retrocede el sonido del trueno).

AMA-NO-MINAKA-NUSHI
El Divino Señor de la Mitad del cielo de la mitología Japonesa. Esta relacionado con la Es-
trella Polar.

AMA-TERASU O AMATERASU
Es la diosa sintoista del Sol o de la Luz, literalmente: la "Deidad que ilunima el cielo",
o "Ella la que brilla en los cielos".
Nació de las manchas que Izanagi lavó en el río al salir del infierno. Resplandeciente en
su apostura, dignificada con su atuendo de caracter magnánimo y benigno, y brillaba glorio-
samente en el cielo. Tenía a su cargo el gobierno de los cielos. Es la figura central en el
Shinto y la familia Imperial Japonesa desciende de ella. Cuando su hermano Susanowo, el
dios de la tempestad, arruinó la tierra se retiró a una cueva debido a que ella fue muy
ruidosa. Cerró la cueva con un canto rodado gigante. Su desaparición privó al mundo de luz
y vida. Los otros dioses usaron todo su poder para que saliera de la cueva, pero no lo con-
siguieron. Finalmente fue Uzume quien lo logró. La risa de los dioses cuando vieron cómicos
y obscenos bailes de Uzume estimularon la curiosidad de Amaterasu. Cuando ella salio de la
cueva un haz de luz salió (hoy en dia se llama amanecer). La diosa entonces vió su propio
reflejo brillante en un espejo que Uzume había colgado en un árbol. Cuando ella se acercó
para verse bien, los dioses la agarraron y la sacaron de la cueva. Entonces volvió al cie-
lo, y trajo luz de nuevo al mundo. Más tarde, creó campos de arroz, llamados inada, donde
cultivó arroz. También inventó el arte de tejer con el telar y enseñó a la gente como cul-
tivar trigo y gusanos de seda. El santuario principal de Amaterasu esta situado en Ise-Jin-
gue en Ise, en la isla de Honshu. Este templo es derribado cada veinte años y entonces se
reconstruye en su forma original. En el interior del santuario esta representado su cuerpo
por un espejo. Ella es también llamada Omikami ("diosa ilustre") y Tensho Daijan.

AMATSU-KAMI
Los dioses japoneses del cielo. Ellos son los dioses celestiales y son eternos.

AMA-TSU-MARA
El Dios shintoista de los herreros. Junto con Ishi-Kori-dome este cíclope dios herrero hizo
el espejo solar que fue usado para tentar Amaterasu a salir del lugar donde se escondía.

AMATSU-MIKABOSHI
El dios japonés de la maldad. Su nombre significa "Augusta Estrella del Cielo".

AME-NO-KAGASE-WO
Una divinidad astral shintoista.

AME-NO-MI-KURAMI
Diosa sintoista del agua.

AME-NO-OSHIDO-MIMI
El hijo de la diosa Amaterasu. Rehusó ser el señor de la tierra cuando le ofrecieron esta
posición.

AME-NO-WAKAHIKO
El dios japonés que fue enviado para gobernar el mundo. Fue asesinado por el dios del cielo
Takami-Musubi.

AMIDA
Según sus devotos, el más grande de los dioses, soberano y ducho del paraíso; el protector
de las almas humanas, el padre y el dios de todos aquellos que son admitidos a gozar de las
delicias del paraíso: en una palabra, el mediador y el salvador de la humanidad; el dios al
que todo Japonés se gira en el momento de la muerte pues por su intercesión obtienen las
almas la remisión de todas sus faltas y llegan a ser dignas de la beatitud celestial. El
reino de Amida-Nyorai tiene un estanque de loto con bosquecillos de árboles de ambrosia de
joyas, en las ramas de ellos se posan aves maravillosas, mientras que campanas melodiosas
dependido de las ramas, y encima de esto el Budha y su círculo de ángeles, pétalos de bon-
dad se dispersan con la brisa. Hace dos mil años que vivió, habiéndose ejercitado muchos
miles de años en la penitencia y la predicación: hasta que cansado de su existencia, se dió
muerte y fue contado en el número de los dioses. Creen sus adoradores que Amida goza de
gran crédito con Jemma, dios de los Infiernos, para inclinar a este severo juez, no solo a
mitigar las penas de los culpables, sino también a hacerles gracia enviándolos otra vez al
mundo antes del tiempo prescrito para la expiación de sus pecados. Amida es venerado sobre
todo por los devotos que antiguamente le ofrecían el sacrificio de su vida ahogándose en
honor suyo. La víctima entraba en una barquita dorada y adornada de gallardetes de seda; se ataba unas piedras al cuello, en los pies, y en los vestidos; bailaba al son de varios ins-
trumentos, y luego se arrojaba al río. Algunas veces hacían un agujero en la barquilla y se
dejaban caer al fondo a la vista de una multitud de parientes, amigos y bonzos. Otros entu-
siastas de la misma clase se metían en una cueva estrecha en forma de una tumba, cubierta
por todas partes a excepción de un pequeño agujero que servia para entrar el aire, y en es-
te sepulcro el devoto no cesaba de llamar a Amida hasta que expiraba. He aquí la descrip-
ción que hacen de esta divinidad sus discípulos. Dicen que es el Ser supremo; sustancia
indivisible, incorpórea, inmutable, distinta de todos los elementos; que existe con la na-
turaleza, que es el manantial y el fundamento de todo bien, sin principio ni fin, infinito,
inmenso y creador del universo. Es representado en un altar, montado en un caballo con
siete cabezas, jeroglífico de siete mil años, con cabeza de perro, teniendo en sus manos un
anillo o círculo de oro que está mordiendo. Este emblema tiene bastante analogía con el
círculo egipcio considerado como un emblema del tiempo: por lo mismo este dios es un jero-
glífico de la evolución de las edades o más bien de la eternidad misma. Otras veces le dan
tres cabezas, cada una cubierta de una especie de bonete, con barba larga. Sus vestidos
consisten en un ropaje riquísimo guarnecido de perlas y de piedras preciosas.

ANAN
Primo, amigo y seguidor leal de Budha. En Japón es extensamente reverenciado como un inmor-
tal. En la India es llamado Ananda.

AN-NO-TANABATA-HIME
Un dios astral japonés.

BAKEMONO
Espiritus poseidos por poderes del demonio. El término cubre espíritus tales como kappa
mono-no-ke (espíritus del demonio), oni, ten-gu, y yamanba o yama-ubu (una bruja de la
montaña).

BAKU
Un espíritu japonés bueno, llamado el "comedor de sueños". Se dice que los sueños de maldad
están causados por espíritus de maldad. Cuando una persona despierta de una pesadilla, se
puede recurrir a Baku, diciendo: "Baku, come mis sueños". Así Baku sera inducido para tor-
nar un sueño malo en fortuna. Tiene una cabeza de león, pies de tigre y un cuerpo de caba-
llo.

BENTEN
La diosa japonesa del amor, la elocuencia, la sabiduría, las artes, la música, el conoci-
miento, la buena fortuna y el agua. Es la protectora de la geishas, los bailarines, y los
músicos. Originariamente fue diosa del mar o diosa del agua. Más tarde se hizo diosa del
rico y fue añadida Shichi Fukujin. Benten es retratada como una mujer bella, viajando en un
dragón mientras que juega con un instrumento de cuerda. Tiene ocho brazos y en sus manos
tiene una espada, una joya, un lazo, una flecha, una rueda, y una llave. Las dos manos res-
tantes están juntas en oración. Se dice que cuando un dragón devoró a muchos niños, ella
descendió a la tierra para parar su maldad.

BENZAI-TEN
La diosa japonesa del lenguaje, la sabiduría, el conocimiento, la buena fortuna y el agua.

BIMBOGAMI
El dios japonés de la pobreza. Aunque hay muchos que lo rehuyen para evitar muchos "males- tares", hay otros que hacen rituales especiales para obtener sus favores.

BINZURU-SONJA
El dios japonés de la cura y la buena vision. Como él es incapáz de escapar del dolor ayuda
a otros a hacerlo.

BISHAMON
El dios Japonés a quién muchas funciones son atribuidas, pero es conocido como un dios de
la guerra, distribuidor de riqueza y protector de ella. También protege contra demonios y
enfermedades, y es un guardián del Norte. Bishamon pertenece al Shichi Fukujin y es retra-
tado completamente armado, encima de demonios y con una lanza en su mano, algunas veces lleva una rueda de fuego como un halo.

BOSATSU
La forma japonesa del bodhisattva sanscrito, una manifestación de Buddha en el pasado, pre-
sente o futuro. A punto de entrar en el nirvana, así escapa de la carga de existencia indi-
vidual, un bodhisattva ha decidido quedar en tierra para el beneficio de la humanidad.

BUTSU
Es el nombre japonés de Buddha.

BUTSUDO
La palabra japonesa para el Budismo. Literalmente significa "Camino de Buddha".

DENIX
Dios japonés de la guerra.

DRAGÓN DE KOSHI
Vivia cerca del monte Torikami en Izumo (donde se encuentra la puerta del infierno). Segun
la leyenda era un dragon rojo de ocho cabezas y ocho colas, del tamaño de ocho montañas y
ocho valles, que año tras año visitaba un poblado cercano donde vivian dos ancianos llama-
dos Ashinazuchi y Tenazuchi con sus ocho hijas, mismas que habian sido devoradas por este
dragon, hasta que solo quedaba la menor, cuando la fecha en que el dragon vendria por la
ultima hija, el dios Susa No Ho descendio cerca y sintio piedad por los ancianos, tomo por
esposa a la ultima hija y planeo la muerte del dragon, embriagandolo con sake y cortando
sus ocho cabezas y al cortar su cola encontro una espada magica de gran filo llamada Kusa-
nagi, que es una de las tres joyas imperiales y se venera en el templo de Atsuta.

IZANAGI E IZANAMI
Izanami significa "Macho que invita" y tiene como compañera a Izanami, la "Hembra que invi-
ta". Estas dos deidades fueron enviadas al mundo por orden de las "deidades celestiales" a
fin de traer cosas a la tierra. Decendieron de su morada por el "Puente flotante del cielo"
(se interpreta como arcoiris). Izanagi cortó através del espacio con su espada y las gotas
de agua salada de la punta de su espada se coagularon en un islote llamado Onokoro, es de-
cir, "Autocoagulante". Después aterrizaron ahí y se casaron y más tarde dieron la vuelta al
islote en direcciones opuestas y se hallaron en el opuesto más lejano. El primer hijo naci-
do fue un abortado, como una medusa, debido a una falta de la diosa durante la ceremonia de
la boda. Ese niño fue arrojado al agua. Más tarde tuvieron muchas cosas, o deidades, como
el mar, las cascadas, el viento, los árboles, las montañas, los campos, etc... Después del
nacimiento de estas u otras deidades, incluyendo las islas del archipiélago japonés, el na-
cimiento de los dioses del fuego fue fatal a la diosa Izanami. Su muerte fue semejante a la
de cualquier ser humano, a causa de unas fiebres, pudiendo ser llamado el primer caso de
mortalidad humana. Tras su muerte descendió al Hades japonés "Yomot-su-kuni" ("tierra de la
oscuridad").

KUNI-TOKO-TACHI
Al principio, como dicen los antiguos relatos del shinto, había el caos, como un mar de
aceite. De aquél primer caos surgió algo como el vástago de un junco. Resultó ser una dei-
dad llamada Kuni-toko-tachi ("El senór eterno ordenador"), y con él se generaron dos deida-
des llamadas respectivamente, Taka-mi-musubi ("dios-Productor de lo Alto") y Kami-mi-masubi
("diosa-Protectora de lo Divino"), no se dice explícitamente que fueran marido y mujer, pe-
ro es muy probable que como tales fueran concebidos. Los tres se consideran la triada ori-
ginal de la generación de dioses, hombres y cosas. Pero casi nada más se sabe de ellos,
excepto que algunos clanes aseguran descender de uno u otro de ellos. A la primitiva triada
le siguió una serie de dioses y diosas, probablemente por parejas, siendo seguramente per-
sonificaciones de fuerzas germinadoras, como el lodo, el vapor y las simientes. Se dice que
todo estaba "oculto en sí mismo", o sea, muerto, pero no según el consepto de la mortalidad
humana. Tras una sucesión de generaciones y desapariciones espontáneas, apareció una pareja
destinada a generar muchas cosas y dioses de gran importancia. Fueron Izanagi e Izanami.

MITOSHI-NA-KAMI
Dios de las cosechas al que Oh-kuni-nushi logra convencer por medio de sacrificios a apaci-
guar su cólera y volver a restaurar los arrozales y todas las cosechas de la tierra del Ja-
pón.

NINIGI
Su nombre significa: "Hombre Prosperidad". Nieto de Ama-terasu que envió a éste a las islas
del archipiélago japonés para que las reinara.

OH-KUNI-NUSHI
"Gran Amo de la Tierra". Mientras Susa-no-wo dormía, Oh-kuni-nushi ató su cabellera a las
vigas de la casa y huyó con su hija, junto con los tres preciosos vienes de su padre: una
espada, un arco y las flechas, y un arpa. Fue ésta la que despertó a Susa-no-wo, tocando
sola mientras huía Oh-kuni-nushi, pero éste logró escapar mientras Susa-no-wo iba perdiendo
sus cabellos, pese a lo cual persiguió al raptor. Ni bien lo atrapó, exclamó, al parecer
admirado por su astucia: "Sí, te concederé mi hija junto con los tesoros. Gobernarás el pa-
ís y te llamarás Utsushi-kuni-dama, o sea "el Alma de la Tierra hermosa"".

SHICOME
"Hembras de la gran fealdad". Son las furias japonesas, tienen su morada en el infierno.
Fueron invocadas por Izanami para atrapar a Izanagi cuando éste la buscaba para llevarla de
nuevo a la tierra. Y casi lo atrapan de no ser porque éste les tiró unos racimos de uva
silvestre que las Shicomé se entretuvieron comiendo.

SUKU-NA-BIKO
Enano, auxiliar de Oh-kuni-nushi, su nombre significa: "El hombrecito famoso". Este perso-
naje abordó a Oh-kuni-nushi cuando éste se hallaba en la playa, viendo desde el mar en una
almadía, ataviado con alas de alevilla y un manto de plumas. El Amo de la Tierra tomó al e-
nano en la palma de su mano y se enteró de que era hijo de la diosa Productora de lo Divino
y conocedor del arte de la medicina. Los dos llegaron a ser como hermanos y colaboraron en
el desarrollo de la tierra, cultivando diversas plantas útiles y curando las enfermedades
del pueblo.

SUSA-NO-WO O SUSANOO
Es el Dios de la tormenta, literalmente: la "Deidad de impetuosa rapidez". Nació de las
manchas de la nariz, que Izanagi lavó en el río al salir del infierno. Este dios tenía un
aspecto oscuro, llevaba barba, era de caracter furioso e impetuoso, aunque su cuerpo mos-
traba una gran reciedumbre. El mar era el reino a él confiado. Pero descuidaba su reino y
provocaba toda clase de alborotos y revueltas. Llorando y rabiando, declaraba que soñaba la
morada de su madre, y en sus transportes de furor destruía lo que ordenaba sensátamente su
hermana, Amaterasu. Se casó con Kushinada, con quien tuvo un hijo, Onamochi, rey de Izumo,
asistido por la diosa Sukunabicona, la emplumada.

TSU-KI-YO-MI O SUKIYOMI
Es el Dios-Luna, literalmente: el "Guardián de la noche iluminada". Nació de las manchas
del ojo derecho, que Izanagi lavó en el río al salir del infierno.

UKEMOCHI
Diosa de la Fertilidad y la Crianza. Su nombre significa: "el Genio de la Comida". Diosa
que tiene a su cargo la tutela de los alimentos. Muerta por Tsu-ki-yo-mi dio nacimiento a
las cosas útiles, comestibles. El caballo y la vaca salieron de su cabeza; sus cejas produ-
jeron las lombrices; su frente dio el mijo; el arroz surgió de su abdomen, etc...

UZUME
Diosa que interpretó una danza para hace salir a Ama-terasu de la cueva donde se había es-
condido , y divirtió tanto a los invitados que hizo temblar la tierra con sus risas. Ante
la algaravía la Diosa-sol salió por la curiosidad de ver lo que pasaba y así hubo otra vez
sol en la tierra.

LISTADO DE DIOSES Y CRIATURAS MISTICAS JAPONESAS

LISTA DE ALGUNAS CRIATURAS MISTICAS JAPONESAS Y ALGUNO DE SUS DIOSES

CRIATURAS MISTICAS JAPONESAS


Abura-sumashi
Akaname
Akuma
Amikiri
Ashimagari
Atsuyu
Azumi
Backbeard
Baihu
Bakemon
Baku
Burikutonu
Datsue-ba
Dokuro
Dosojin
Fukei
Futakichi-onna
Gaki
Goryo
Gyuuki
Hachidairyo
Hachimata
Hagaji
Hanyo
Harionago
Hisa-me
Hitodama
Hitotsume-kozou
Hoji
Hotoke
Hototogisu
Houkou
Houou
Ika-Zuchi-no-Kami
Ikiryo
Ikusa
Inugami
Isonade
Itsamu-Na
Ittan-momen
Jikininki
Jishin-usho
Jishin-uwo
Jyobokko
Jyorougumo
Jyuuryu
Kaichi
Kahaku
Kamaitachi
Kaminari
Kappa
Kasa-obake
Kashabo
Kashima-reiko
Kerakera-onna
Kiji
Kijo
Kirin
Kitsune
Kitsune-Tsuki
Kiyo
Kodama
Konaki-Jiji
Kokakuchou
Kuchisake-onna
Makami
Maket-sugo
Merfolk
Mizuchi
Moryo
Mujina
Nando-baba
Nekomata
Senri
Neko-musume
Ningyo
Nukekubi
Nurikabe
Nopperabou
Nozuchi
Nue
Nure-onna
O-Goncho
Ohaguro-Bettari
Oni
Onryo
Orochi
Otoroshi
Otohime
Raicho
Raiju
Rokurokubi
Ryu
Fukuryu
Hairyu
Hanryu
Karyu
Riryu
Suiryu
Ryu-uba
Ryujin
Samebito
Seiryu
Shachihoko
Shiryo
Shikigami
Shikioji
Shikome
Shinigami
Shisa
Son
Soukou
Sudama
Sunakake-baba
Takuhi
Tanuki
Tansu-baba
Tengu
Karasu Tengu
Koppa Tengu
Kurama Tengu
Sojobo
Tenjyouname
Tennin
Tenshi
Tokebi
Tokutaro-san
Totetsu
Tsuchigumo
Tsukumogami
Umibouzu
Ushi-Oni
Uwibami
Yadoukai
Yama-Jin
Yama-Musume
Yama-uba
Yami-oni
Aka-Oni
Aoi-Oni
Yama-Oni
Yatagarasu
Yato-no-kami
Yofune-Nushi
Yosei
Yuki-onna
Yurei
Zashiki-warashi
Zennyo
Kintaro - 'Niño de Oro' de Japón
Magatama
Momotarô - 'Niño de Durazno' de Japón
O-fuda
Onmyodo
Ryujin - Rey Dragón, Dios del Mari
Shinto
Ssu_Ling - Los cuatro guardianes.
Urashima_Taro - Cuento de Hadas Japonés
Yamato Takeru

ALGUNOS DIOSES JAPONESES

Ama no Uzume
Amaterasu
Amatsu-Mikaboshi
Ame-no-Koyane
Inari
Inugami
Izanagi
Izanami
Ugayafukiaezu
Uke Mochi
Ohoyamatsumi
Ōkuninushi
Omoikane
O-Wata-Tsu-Mi
Kagu-tsuchi
Kojin
Konohanasakuya-hime
Kotoamatsukami
Kuebiko
Sarutahiko
Seven Lucky Gods
Benzaiten
Bisyamonten
Daikokuten
Ebisu
Fukurokuju
Hotei
Juroujin
Shina-Tsu-Hiko
Susanowo
Toyotama-hime
Tsukumogami
Tsukuyomi
Chimata-No-Kami
Ninigi-no-Mikoto
Hachiman
Futsunushi
Hoderi
Hoori
Yama-no-Kami

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