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viernes, 25 de diciembre de 2009
gotico
sábado, 19 de diciembre de 2009
CONSEJOS PARA PADRES BUDISTHAS
CONSEJOS PARA PADRES BUDISTHAS
Según los consejos del Buda a Sigalaka, una de las seis relaciones que ha
de ser honrada y respetada es la de padres e hijos. Nos da la impresión de
que esto era algo sobre lo que Sigalaka ya sabía alguna cosa, puesto que él
adoraba las seis direcciones, en primer lugar, por deferencia a los deseos de
su padre. Mucho se podría decir sobre las obligaciones de los hijos hacia
sus padres. Sin embargo, aquí me centraré en las obligaciones de los padres
hacia sus hijos.
Yo no soy padre, pero ciertamente he tenido la oportunidad de observar el
carácter del hecho de ser padre por medio de mi comunicación con amigos
y discípulos que son padres, por medio de la observación de lo que ocurre a
mi alrededor y por medio de la lectura y el contacto con la media en
general. Quizá en esto sea relevante eso de él que contempla, ve casi todo el
juego. Sobre la base de tal experiencia como la que he tenido –aun siendo
esta indirecta- me arriesgaré a ofrecer una lista de puntos que cualquier
padre budista hará bien en tener en cuenta. No voy a entrar en el tema de si
uno debe o no tener hijos. Es simplemente un hecho establecido que mucha
gente, incluidos budistas, los tienen, y que hay por consiguiente una
necesidad de considerar como desenvolverse de la mejor manera en esta
importante relación.
Las observaciones que quiero hacer –muchas de las cuales son de simple
sentido común- están expresadas en la forma de quince puntos, el primero
de los cuales es:
1. Recuerden que primeramente son budistas y después padres
Si son ustedes ambas cosas, budistas y padres, mejor piensen que son
budistas que son padres, en vez de padres que son budistas. Hay una gran
diferencia entre estas dos posturas. Diciendo esto, no estoy, ciertamente,
animando a los budistas a que pongan a sus hijos en segundo lugar. No
estoy sugiriendo que si quieres irte de retiro y tu hijo está enfermo lo dejes
a merced de otra persona y te vayas. En absoluto. El budismo viene primero
en el sentido de que es del budismo, de principios budistas, de donde sacas
los principios para tratar de ser un padre, o una madre, budista y no tan sólo
un padre, o una madre.
Los seres humanos tenemos en común el ser padres con casi todas las
especies animales; ser padres no es un gran logro, casi todos los seres
humanos lo son. Pero aunque es fácil hacerse padres, ser buenos padres es
verdaderamente muy difícil y ser padres budistas lo es todavía más, ya que
eso trae consigo aplicar, o tratar de aplicar, principios budistas a las
relaciones con los hijos. Este punto subyace en todos los otros que quiero
dar.
2. No temas enseñar a tus hijos budismo
Hoy en día hay gran cantidad de ideas confusas sobre que se debe enseñar a
los hijos. Se dice con frecuencia que no debemos interferir en lo que
piensen los demás; debemos alentar a la persona a que piense por sí misma.
Los hijos no deben ser indoctrinados, sino que se debe permitir que crezcan
con mentes abiertas, libres, casi en blanco. Entonces, cuando sean lo
suficientemente mayores, ellos decidirán por sí mismos si quieren ser
cristianos, budistas, agnósticos, musulmanes, hare krisnas o lo que a ellos
más les llame.
Esa forma de pensar no es nada realista. Mientras cuidadosamente te
abstienes de enseñarles a tus hijos budismo, te abstienes, tal y como lo ves,
de indoctrinarlos, toda suerte de agentes van a trabajar mucho indoctrinando
a tus hijos con valores muy diferentes a los tuyos, lo quieras o no. A los
niños se les indoctrina constantemente: en la escuela o en la guardería, por
medio de la televisión, de las películas, del ambiente general de nuestra
sociedad. No pienses que si te abstienes de indoctrinar a tus hijos ellos
serán completamente libres de elegir entre distintas cosas cuando alcancen
uso de razón, cuando sea que eso ocurre (si de hecho se llega a alcanzar).
Por consiguiente, no temas enseñar a tus hijos budismo –o, mejor dicho,
comunicarles algo del espíritu del Dharma. La sociedad, en el sentido más
amplio, les va a comunicar toda suerte de mensajes, alguno de los cuales
pueden definitivamente tener efectos negativos sobre ellos. Luego no te
frenes en darles la influencia positiva del Dharma. No tienes que intentar
enseñarles doctrinas budistas difíciles de comprender, como la ley del
surgimiento condicionado. No tienes que hacerles leer A Survey of
Buddhism en su tierna edad. Puedes empezar muy pronto enseñándoles
libros con ilustraciones de la vida del Buda, o las historias tradicionales de
las vidas previas del Buda. A todos los niños les gustan las historias, y es de
esperar que la televisión no excluya completamente el contar cuentos en
casa. Así podrás introducirles en el mundo de la cultura budista y darles
algo del sentimiento del budismo.
Algo más que puedes hacer –algo más que debes, de hecho, hacer- es dar
ejemplo. A medida que tus hijos crecen y empiezas a comunicarles tus
valores –digamos, tu compromiso con el habla ética- es importante que tú
mismo demuestres ese compromiso en tu forma de vida. Como todos los
padres saben, los niños notan rápidamente las discrepancias. No hay que
decir a tu hijo o hija que está mal decir mentiras y decirles cuando alguien
llama a tu puerta “di que no estoy en casa”.
También comunicas algo del espíritu del Dharma a tus hijos a través del
ambiente que prevalece en casa. Es importante que cuando los niños
vuelvan de la escuela o de alguna otra actividad, sientan que el hogar es un
buen sitio en que estar: quizás tranquilo, quizás animado y alegre, pero feliz
y positivo, con un ambiente de afecto y seguridad. Quizás algún día se den
cuenta que ese ambiente tiene algo que ver con el hecho de que eres budista
y que meditas; pero independientemente de que vean o no esa conexión,
sentirán el beneficio de vivir en un ámbito positivo.
3. Dense cuenta de que ser padres les pone frente a dificultades
No creo que necesiten los padres que se les recuerde que por ser padres
están frente a dificultades, porque es caro criar a los hijos, o porque puede
haber hijos difíciles, o porque se pasan noches en vela... Pero uno está
frente a dificultades en otro sentido también –frente a dificultades con el
mundo, en el sentido más amplio. Como padres budistas, ustedes tratan de
educar a sus hijos en acuerdo con principios budistas. Pero esos principios
están lejos de ser reconocidos por el resto del mundo. Le dices algo a tu
hijo, pongamos por caso, pero el mundo le dice algo un tanto distinto,
incluso lo opuesto.
Cualquier budista tiene que luchar para mantener de ese modo sus
principios, pero como padres tienen que librar esa batalla por sus hijos,
además de por uno mismo. La medida en que hay que proteger a los niños
de influencias exteriores, particularmente cuando son muy pequeños, es un
tema muy polémico; de todos modos sólo se les puede proteger en cierto
grado. Pero es importante y útil reconocer que tratar de educar a los niños
según principios budistas es un desafío tremendo, porque el resto del
mundo –consciente o inconscientemente, intencionadamente o sin
intención- tiene constantemente sobre ellos una influencia distinta, y sobre
ti también.
4. Forma parte de la asociación de padres y maestros
Ahora llegamos a algo más específico. Tarde temprano tu hijo empieza a ir
a la escuela. Mi cuarto punto es, por consiguiente: forma parte de la
asociación de padres y maestros. No dejes a los maestros la educación de
tus hijos durante las horas de escuela. Se podría casi decir que la educación
es demasiado importante para dejársela a los maestros; de igual modo que
se dice a veces que la política es demasiado importante para dejársela a los
políticos. Bien puede ser que los maestros estén haciendo una labor
excelente, pero ellos también están frente a dificultades –ser maestro es en
cierto modo igual de difícil que ser padres.
Si tienes niños en edad escolar es, por eso, buena idea conocer a los
maestros. Habla con ellos sobre tus hijos, sobre los niños en la escuela en
general, discute con ellos también los problemas a que ellos se ven
enfrentados como maestros. Hoy en día los maestros lo pasan muy mal.
Hay más y más casos de maestros atacados físicamente por estudiantes, este
tipo de cosas les hace la vida verdaderamente difícil. Si formas parte de una
asociación y organización de profesores y padres puedes contribuir con
ideas y sugerencias para que la escuela sea mejor para todos los niños que
allí van. Puede que incluso tengas la oportunidad de llegar a ser presidente
y así incluso tener la gran oportunidad de influenciar en la escuela de modo
creativo y positivo.
5. Habla con tus hijos
Habrá quien diga que este punto debería dirigirse más a los padres que a las
madres, pero yo no voy a hacer tal distinción. Es muy importante, si son
ustedes padres, que hablen con sus hijos. Conversen con ellos seriamente –
no les hablen como a inferiores. Si te hacen una pregunta, tómala en serio.
Si así lo haces, quizás te sorprenda lo difícil que es responderla. Incluso los
niños pequeños son inteligentes y perceptivos y pueden salirte con
preguntas un tanto extraordinarias a veces.
Uno de los recuerdos más felices de mi propia infancia -hacia finales de los
años veinte y principio de los treinta- es mi padre pasando tiempo hablando
conmigo. A las seis o las siete, él volvía del trabajo –cuando tenía trabajo,
pues aquellos eran tiempos de desempleo- y venía a mi habitación. Yo
estaba ya acostado, se sentaba sobre la cama y hablaba conmigo por media
hora o por una hora. Mi madre a veces se impacientaba porque tenía la cena
preparada y se estaba enfriando, pero a él le interesaba más hablar conmigo.
Solía hablar de todo tipo de cosas, particularmente de sus experiencias del
tiempo de la guerra –él fue herido de gravedad en la Primera Guerra
Mundial, que hacía pocos años que había terminado. No solamente mi
padre hablaba conmigo; a mi, conforme me hice mayor, siempre me resultó
muy fácil hablar con él.
Luego, hablen con sus hijos. Compartan sus pensamientos serios con ellos,
en la medida que sean capaces de entenderlos. Eso quiere decir encontrar
tiempo para pasarlo con ellos. No estén tan ocupados que no puedan hablar
con sus hijos. Incluso, reserva tiempo, si estás muy ocupado, igual que lo
reservarías para ver a un amigo. Por supuesto, no es que tengas que
sentarlos delante de ti y decirles “Venga, vamos a hablar un ratito”. Los
tendrás que coger en el momento oportuno. No siempre tendrán ganas de
hablar cuando tú tengas tiempo.
6. Restringe la televisión
Es difícil, por no decir imposible, mantener un estado mental claro y
positivo –mantener la atención consciente, diría el budista- al menos que
hagas algo que limite la medida en que absorbes todo el estimulante
bombardeo de información de la vida moderna. Y, por supuesto, hoy en día
mucho de este viene de la televisión. Hay un gran debate en marcha sobre si
hay o no una conexión causal entre la violencia tal y como se ve en la
televisión y la violencia en el hogar y en las calles. Algunos expertos dicen
que no hay una conexión real, otros que si que la hay y a la persona
corriente le es muy difícil saber la verdad del asunto.
Pero desde el punto de vista budista podemos estar seguros de una cosa:
Resulte o no en violencia real, la violencia vista en televisión ciertamente
no mejora el estado mental del espectador. Pasar varias horas cada semana,
o incluso cada día, viendo programas cuyo contenido es en gran medida
violento, sólo será en perjuicio del estado mental, ya sea uno adulto o un
niño receptivo y susceptible.
Habrá quien diga que los niños tienen derechos, incluido el derecho de ver
la televisión cuando les plazca. Pero como ya he mencionado en otra
ocasión, pienso que es mejor no expresarse con el lenguaje de los derechos,
sino, en su lugar, pensar en términos de deberes. Los padres –y los padres
budistas en particular- tienen el deber de restringir lo que ven sus hijos la
televisión.
La restricción no sólo ha de aplicarse a lo que ven, sino también al tiempo
que pasan sentados frente al televisor. En estudios se ha demostrado que
muchos niños en Occidente padecen de obesidad. Esto, en parte, es debido
a dietas insanas –el tema de mi siguiente punto- pero también a que no
hacen suficiente ejercicio. Y no hacen suficiente ejercicio porque, según
parece, es más interesante apalancarse frente al televisor. Experimentos han
mostrado que ver la televisión también perjudica a la imaginación –
esencialmente, mientras uno recibe pasivamente lo que los productores de
televisión deciden presentar, simplemente no tiene que hacer uso de su
propia imaginación.
Restringir ver la televisión será, por supuesto, difícil. Una madre budista
que conozco dice que sus hijos sentían que se les privaba de algo por no
tener televisor en casa, pues les hacia sentirse diferentes a todos los demás
niños en la escuela, ya que no podían participar en discusiones sobre lo que
los demás habían visto la noche anterior. Al final, la madre, si bien poco
dispuesta, tuvo que ceder a su continua insistencia, aunque consiguió
restringir en cierta medida lo que veían la televisión. Obviamente, operan
en esto cuestiones potentes. No obstante, uno ha de mantenerse firme en
este asunto.
7. Que sus niños lleven una dieta sana
Este punto podría parecer obvio, pero, de nuevo, las condiciones actuales
están en contra. Viviendo en la ciudad, como yo vivo, y manteniendo los
ojos bien abiertos, una de las cosas que se ve es niños comiendo por la
calle. Por supuesto, lo que comen normalmente es comida basura:
Chocolate, helados, hamburguesas y patatas fritas. Los padres deben hacer
lo que puedan para combatir esta costumbre tan corriente. No hay necesidad
de seguir las últimas tendencias dietéticas o ser fanáticos, como lo éramos
en los años sesenta cuando todos seguíamos la dieta macrobiótica. Pero
quien cocine en la familia deberá tratar de darle una dieta equilibrada y
hacer que se desista de los snacks entre comidas.
Debemos, por supuesto, procurar que nuestros hijos no fumen. Otra cosa
que he notado cuando voy por la calle es que muchos niños en edad escolar
fuman. Los veo cuando salen de la escuela –no tendrán más de doce o trece
años- sacar el paquete de cigarrillos y encender uno. Luego, de nuevo, los
padres budistas deben mantenerse firmes con sus hijos cuando estos llegan
a esa edad en particular.
Esto era muy distinto cuando yo era niño. Ni siquiera se me había ocurrido
fumar a esa edad, pero cuando cumplí los dieciséis años mi padre me dijo:
“hijo, tienes dieciséis años. Puedes fumar si quieres.” Sin embargo, no lo
hice –no hasta que fui alistado en el ejército. Incluso entonces, fumé sólo
durante poco tiempo, porque no me gustaba y no he fumado desde
entonces. Es desalentador ver que chicos y chicas tan jóvenes han adquirido
ya el hábito de fumar. Luego, por favor, trata de que tu hijo no fume –bueno
no simplemente trates, impídeselo. Ejerce tu autoridad paternal, o maternal.
Sé que tal autoridad ha sido hecha trizas hoy en día, pero los lastimosos
trozos que te queden de ella, ejércelos en lo que en este punto nos
concierne.
8. Socializa a tu hijo
Este es un punto sobre el que quiero insistir. Tus hijos no te pertenecen a ti
sólo. No son simplemente miembros de tu familia. Ellos son, o serán,
miembros de la sociedad, parte de una comunidad más amplia, y han de ser
educados, incluso entrenados, de modo que puedan funcionar de un modo
positivo como miembros de la sociedad. De nuevo, esto trae consigo el
ejercicio de cierta disciplina. Por ejemplo, los niños deben ser educados
para que respeten la propiedad ajena y para que tengan en cuenta los
sentimientos de los demás. De otro modo, lo pasarán muy mal en el mundo
más adelante. Puede ser que tú aguantes rabietas, mal comportamiento y
conducta desconsiderada, pero el mundo no aguantará tales cosas.
Luego socializa a tus hijos. No se los impongas a los demás. Se ve a padres
hacer esto. Jaimito o Mari se están portando mal y siendo muy
desconsiderados con otras personas, pero los padres sonríen con
indulgencia –¡Ah! es así la pequeña, o el pequeño- y los demás deben
aguantarlo y pensar que son una dulzura de niños. De hecho, los demás es
mucho más probable que piensen “que crío más espantoso”.
La buena educación no está de moda hoy en día, asociada como está con
valores burgueses, con la educación de la clase media y todo ese tipo de
cosas; la tendencia es a tirar “el bebé” de la buena educación “con el agua
sucia del baño” de la moda sociológica. Pero tenemos que hacer lo que
podamos para recuperar al “bebe”. Investigaciones recientes han
identificado una relación definitiva entre la mala educación y la
delincuencia juvenil, lo que sugiere que la parte de la socialización que
consiste en inculcarles a los niños buena educación no ha de ser
subestimada.
9. No sean posesivos
Por supuesto, tu hijo es tu hijo, con todo lo que eso quiere decir y eres por
cierto tiempo responsable legalmente por él, o ella. Pero trata de no pensar
“es mi hijo”. No desarrolles la actitud de que nadie tiene porque hablar a tu
hijo ni regañarle si se está portando mal. En una comunidad sana y positiva
cualquier adulto podrá regañar a cualquier niño que se esté portando mal
donde sea. Desafortunadamente, en la sociedad occidental esto no es
actualmente posible. En la India uno ve que ocurre esto, pero en Occidente
las personas parecen resentirse de que alguien se entrometa, como ellos lo
llaman, en el comportamiento de sus hijos.
Los padres budistas, obviamente, no deben tener este tipo de actitud, en
parte, porque como budistas intentamos no tener apegos, o como mínimo
reducir nuestros apegos, y, en parte, porque los padres budistas forman
parte de la Sangha budista. No debe importarte que un compañero budista
considere apropiado llamar la atención a tu hijo por alguna falta al buen
comportamiento. Si tu hijo va al centro budista contigo y, mientras tú estás
ocupado haciendo alguna cosa, él está alborotando por allí, cualquier
compañero budista debe poder decir “venga, Toni, deja de hacer ruido” sin
que te resientas ni te sientas ofendido.
Un aspecto muy importante de no ser posesivos es dejar que tus hijos se
vayan cuando llega la hora de que dejen el nido de los padres atrás y
marchen hacia el mundo exterior. Debes de haberlos educado de tal modo
que puedan marcharse libremente, fácilmente, sin sentimientos de culpa y
con confianza. Y tú habrás de sentirte, si bien algo triste -lo que es
inevitable- bastante complacido y contento e incluso, quizás lo admitas, un
tanto aliviado de ver que se van, sintiéndote además preparado para que tu
relación con ellos pase a tener otras bases.
Hay un verso muy interesante sobre este tema en la obra hindú titulada
Manusmriti. El verso hace referencia al padre y al hijo, pero es aplicable a
la relación de padres y madres con sus hijos. Dice así: Cuando tu hijo tenga
dieciséis años, deja de verlo como a un hijo y trátalo como a un amigo.
Esto, por supuesto, se vuelve mucho más factible cuando el hijo deja la
casa. Cuando tu hijo o hija vaya a visitarte, trata de no verlos como a los
hijos que vuelven al nido buscando alguna comodidad, trata de verlos como
a buenos amigos que vienen a casa para conversar.
10. Enseñen a sus niños a hablar debidamente
A veces cuando voy por ahí y oigo hablar a la gente –no sólo a los niños,
sino a los adultos también- me asombra la extrema pobreza de su
vocabulario. Los estándares parecen estar cayendo en lo tocante al lenguaje
y a la comunicación verbal en general. Por consiguiente, es muy importante
que a los niños se les anime a expandir su vocabulario y a hablar con
corrección gramatical. El habla es el medio principal de comunicación entre
nosotros; a no ser que lo dominemos seremos simplemente incapaces de
comunicarnos más allá de un cierto nivel.
Asegúrate de que tus hijos crecen no solamente hablando, sino hablando
realmente su idioma, hablando con corrección y elegancia, con atención a la
gramática y al uso correcto de las palabras. No tengas miedo de corregirlos.
Hay profesores que mantienen que a los niños no se les ha de corregir
nunca, porque eso les socava la confianza propia, pero es una confianza
propia muy débil la que puede ser socavada así. Si a uno no se le corrige,
seguirá haciendo siempre errores, y esos errores se convierten en hábitos.
Luego corrige a tus hijos cuando se les peguen expresiones incorrectas de
amigos de la escuela y, por supuesto, cuando muestren cualquier tendencia
al mal uso de la lengua.
El habla es algo tan maravilloso. Es una de las grandes creaciones de la raza
humana. Debemos usarla, así como enseñar a que nuestros hijos la usen, tan
completa, efectiva y bellamente como nos sea posible. Enseñar a nuestros
hijos a que hablen bien les da acceso a algo que es verdaderamente muy
precioso.
11. Lleven a sus hijos a festividades budistas apropiadas para ellos.
En esto es mejor ir por el
camino medio; en vez de
dejar siempre a tus hijos en
casa cuando hay una
festividad budista, o siempre
llevarlos contigo: trata de
saber que festividades o
celebraciones son las
apropiadas para ellos. No
todas lo serán. Un programa
que incluya mucha
meditación, por ejemplo, no
será apropiado para niños
pequeños; no es justo esperar
de ellos que se estén
sentados por períodos largos
de tiempo, ni siquiera más de
unos minutos.
Pero a los niños les gusta
participar, les gusta hacer
cosas, luego si la celebración
incluye una puya festiva,
naturalmente tráelos;
obviamente, tras consultar a
quien organice la festividad.
He notado que a los niños les gusta hacer ofrendas al altar: eso es algo que
pueden hacer, es sencillo y poético, y a ellos les gusta. Podrían incluso
preparar ellos mismos sus ofrendas antes y traérselas para ofrecerlas a su
manera.
No insistan en que los niños han de participar en todo –habrá ocasiones en
que no sea apropiado- pero cuando sea posible, inclúyanlos. Quizás en
ocasiones pueda haber una festividad especial para niños.
12. Que tus hijos conozcan a tus amigos budistas.
Esto quizás pueda parecer obvio, pero no siempre ocurre. En cuanto a los
ingleses, específicamente, hay un proverbio que dice que la casa de un
inglés es su castillo, y tenemos la tendencia a no bajar el puente levadizo.
Es parte del carácter inglés la tendencia a mantenerse algo separado de los
demás, así como a mantener separada nuestra vida doméstica de nuestra
vida social. Pero si tienes niños, es una buena idea asegurarte de que pasan
tiempo con tus amigos budistas, o al menos de que tienen algo de relación
con ellos. Muy frecuentemente esto ocurre con naturalidad y espontaneidad,
pero puede que uno necesite hacer un esfuerzo para que ocurra.
Es importante porque, entre otras cosas, ayuda a compensar el aislamiento
del núcleo familiar. En algunas partes del mundo, en la India, por ejemplo,
muchos padres siguen viviendo en el contexto familiar más amplio de entre
diez o quince miembros, o incluso más. Pero en Inglaterra nuestros castillos
se han hecho verdaderamente pequeños. El núcleo familiar parece que se
está aislando cada vez más y esto no es sano ni para ambos padres juntos, ni
para cada uno de ellos por separado; ni para los niños, ni para el niño. Hay
algunas familias hoy en día formadas por dos miembros: padre, o madre, y
un niño -situación que limita bastante, incluso que da “claustrofobia”. Que
tus hijos conozcan a tus amigos budistas ayuda a modificar la naturaleza
potencialmente claustrofóbica del núcleo familiar.
El acostumbrarse desde pequeños a ver a adultos de fuera del círculo
familiar inmediato, ayuda a los niños a desarrollar confianza en sí mismos,
lo que es obviamente una gran ventaja. Una de las cosas que noté cuando
regresé a Occidente después de estar muchos años en Asia, fue que la gente
en general parecía carecer de auto-confianza. Los padres deben hacer todo
lo posible para asegurarse de que sus hijos crezcan con abundante autoconfianza
–no el tipo de confianza que encuentra expresión en
comportamiento antisocial, sino auto-confianza de carácter positivo, incluso
creativo. Para el desarrollo de la auto-confianza del niño es bueno que se
acostumbre a relacionarse con adultos de fuera del círculo familiar
inmediato.
13. Enseñen a sus hijos a respetar el medio ambiente.
Se ve con bastante frecuencia a los niños tirar despreocupadamente el
envoltorio de las golosinas y otras cosas por la calle, sin consciencia de lo
que están haciendo, parece ser, o quizás simplemente por estar
acostumbrados a pensar que alguien va detrás de ellos limpiando, que no es
su responsabilidad mantener las calles sin basura. Esto es, por supuesto,
sintomático de una actitud que en potencia tiene consecuencias de gran
alcance para el medio ambiente.
Aun en tiempos del planeta que eran más verdes, en la época del Buda, el
medio ambiente le importaba mucho al budista practicante y el Buda mismo
dejó bastante dicho sobre esto. El padre o la madre budista deseará educar a
sus hijos de modo que cuiden y respeten el medio ambiente, que es al fin y
al cabo “su” medio ambiente. Conforme se hagan más mayores, los padres
podrán debatir con ellos asuntos medioambientales -además de otros
asuntos, por supuesto, pero los asuntos medioambientales tienen una
aplicación práctica inmediata.
14. Enseñen a sus hijos a tener empatía.
Esto es verdaderamente importante. En estos últimos años ha habido mucha
discusión en Inglaterra sobre el doloroso caso de James Bulger, un niño
pequeño asesinado por dos chiquillos. En un debate radiofónico después del
juicio, alguien dijo que la razón por la que los dos muchachos habían
cometido el terrible crimen era que no habían sido educados en el
conocimiento de la diferencia entre el bien y el mal. Pero una psicóloga que
participaba en el debate no estaba de acuerdo y señaló que los dos
muchachos habían sido declarados culpables de asesinato –en otras
palabras, había sido establecido que ellos conocían la diferencia entre el
bien y el mal. Y continuó mencionando un punto de gran importancia: que
no es suficiente conocer la diferencia entre el bien y el mal, uno también ha
de ser capaz de tener empatía por los demás, por los otros seres vivos. Sin
empatía, el reconocimiento de la diferencia entre el bien y el mal será
puramente conceptual y abstracto, y no influirá necesariamente en el
comportamiento.
Claro está que no se pueden dar clases de empatía. No se la puede incluir en
el plan de estudios de la escuela. En esto también cuenta el ejemplo de los
padres. Los niños pueden ser enseñados a tener empatía por las personas y
por los animales también, enseñados a darse cuenta de que los animales
sienten dolor igual que ellos mismos. Hay un episodio en el Canon Palí en
el que el Buda se encuentra con unos muchachos que atormentan a un
cuervo y les dice “si fuerais atormentados de ese modo ¿Cómo os
sentiríais? Por supuesto ellos le responden que no les gustaría y el Buda les
dice “sentiríais dolor si se os tratara así ¿No pensáis que el cuervo también
lo siente? Los muchachos tienen que admitir que sí que lo siente. Dicho de
otro modo, empiezan a tener empatía por el cuervo.
En la famosa serie de grabados de Hogarth llamada Las cuatro fases de la
crueldad, el primer grabado representa a unos muchachos atormentando a
un perro y a un gato. En el siguiente uno de los muchachos comete un
asesinato. En el tercero el muchacho que ha cometido el asesinato es
ahorcado. Y en el cuarto, su cuerpo está siendo diseccionado por unos
cirujanos. Hogarth parece decir que la vida violenta que termina con la
violencia infligida al ahorcado, comienza por atormentar a animales, por
carecer de empatía por otros seres vivientes.
Hay personas tan sensibles que sienten empatía incluso por las plantas y no
quieren coger flores porque sienten que la planta es herida en alguna forma.
No todo el mundo puede tener empatía en tal grado, pero como mínimo
debemos tener empatía por los animales y por los demás seres humanos.
Esta es una de las cosas más importantes que podemos enseñar a nuestros
hijos.
15. No se sientan culpable por haber cometido errores.
Ser padres no es fácil. Aunque no soy padre, lo sé muy bien porque a veces
los padres se sinceran conmigo y yo mantengo los ojos y los oídos abiertos.
Es muy difícil ser padres, ya sea madre o padre. Es más difícil ahora que
antes, al menos en cierto sentido. Hay tantas variables, tantas decisiones
que tienes que tomar sin poder saber todos los factores relevantes. Y las
cosas te pueden salir mal a pesas de tus buenas intenciones.
Aparte de esto, los niños son individuos, traen consigo su propio karma.
Puede que eduques a tu hijo o hija magníficamente y que te salga un
monstruo; puede que los eduques muy mal y que te salgan muy buenos. Yo
he visto esto porque he vivido ya lo suficiente para poder ver el karma
descender de una generación a la siguiente. Por ejemplo, he visto niños
educados muy mal que ahora son buenos padres.
Luego hemos de tener en cuenta el karma. Aparte de los cromosomas, no
sabes que karma trae consigo mismo tu hijo. Las cosas pueden salir de
modo muy distinto al que tú esperas. Además, aparte de esto, tú eres un ser
humano falible. No eres omnisciente. Quizás no debas decírselo a tus hijos
demasiado pronto, pero los padres no lo saben todo y pueden cometer
errores.
Si has hecho por tus hijos lo mejor que has podido realmente y en cada fase
has tomado la decisión que pensaste que era la mejor, si las cosas parecen
haber salido mal, aprende de ello pero no te culpes demasiado. No te sientas
culpable. Si más adelante en la vida tu hijo hace algo espantoso no te
atormentes por eso. No pienses que si tu no hubieras hecho eso o aquello,
las cosas habrían salido de distinto modo. No lo sabes. No puedes
averiguarlo. Tienes que hacer lo mejor que puedas en el presente, aquí y
ahora. El resto es karma, azar, circunstancias, la sociedad. Luego no te
sientas culpable si resulta que has cometido errores. Y ni siquiera te
muestres demasiado dispuesto a pensar que lo que ha ocurrido es debido a
tus errores. Puede ser que no lo sea. No lo sabes. Pero de un modo u otro no
te culpes. Hiciste lo mejor que pudiste entonces. Eso debe bastarte a ti y a
los demás.
Algunos padres sienten que han de pedir disculpas a sus hijos por la forma
en que los educaron. Si hiciste algo definitiva e indudablemente malo que
claramente ha causado sufrimiento a tu hijo, en ese caso, de acuerdo, pídele
disculpas cuando sea lo suficientemente mayor para comprender. Pero, a
parte de eso, ten presente que una vez que tus hijos han alcanzado el uso de
razón, son responsables de sus vidas. Si algo sale mal, o si tu hijo o hija
hace algo malo, que no te culpen ellos a ti. Tus hijos son responsable de
ellos mismos, igual que tu lo eres de ti mismo. Tú eres responsable de ellos
sólo en cierta medida y por un período de tiempo limitado.
Estas son tan sólo algunas cosas que han de considerarse sobre la relación
entre padres e hijos desde un punto de vista budista. Se ha de sobrentender,
así lo espero, que todas estas reflexiones tienen que ser comprendidas como
parte de una comprensión general según la cual como padres budistas
ustedes se relacionan con sus hijos con amor y afecto, y todo lo que traten
de hacer –incluidas las ocasiones en que necesiten hacer uso de la
disciplina- lo harán con ese espíritu de amor.
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martes, 1 de diciembre de 2009
Budismo Fundamental Explicado
Budismo Fundamental Explicado
Ministerio de Instrucción Budista
-
La explicación explícita del Budismo, está basada en el Canon Pali, reconocido por los escolares budistas como el documento escrito más antiguo que ha sobrevivido de lo que Buda efectivamente dijo y enseñó.
Beneficios
Terminación de la angustia, la desesperación, el sufrimiento y el dolor. Paz Mental. La realización propia de la Verdad Última.
Para una comprensión más efectiva, nosotros sugerimos que se lea despacio y en alta voz.
Nuestra organización promueve el budismo fundamental a aquellos que buscan la Sabiduría Perfecta y el escape permanente de toda angustia a través de la realización de la Realidad Verdadera y Última, el Nirvana, lograda a través del esfuerzo interno y la dedicación, aquí y ahora en este estado, inclusive antes de la muerte. Nosotros hacemos esto proveyendo estos diálogos escritos, completamente gratis, a las personas que están buscando por LA VERDAD ÚLTIMA, los cuales en la meditación y la concentración profunda reflejarán, examinarán, analizarán y pesarán lo que ellos han leído.
El Budismo es una de las grandes religiones del mundo. Esta religión está basada en las enseñanzas de Sidarta Gautama, comúnmente llamado “El Buda”, quien vivió aproximadamente desde el año 557 al 477 antes de Jesucristo. La palabra “Buda” significa El Supremamente Iluminado o Completamente Despierto (también un Tatagata) quien ha ganado la realización de la Realidad Absoluta de la Verdad Permanente, LA VERDAD FUNDAMENTAL O ÚLTIMA.
El Budismo fundamental que nosotros promovemos está basado en nuestro estudio prolongado y en interpretación de las traducciones al inglés de los discursos de Buda, casi 5,000 páginas, traducidos en 16 volúmenes por la Sociedad de Textos de Pali. Ellos son parte de la Colección de Cánones de Pali (Tipitaka), con un total de 12,800 páginas. Estas traducciones de la Sociedad de Textos de Pali están disponibles a través de la compra directa a dicha Sociedad. Estos discursos fueron compilados casi inmediatamente después de la muerte de Buda por los miles de monjes que Buda estableció durante sus 45 años de ministerio. Ellos estuvieron dedicados y consagrados a escribirlos en el año 29 antes de Jesucristo. Ellos contienen el corazón o el núcleo de las enseñanzas Budistas y están reconocidos por todos los eruditos Budistas como los más antiguos en existencia.
Para obtener su propia copia del Canon Pali, pida por correo regular o electrónico (e-mail) la LISTA DE LIBROS de la Sociedad de Textos Pali. Busque al final de este sumario la dirección regular o electrónica (e-mail).
Para una comprensión definitiva de lo que Buda realmente enseñó, no hay un sustituto para estos reconocidos antiguos documentos escritos de lo que Buda actualmente dijo. Los primeros 3 volúmenes que nosotros recomendamos de todo corazón para su estudio son los Máximas de Mediana Longitud (Majjhima-Nikaya, Majjhima Nikaaya y los Diálogos Adicionales de Buda), Volúmenes 1, 2 y 3. Estos tres volúmenes contienen la mayoría de las claves esenciales para el entendimiento fundamental del Budismo, para un entendimiento completo de la forma que las cosas realmente son, y para conocer el curso de regreso a la Realidad Fundamental Verdadera.
Los siguientes volúmenes de discursos son: Las Máximas Ancestrales (Sanyutta-Nikaya, Sa.myutta-Nikaaya, El Libro de las Máximas Ancestrales) Volúmenes 1 al 5, entonces las Máximas Graduales (Anguttare-Nikaya, A”nguttara-Nikaaya, El Libro de las Máximas Graduales) Volúmenes del 1 al 5, seguida por los diálogos de Buda (Digha-Nikaya, Diligha-Nikaaya, Diálogos del Buda) Volúmenes 1, 2 y 3.
Estos discursos pronunciados por el Buda, que tratan de la realización de la Realidad Permanente Verdadera, SON UN MAESTRO EFECTIVO para aquellos que buscan la Iluminación, para aquellos que buscan el Nirvana (Nibbana), para aquellos que buscan el escape de todas las angustias y sufrimientos, para aquellos que buscan la Verdad Fundamental o Última.
Sidarta Gautama nació príncipe en un reinado por donde ahora es el área del límite entre la India y Nepal. A la edad de 29 años, deseando conocer el camino que guía al final de toda la inestabilidad (impermanencia) y angustia, para asegurar su bienestar permanente, él renunció al mundo llegando a ser un vagabundo ascético, haciendo el voto solemne de encontrar la Realidad Última Verdadera. El fue un Bohdisattva, que es uno que va a través de un período intenso de desarrollo y práctica para obtener la realización de la Sabiduría Perfecta, la Iluminación Suprema Total y para llegar a ser un Buda.
A la edad de 35 años, por el enfoque total, en una sola meta, él completó su propósito y obtuvo la realización de la Sabiduría Perfecta. Él encontró la respuesta que guía a la completa cesación de toda la inestabilidad (impermanencia) y angustia, que guía a alcanzar la otra orilla, la cual es la Realidad Verdadera Permanente, el Nirvana. Él entonces comenzó a enseñar, instruir y guiar a otros que similarmente estaban buscando la Sabiduría y la Iluminación. Es la enseñanza del Buda la que es la base o fundamento del Budismo.
En el Budismo Fundamental, el énfasis está en la búsqueda de la Verdad, en conocerla y en entenderla. El énfasis NO está puesto en una fe CIEGA. La enseñanza del Budismo está basada en “ven y observa” y nunca en, ven y cree. El Budismo es racional y requiere el esfuerzo personal, declarando que sólo por el esfuerzo de uno mismo puede realizarse la Sabiduría Perfecta. Cada individuo es responsable por su propia emancipación de la angustia y el sufrimiento.
El Budismo permite a cada individuo estudiar y observar la Verdad internamente y no exige ni necesita ninguna fe ciega antes de aceptarlo. El Budismo no aboga por dogmas, ni credos, ni ritos, no ceremonias, ni sacrificios, ni penitencias, todos los cuales deben usualmente ser aceptados por una fe ciega. El Budismo no es un sistema de fe y culto sino más bien es meramente un Pasaje a la Iluminación Suprema. El Buda aludió o se refirió a sus enseñanzas como simples o como una balsa que nos saque de esta orilla de sufrimiento e impermanencia y nos lleve a la otra orilla de bienaventuranza y seguridad, la Realidad Permanente Verdadera, el Nirvana. Posteriormente a la realización del Nirvana, la balsa ya no es necesaria.
El Buda se refirió a sus enseñanzas como el Camino Medio, llamado así porque él evita los extremos de ambos, la indulgencia propia en el mundo y la mortificación propia de un ascetismo estricto. El pasaje o camino que él enseñó incorpora a ambos, el progreso intelectual más el progreso espiritual con la práctica que refleja la compasión, la moralidad, la sabiduría y la concentración mientras al mismo tiempo el ver y entender el mundo de la existencia como realmente es.
Deberá ser notado que en este diálogo, el cual se esfuerza por esbozar o delinear lo que el Budismo realmente es, ni la coacción ni las persecuciones ni el fanatismo desempeñan ninguna parte en el Budismo.
El Budismo es el PASAJE O CAMINO DE ESCAPE para aquellos que buscan el final permanente, aquí y ahora, de toda angustia. Y ¿qué exactamente es angustia? Angustia es el nacimiento, el sufrimiento, el dolor, la tristeza, la enfermedad, la vejez, la muerte, la aflicción, la desesperación, la pobreza, la maldad, las lamentaciones, las calamidades, las tribulaciones, los infortunios, la guerra, la locura, el hambre, los deseos no logrados, las necesidades insatisfechas, la asociación con lo indeseado, la separación de lo querido, y es lo que es inestable e incontrolable.
El Budismo es para aquellos que han llegado a comprender que lo que ha sido CREADO es IMPERMANENTE; y que lo que sea que es impermanente es inherentemente enfermizo y dañino. Ningún deleite o felicidad permanente se encontrará en lo que es impermanente, sólo dolor y peligro.
La meta de conducirse por el camino de la doctrina del Budismo es zambullirse en el Nirvana. Él tiene el Nirvana como su objetivo. El Nirvana es su fin. La Realidad Verdadera realizada. El Noble Camino Óctuple del Budismo es el medio para este fin. Ocho actividades - un curso de acciones muy específicas - que deben desarrollarse simultáneamente para realizar la meta, el Nirvana.
1.La primera parte del Noble Camino Óctuple es VISIÓN CORRECTA o COMPRENSIÓN CORRECTA. Esto quiere decir el conocer las Cuatro Nobles Verdades.
La Primera Noble Verdad es el conocimiento de que TODO lo que ha sido CREADO es IMPERMANENTE. Y cualquier cosa que sea impermanente es inherentemente enfermizo y dañino. Y lo que es impermanente, enfermizo y dañino NO ES EL YO.
La Segunda Noble Verdad es el conocimiento de que la llegada de la enfermedad está basada en la ignorancia y que se perpetúa por el antojo y la embriaguez por la sensualidad y las sensaciones, por el llegar a ser una y otra vez y por las concepciones falsas o ilusiones y la ignorancia.
La Tercera Noble Verdad es el conocimiento de que la EXTINCIÓN O EL CESE de todo lo enfermizo y dañino que ha surgido y que surgirá en el futuro, es el Nirvana. La Realidad Verdadera realizada, libre de todo lo enfermizo y dañino.
Y la Cuarta Noble Verdad es el conocimiento de El Noble Camino Óctuple que guía a la extinción y cesación de lo enfermizo y a ganar la meta: el Nirvana. El Estado Permanente Verdadero del Yo, la Realidad MISMA, Absoluta, Constante, Duradera, Estable, la Semejanza, la Sabiduría Perfecta.
2. La Segunda Parte del Noble Camino Óctuple es PENSAMIENTO CORRECTO o PROPÓSITO CORRECTO. Esto significa aspirar a obtener la realización de la Sabiduría Perfecta, la Realidad Permanente Verdadera y Última. Abstenerse de todo acto y pensamiento malévolo. Lograr la destrucción total de todos los deseos vehementes. Renunciar a todo lo manifestado, todas las construcciones y todo lo que es “creado” inventado.
Desarrollar el “desapasionamiento” o imparcialidad u objetividad, el total desapego, la absoluta renunciación, el rendimiento propio. Lograr la cesación de todas las realidades “creadas”. Realizar uno mismo el Despertar Incomparable del Ser o el Yo. Ganar la libertad de la Mente, la libertad a través de la Sabiduría Intuitiva Perfecta, la emancipación lúcida, racional e inmune de la Voluntad.
3. La Tercera Parte del Noble Camino Óctuple es HABLAR CORRECTO. Abstenerse de hablar mentiras, de hablar con prejuicios, de hablar maliciosamente y de hablar frívolamente. Participar en discusiones que se ocupen y nos guíen al Nirvana, lo que es genuinamente PERMANENTE y REAL.
4. La Cuarta Parte del Noble Camino Óctuple es ACCIÓN CORRECTA. Abstenerse del todo a matar a cualquier criatura de ninguna forma. Abstenerse del todo de robar en cualquier forma. Abstenerse de cualquier conducta impropia sensual o sexual. Abstenerse de todo acto malévolo; abstenerse de todas las formas de embriaguez.
5. La Quinta Parte del Noble Camino Óctuple es VIVIR CORRECTO. Abstenerse de todas las formas de vivir malévolas; abstenerse de todo método de vida malévolo.
6. La Sexta Parte del Noble Camino Óctuple es ESFUERZO CORRECTO. Destrozar todos los estados mentales malévolos que ya han llegado; prevenir cualquier estado mental malévolo de surgir; mantener y crecer los ESTADOS MENTALES BUENOS que ya han llegado; y hacer crecer NUEVOS estados mentales que no han llegado todavía, tales como bondad amorosa por TODOS los Seres, compasión y misericordia por todas las criaturas, piedad y ecuanimidad.
7. La Séptima Parte del Camino Óctuple es ATENCIÓN CORRECTA. Contemplar como impermanente, enfermizo y que no pertenece a uno: Cuerpo, Sentimientos, Percepciones, Mente, Consciencia, Pensamiento, Estados Mentales, Objetos Mentales, Actividad Mental. Crecer la repulsión por el mundo, mirándolo como la creación en deterioro y corrupta que es y crecer en objetividad y desapasionamiento, desapego total, calma, tranquilidad, mirando que todo es Inexistente, el No Ser. Ignorar todo lo que es percibido, permanecer distante y apartado de ambos, tanto los placeres como los dolores que surgen de la creación de los sentidos y la sensualidad.
La Octava Parte del Camino Óctuple es CONCENTRACIÓN CORRECTA. Apartarse del mundo, apartarse de los estados diabólicos o malévolos, apartarse de todas las sensaciones de los sentidos, viviendo en soledad, retirado, entusiasta, diligente, firme y determinado, desarrollando penetración y astucia de Mente a través de meditación intensa y reflexión.
Para entrar, Y ENTONCES TRANSCENDER, ocho estados superiores de consciencia que guían a incrementar la Sabiduría Intuitiva, la Visión Interna y el Conocimiento Superior Directo, y a destruir los hábitos compulsivos o adiciones y los deseos vehementes, y a realizar la Realidad Verdadera, taladrando eficazmente la coraza de la ignorancia, el error, la ilusión y la decepción. A medida que uno obtiene los estados de Mente y Consciencia superiores, la verdadera naturaleza de como las cosas realmente son, puede ser vista claramente, ambas, intuitivamente y con el esfuerzo supremo, por el Conocimiento Superior Directo. La Realidad Verdadera desdoblándose, la Iluminación Propia del Ser (yo) por el Ser (Yo).
El desarrollo de los eslabones o vínculos del Noble Camino Óctuple son como sigue: (1) la Pureza de Hábitos Morales es un requisito al igual que la Pureza de Mente; (2) la Pureza de Mente es un requisito al igual que la Pureza de Visión; (3) la Pureza de Visión es un requisito al igual que la Pureza Para Traspasar la Duda; (4) la Pureza Para Traspasar la Duda es un requisito al igual que la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Camino y lo que NO es el Camino hacia la Realidad Verdadera; (5) la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Camino y lo que NO es el Camino hacia la Realidad Verdadera es un requisito al igual que la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Curso del Progreso a través del Camino; (6) la Pureza de Conocimiento y Visión en el Curso del Progreso a través del Camino es un requisito al igual que la Pureza surgiendo y levantándose del Conocimiento y la Visión Interna o Penetración; (7) la Pureza surgiendo y levantándose del Conocimiento y la Visión Interna o Penetración es un requisito al igual que realizar el Nirvana, sin ningún remanente de apego para lo que fue creado, impermanente, enfermizo y sin esencia, el No Ser, lo Inexistente.
Los siete vínculos o eslabones que se deben cultivar para llegar a la Iluminación comienzan con la (1) COMPLETA ATENCIÓN, contemplando el cuerpo y los sentimientos, la mente y los estados mentales, el pensamiento, las ideas y las aspiraciones, claramente consciente de ellas, prestándoles una completa atención de manera de controlar la codicia y el abatimiento común en el mundo; siguiendo con la (2) INVESTIGACIÓN del Dharma, aprendiendo y recordando o memorizando la doctrina que guía a la Realidad Verdadera, lo No Creado; continuando la (3) ENERGÍA del esfuerzo; seguido por el (4) DELEITE; entonces la (5) TRANQUILIDAD; más adelante la (6) CONCENTRACIÓN; y finalmente la (7) EQUANIMIDAD.
Los Cinco Factores de Control son: (1) El Poder de la Fe, (2) El Poder de la Energía, (3) El Poder de la Atención Completa, (4) El Poder de la Concentración, y (5) el Poder de la Vista Interna o Penetración.
Los componentes de las Bases de los Poderes Psíquicos son el Deseo, la Energía, el Pensamiento y la Investigación, junto con los factores asociados de la Concentración y la Lucha con el enfoque de la voluntad: “Yo Ganaré, lograré, realizaré y permaneceré y habitaré en el Nirvana, la Inmortalidad, lo No Nacido, La Realidad Absoluta Permanente Realizada, aquí y ahora mismo.” Y la práctica que guía al cultivo de los Poderes Psíquicos para ganar la meta, es el Noble Camino Óctuple.
Las Tres Facultades de Control son: (1) La Consciencia que dice, Yo conoceré lo incognoscible, lo No Nacido, lo No Creado, TODO lo que debe de ser conocido, El Estado Permanente Verdadero de la Realidad; (2) seguido por la Consciencia del Conocimiento y entonces (3) por la Consciencia del Uno que TIENE el conocimiento.
Y el “Conocimiento” por la Sabiduría Intuitiva, la Visión Interna o Penetración y el Conocimiento Directo es este:
El Estado Permanente Verdadero de la Realidad es el Nirvana, ESE que No Es Nacido, Sin Hacer, No Manifestado, No Hecho, el que No tiene Condiciones, La Verdad, el Nunca Creado, el No Construido, el No Creado, el Sutil, el Estable, el que No se Deteriora, el que No Envejece, el que No Muere, el Inmortal, el Pulcro, la Paz, la Bienaventuranza, la Pureza, el Excelente, la Perfección y Grandeza de la Sabiduría, el estado Libre de Enfermedades, la Exoneración y Liberación de la Enfermedad, el Sin Nombre, la Serenidad y la Pureza de la MISMA Realidad Incambiable Absoluta, la Norma, el Maravilloso, la Meta, lo Real.
En pocas palabras, EL FINAL - lo que siempre fue, no compuesto, permanente y ESTÁ con TODO lo que ha sido CREADO, compuesto, impermanente, fugaz y efímero y CESANDO DE SER. La Existencia con todos sus reinos o dominios de los sentidos, de las formas, de las sin formas, el universo físico con todos sus dominios desde los infiernos hasta los cielos SON TODOS CONSTRUCCIONES.
Realidades fabricadas artificialmente, con el Ser, ESO QUE ES LA REALIDAD ABSOLUTA PERMANENTE MISMA, experimentando los sentidos, las sensaciones y las experiencias de los sentidos “ vicariamente”, a través de creaciones incalculables manifestadas del cuerpo y la mente - “Seres” - en variedades incalculables de mundos creados y manifestados de ambos dominios, materiales e inmateriales - inferiores, medios y superiores - alcanzando desde los cielos hasta los infiernos.
Pero TODO lo que es creado es impermanente, sujeto a la decadencia y el final, y aunque inherentemente un estado enfermizo del ser, y por lo tanto, el No Ser, porque la Verdadera Naturaleza de la Realidad Absoluta Misma no es realmente una parte de estas manifestaciones, de estos juegos de “castillos de arena” - ni de este vasto espectáculo de ficción inventada de marionetas, ni de esta ilusión ayudada por el estado de la Propia Ignorancia.
De acuerdo con el Budismo, cualquier “Ser” que no resuelve lograr la Iluminación propia y la Realidad Verdadera, continuará reformando esas realidades fabricadas y construidas de los deseos de los sentidos, formas y no formas. Tendrán renacimientos futuros continuos y cada “vida” será buena o mala, feliz e infeliz, placentera o dolorosa, o una combinación de las dos, todo de acuerdo con las PASADAS acciones buenas o malas que han hecho, hablado o pensado, con el ser MENTAL a la vanguardia como el predecesor de todas las manifestaciones de entidades individuales de realidades construidas, creadas y fabricadas y en tal forma condicionadas que son hechas estados de existencia.
En pocas palabras, el péndulo del renacimiento, yendo de un lado a otro, de atrás hacia delante y viceversa continuamente entre los infiernos, los cielos y el universo físico, HASTA que el YO/SER de cada “Ser” decide poner fin a toda manifestación, y terminar de vivir vicariamente a través de las construcciones de realidades artificiales, para ESCAPAR de lo que ha sido creado, de lo que ha llegado a ser una masa confusa en deterioro y desintegración, una masa podrida y manifestada de sufrimientos, dolores y angustias perpetuadas por los deseos vehementes, el odio, la lujuria, la fantasía, el error y la ignorancia.
Esta evidencia de continuos renacimientos perpetuados y reformados, con “vidas” futuras determinadas de acuerdo con las acciones hechas en las VIDAS PASADAS, puede ser vista fácilmente en la gran diversidad de Seres nacidos en este mundo, que inmediatamente al nacer tienen una gran fortuna o un destino adverso, AUNQUE ACCIONES DE NINGUNA CLASE HAN SIDO HECHAS EN SU NUEVA VIDA! Piensen sobre esto y entonces comparen su vida “presente” con las vidas de los otros cinco billones de seres “humanos” en este mundo, y definitivamente para la vida de TODOS los diferentes tipos de Seres del mundo.
La meta del Budismo es el escape de esta ENFERMIZA REPETICIÓN que ha surgido, estos renacimientos repetidos y reformados, a través de la vía de la destrucción de los “deseos” por el sentir y las sensaciones de los sentidos, por llegar a ser esto o aquello, por la fantasía y por la ignorancia.
Y si usted piensa que el mundo NO está realmente lleno de desesperación, sufrimiento, dolor y angustia, USTED NECESITA EXAMINAR DE CERCA la naturaleza del mundo en que usted vive sin los cristales color rosa de sus espejuelos.
Solamente porque en esta vida SU sufrimiento y SU angustia no son “muy malos” usted todavía puede que no sea inmune a los renacimientos donde su próxima vida es tan horrible como la que cientos de millones de seres humanos viven AHORA en este mismo día en todo este mundo.
Piensen de la “vida” y TODO LO QUE HA SIDO CREADO como una alucinación o fantasía repetitiva y adictiva - muy pero muy antigua, incalculable en edad, corrompida por mucho tiempo, pervertida, devastada y llegando a teñirse por la descomposición.
Para despertar de esa fantasía, el primer paso es que el YO investigue, analice, reflexione y medite en lo que realmente está pasando a nuestro alrededor y consecuentemente en lo que vemos, que TODO ES IMPERMANENTE, y entonces ver y saber que lo que es impermanente, efímero y sujeto al cambio es inherentemente SUFRIMIENTO, ANGUSTIA E INFELICIDAD.
Entonces, con la Perfecta Sabiduría Intuitiva, SABER, que lo que sea que es impermanente, sujeto al cambio, y por lo tanto al sufrimiento no puede ser el YO EN SU NATURALEZA VERDADERA. El Yo ENTONCES debe comenzar a observar por un medio de escape de esta fantasía y sueño adictivo, esta realidad artificial que ha surgido, que es una pesadilla y que ES dolor, angustia y sufrimiento.
No se le ha ocurrido a usted pensar: ¿POR QUÉ estoy sujeto al nacimiento, a la enfermedad, a la angustia, a la decadencia, a la vejez y a la muerte, que también es impermanente?
¿No sería para la seguridad de mi bienestar permanente que yo, aunque sujeto al nacimiento por el yo, a la enfermedad, la angustia, la decadencia, la vejez y la muerte, habiendo visto lo perecedero de todo eso que conlleva el nacimiento, debería preferiblemente de la misma forma buscar el Nirvana, la REALIDAD ABSOLUTA PERMANENTE Y VERDADERA, la seguridad permanente de esta masa CREADA y manifestada de dolor, angustia y sufrimiento?
La forma material, los sentimientos, la percepción la actividades y la conciencia/mente son atracciones y tentaciones adictivas para perpetuar las realidades falsas en esos dominios de existencia fabricados, esos condicionados, hechos, artificiales, temporales, transitorios, estados ficticios de existencia. Por último, los deseos por esas construcciones DEBEN ser alejados para que la bienaventuranza permanente de la Realidad Verdadera sea realizada.
Y ¿qué es el YO, la Realidad Absoluta Permanente Verdadera? Desde la perspectiva de una creación construida, en un mundo construido, en una realidad fabricada, una mente “Sin YO” nunca podría saber la naturaleza de lo que No Se Ha Creado. La Verdadera Realidad del YO es incomprensible, inconcebible, inmutable, inescrutable, profunda, sin límites, inmensurable, sin marca, sin signos, indefinida, imposible de entender. Solamente el YO, Supremamente Despierto, puede saberlo EL MISMO, y el Yo de un “Ser” manifestado y creado que está COMPLETAMENTE despierto, y que llamamos un BUDA.
Ahora lo que se ve, se oye, se siente, se sabe, se obtiene, se busca y se expresa por la mente es impermanente. Las Percepciones o Interpretaciones perfectas “CORRECTAS” no pueden ser creadas de algo creado, una construcción Sin Yo. Sólo la Realidad Absoluta Permanente Verdadera, a través de SU Propia Realización, Sabiduría Intuitiva y COMPLETO Despertar e Iluminación puede SABER.
La Realidad Absoluta Verdadera ES el YO. Pero dado que la REALIDAD ABSOLUTA VERDADERA es incomprensible, no es la creencia entonces que “eso” - un SER manifestado después de morir, Yo, como esta personalidad, esta individualidad - llegará a ser permanente, eternamente durable, no sujeto al cambio, YO permaneceré actuando en lo eterno, ¿no es esto completamente absurdo dado que TODO lo que es creado e impermanente es esencialmente una fantasía, un espectáculo de marionetas mentales? Esta es la razón por la cual los Budistas eliminan todas las creencias falsas y los caprichos vanos de que EN lo que es CREADO e IMPERMANENTE no hay “nada permanente” que realmente pueda decir, “YO SOY, MIO, YO SERÉ y YO SOY EL HACEDOR.”
Pero… “a través de lo que es manifestado, lo siguiente se puede decir:
El cuerpo, los sentimientos, la percepción y la mente/consciencia no son el Yo. El Yo no tienen cuerpo, ni sentimientos, ni percepción, ni actividades, ni mente/consciencia. Esas cosas construidas en realidades fabricadas fantasiosamente, de acuerdo con el Ser que sigue el Budismo Fundamental, son observadas y juzgadas como, “Estas cosas CREADAS no son mías, estas cosas no soy Yo, estas cosas no son el Yo mío, y no son el Yo de todos los Seres en todas las realidades fabricadas.”
Los Diez Eslabones que “encadenan” los Seres para perpetuarse ellos mismos en realidades artificiales, manufacturadas, ficticias son:
1. Las creencias e impulsos de una personalidad individual permanente, alma o yo.
2. El apego a interpretaciones o percepciones, ritos, rituales, dogmas y supersticiones erróneas.
3. Las dudas y la confusión.
4. Los vínculos, los apegos, las pasiones, los deseos de los sentidos, la lujuria y las ambiciones.
5. La antipatía, las aversiones, el odio, la malicia, el deseo enfermizo, la malevolencia y el despecho.
La lujuria y los deseos por perpetuar las formas de Materia en buen estado de aquí en adelante.
La lujuria y los deseos por perpetuar las no formas y el más allá de lo que no es la Materia, de aquí en adelante.
Los Puntos de Vista incorrectos de las ideas y conceptos más el orgullo y la arrogancia, declarando, “Yo soy el hacedor”.
La excitación por las construcciones y el perpetuar las realidades artificiales, la Desilusión e Ilusión Propia.
10. La adición al fingimiento propio y al estado completo de Ignorancia Propia, necesario para la ILUSIÓN de realidades artificiales e individualidades que parecen reales y también necesario para no ver la impermanencia y la enfermedad por lo que son, y el dolor y lo perecedero asociados con estas adiciones, concebidos enfermizamente y condicionados, estados efímeros de la existencia ficticia fabricada.
Esto comprende “la maquinaria” que impulsa la continuación de la repetición por cada Punto de Vista del Yo.
La meta es el destruir la adiciones, los deseos, que perpetúan la manifestación de las realidades construidas donde hay la experiencia VICARIA de los sentidos, las sensaciones y los sentimientos en los mundos construidos, en los dominios fabricados, todos ellos que son impermanentes, enfermizos y ausente del Yo. Esta terminación de todos los deseos, adiciones y manifestaciones iguala al Nirvana, el Estado de Realidad Verdadero y Permanente, la LIBERTAD de lo que ha surgido.
El Budismo y el Dharma (Dhamma) o doctrina es el Pasaje o Camino que finaliza las adiciones, los deseos vehementes, el llegar a ser una y otra vez de los estados de existencia falsos construidos; y así obtener la meta, EL ESTADO VERDADERO DE LA REALIDAD PERMANENTE. Y con la realización del estado verdadero de la realidad permanente, el final de todo sufrimiento y angustia, el final de todo renacimiento, el final de todo lo que es creado, impermanente, enfermizo y sin YO.
Todos los deseos, todas las adiciones, todos los impedimentos DEBEN por ultimo ser renunciados, destruidos, terminados, desechados y abandonados para poder finalizar todos los renacimientos, para terminar toda la renovación de las realidades falsas manufacturadas, y ganar el Nirvana, la Inmortalidad, el estado permanente verdadero ESO DE HECHO ES LA ÚNICA REALIDAD VERDADERA.
Todos los estados falsos de existencia construida y todas las creaciones construidas de todos los elementos de ambos, material e inmaterial, la figura material, el cuerpo, los órganos de los sentidos, los campos de los sentidos internos y externos, las sensaciones, los sentimientos, las experiencias, la percepción, las actividades, la mente, la consciencia, los estados mentales y de pensamiento, son impermanentes, enfermizos y sin Yo propio. Todas las construcciones desde la perspectiva Budista son observadas como, “No son mías, esas creaciones no son YO, esas no son el YO para mi, o el YO mío. La verdadera naturaleza del Yo, la que no es DE o está EN esas cosas, es No Nacida, No Creada, Inmortal, ESO que es inconcebible.
“Lo que sea y donde quiera, cualquier cosa que ha llegado a ser, que ha llegado a manifestarse; que es compuesta y construida; que es pensado e influenciado o cambiado y creado mentalmente; es dependiente en algo o en cualquier cosa, es IMPERMANENTE. Lo que es impermanente eso es inherentemente infeliz, angustioso, enfermizo. Lo que es impermanente, la infelicidad, la angustia y la enfermedad no es mía, ni de mi, eso no soy Yo, eso no es el Yo mío.”
El YO es; pero este, o lo otro, no es. Lo que es permanente es real. Lo que es impermanente es lo que no es real.
Todo “esto” - todo - es creado, pensado y afectado o cambiado, fugaz, impermanente, y sólo es una fantasía del No Yo, una intelección o razonamiento gastado, una creencia u opinión, una imaginación, un estado de desilusión, TODO hecho de pensamiento, que inherentemente debe de terminar en disolución. Todo es el círculo vicioso de una invención ficticia. Y para uno que ha dejado de tener apegos o deseos por lo que no existe en verdad, ya no hay más angustia mental o renacimiento.
Las cosas creadas, son inherentemente sujetas a la decadencia, y entonces finalmente ellas son disueltas otra vez.
Por mucho, mucho tiempo, cada Mente, cada “punto de vista” del Yo en su círculo o ronda de invención, ha sido adulterado o contaminado por el deseo, por la lujuria, por el odio, por las opiniones falsas y las ilusiones. Y por la Mente contaminada y el punto de vista del Yo, los “Seres” son contaminados o adulterados. Por la Pureza de Mente, y el punto de vista del YO, los Seres se hacen puros. La Mente y cada punto de vista del Yo han sido enredados y atrapados en la fantasía, dados habitualmente a la ilusión, deseando los placeres de los conceptos de las seis esferas de los sentidos; deseando individualidad y continuos renacimientos en esto y aquello; deseando falsos puntos de vista que ayuden a las alucinaciones y fantasías; y deseando la ignorancia para continuar lo que ha sido creado, y que ha surgido.
Considere lo siguiente: si los deseos e impedimentos de un Ser dado - un punto de vista de un Yo - han sido destruidos en la “expresión” previa de una realidad construida, no habría vuelto a ser otra vez, NINGÚN OTRO renacimiento nuevo, ninguna reforma de un cuerpo, ninguna mente y ninguna continuación del punto de vista. Y por lo tanto, no habría ninguna lucha nueva, ni sufrimiento nuevo, ni dolor, ni angustia, ni pena, ni tristeza, ni lamentaciones, ni desesperación, ni aflicción, ni enfermedad, ni vejez, ni decadencia ni muerte. Cada Ser, cada punto de vista del Yo, debe resolver, tarde o temprano, que ESO NO SERÁ OTRA VEZ, Y EL MÍO NO SERÁ. Este punto de vista ha llegado a su conclusión - el Nirvana.
Pero hasta que “un punto de vista del Yo” despierte, ponga fin a los deseos por los sentidos, las sensaciones y los placeres de los sentidos; por el perpetuar la individualidad continua, por el llegar a ser una y otra vez un punto de vista en esas manifestaciones; por la fantasía y los falsos puntos de vista; y por la ignorancia; esas realidades “creadas” artificiales continuarán y el dolor, la angustia y el sufrimiento de ellos. Y mientras esas existencias artificiales fabricadas continúen, está el PELIGRO CONTINUO de el dolor futuro, la angustia y el sufrimiento de futuros renacimientos, manifestándose OTRA VEZ en mundos INFERIORES fabricados de angustia incrementada por las actividades MALÉVOLAS pasadas de pensamiento, palabra y acción.
Hasta que un “Ser” creado alcance el Nirvana y llegue a la terminación, ganando la Inmortalidad, consecuentemente para ese Ser lo que ha sido creado continuará, cada Ser andará entre los mundos y los dominios construidos - superiores, medios e inferiores.
Habrán logros de pensamientos, palabras y acciones BUENAS; y también habrán logros de pensamientos, palabras y acciones MALÉVOLAS.
Habrá MÉRITO en acciones dadivosas, sacrificios, ofrendas de amor, gentileza y compasión en pensamiento palabra y acciones hacia otros Seres (de todo tipo); y habrá DEMÉRITO en tales acciones como la mentira, la difamación, el chisme, la palabra ofensiva, el matar, el robar, la conducta impropia sensual y sexual, los pensamientos malévolos y los puntos de vista erróneos, la palabra y las acciones dirigidas hacia otros Seres (de todo tipo).
Los Seres son los descendientes de sus acciones. Las acciones determinan el karma y el karma determina los futuros nacimientos y los futuros sucesos. Así es como las cosas trabajan. Eso es lo que determina los diferentes “libretos” para cada Ser en cada vida.
Y también como este mundo es, y el mundo más allá es. Y en este mundo hay “Seres” que han viajado o pasado propiamente EL CAMINO CORRECTO PARA ESCAPAR HACIA EL NIRVANA, quienes han ganado LA META, quienes han completado “la gran peregrinación” hacia la última verdad. Ellos han destruido las adiciones, los deseos, las fantasías y las ilusiones, y ellos han alcanzado la Perfección, quienes, por ellos mismos por el Conocimiento Supernormal, han completamente realizado este mundo, el mundo más allá, y QUIENES VEN LAS COSAS COMO VERDADERAMENTE SON, y las proclaman.
En conclusión, piense del Budismo como un medio correcto de ESCAPE de este estado de imaginación creativa. Y un escape de la satisfacción y el peligro de los sentidos. Puede ser pensado de esta forma: Es como un ser en la OSCURIDAD de un teatro, disfrutando vicariamente de la “experiencia imaginada” de una existencia fabricada de una película en una realidad fabricada. Pero el teatro es muy viejo, decadente y putrefacto, en fuego y ahora, el origen de los dolores. El dharma del Budismo es el SIGNO DE SALIDA. Si usted quiere escapar permanentemente del dolor, la angustia y los sufrimientos, las continuas rondas de renacimientos, la lucha, la angustia, la decadencia, del morir y de la muerte, y todos los dolores futuros y peligros que van con eso, usted sigue el signo de salida.
El Budismo ES el signo que dice: ESTE ES EL CAMINO A LA SEGURIDAD, ESTE ES EL CAMINO FUERA DE LA ANGUSTIA. La elección de cuando escapar está en la decisión de cada Ser.
Si usted quiere explorar y practicar esta religión, usted debe reflexionar en lo que ha leído - investigar, analizar, examinar y pesar el significado por usted mismo. Usted debería comprar los discursos traducidos de la Sociedad de Textos de Pali, comenzando con Los Aforismos/Máximas/Proverbios Medianamente Largas, para un estudio más detallado; y usted debería comenzar el Noble Camino Óctuple, un curso que lo guía a la práctica y la concentración donde el Conocimiento, la Sabiduría Intuitiva, el Discernimiento y la VOLUNTAD surgen dentro del YO de Usted a medida que usted progresa en el Camino Noble, para mantenerlo hasta que usted gane la Meta, el Nirvana, La Realidad Verdadera Auto Realizada, libre de enfermedad, libre de todo lo que ha llegado a ser, libre de todo lo que es creado, libre de todo lo que ha surgido o se ha levantado, libre del estado de fantasía propia, libre de esta ronda de ficticia imaginación.
Así concluye nuestra creencia de lo que trata el Budismo Fundamental. Para más enseñanza, usted necesita invertir para obtener los libros recomendados, y además reflexionar, estudiar, investigar, meditar y concentrarse.
Ministerio de Instrucción Budista, 1999.
Ministerio de Instrucción Budista
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La explicación explícita del Budismo, está basada en el Canon Pali, reconocido por los escolares budistas como el documento escrito más antiguo que ha sobrevivido de lo que Buda efectivamente dijo y enseñó.
Beneficios
Terminación de la angustia, la desesperación, el sufrimiento y el dolor. Paz Mental. La realización propia de la Verdad Última.
Para una comprensión más efectiva, nosotros sugerimos que se lea despacio y en alta voz.
Nuestra organización promueve el budismo fundamental a aquellos que buscan la Sabiduría Perfecta y el escape permanente de toda angustia a través de la realización de la Realidad Verdadera y Última, el Nirvana, lograda a través del esfuerzo interno y la dedicación, aquí y ahora en este estado, inclusive antes de la muerte. Nosotros hacemos esto proveyendo estos diálogos escritos, completamente gratis, a las personas que están buscando por LA VERDAD ÚLTIMA, los cuales en la meditación y la concentración profunda reflejarán, examinarán, analizarán y pesarán lo que ellos han leído.
El Budismo es una de las grandes religiones del mundo. Esta religión está basada en las enseñanzas de Sidarta Gautama, comúnmente llamado “El Buda”, quien vivió aproximadamente desde el año 557 al 477 antes de Jesucristo. La palabra “Buda” significa El Supremamente Iluminado o Completamente Despierto (también un Tatagata) quien ha ganado la realización de la Realidad Absoluta de la Verdad Permanente, LA VERDAD FUNDAMENTAL O ÚLTIMA.
El Budismo fundamental que nosotros promovemos está basado en nuestro estudio prolongado y en interpretación de las traducciones al inglés de los discursos de Buda, casi 5,000 páginas, traducidos en 16 volúmenes por la Sociedad de Textos de Pali. Ellos son parte de la Colección de Cánones de Pali (Tipitaka), con un total de 12,800 páginas. Estas traducciones de la Sociedad de Textos de Pali están disponibles a través de la compra directa a dicha Sociedad. Estos discursos fueron compilados casi inmediatamente después de la muerte de Buda por los miles de monjes que Buda estableció durante sus 45 años de ministerio. Ellos estuvieron dedicados y consagrados a escribirlos en el año 29 antes de Jesucristo. Ellos contienen el corazón o el núcleo de las enseñanzas Budistas y están reconocidos por todos los eruditos Budistas como los más antiguos en existencia.
Para obtener su propia copia del Canon Pali, pida por correo regular o electrónico (e-mail) la LISTA DE LIBROS de la Sociedad de Textos Pali. Busque al final de este sumario la dirección regular o electrónica (e-mail).
Para una comprensión definitiva de lo que Buda realmente enseñó, no hay un sustituto para estos reconocidos antiguos documentos escritos de lo que Buda actualmente dijo. Los primeros 3 volúmenes que nosotros recomendamos de todo corazón para su estudio son los Máximas de Mediana Longitud (Majjhima-Nikaya, Majjhima Nikaaya y los Diálogos Adicionales de Buda), Volúmenes 1, 2 y 3. Estos tres volúmenes contienen la mayoría de las claves esenciales para el entendimiento fundamental del Budismo, para un entendimiento completo de la forma que las cosas realmente son, y para conocer el curso de regreso a la Realidad Fundamental Verdadera.
Los siguientes volúmenes de discursos son: Las Máximas Ancestrales (Sanyutta-Nikaya, Sa.myutta-Nikaaya, El Libro de las Máximas Ancestrales) Volúmenes 1 al 5, entonces las Máximas Graduales (Anguttare-Nikaya, A”nguttara-Nikaaya, El Libro de las Máximas Graduales) Volúmenes del 1 al 5, seguida por los diálogos de Buda (Digha-Nikaya, Diligha-Nikaaya, Diálogos del Buda) Volúmenes 1, 2 y 3.
Estos discursos pronunciados por el Buda, que tratan de la realización de la Realidad Permanente Verdadera, SON UN MAESTRO EFECTIVO para aquellos que buscan la Iluminación, para aquellos que buscan el Nirvana (Nibbana), para aquellos que buscan el escape de todas las angustias y sufrimientos, para aquellos que buscan la Verdad Fundamental o Última.
Sidarta Gautama nació príncipe en un reinado por donde ahora es el área del límite entre la India y Nepal. A la edad de 29 años, deseando conocer el camino que guía al final de toda la inestabilidad (impermanencia) y angustia, para asegurar su bienestar permanente, él renunció al mundo llegando a ser un vagabundo ascético, haciendo el voto solemne de encontrar la Realidad Última Verdadera. El fue un Bohdisattva, que es uno que va a través de un período intenso de desarrollo y práctica para obtener la realización de la Sabiduría Perfecta, la Iluminación Suprema Total y para llegar a ser un Buda.
A la edad de 35 años, por el enfoque total, en una sola meta, él completó su propósito y obtuvo la realización de la Sabiduría Perfecta. Él encontró la respuesta que guía a la completa cesación de toda la inestabilidad (impermanencia) y angustia, que guía a alcanzar la otra orilla, la cual es la Realidad Verdadera Permanente, el Nirvana. Él entonces comenzó a enseñar, instruir y guiar a otros que similarmente estaban buscando la Sabiduría y la Iluminación. Es la enseñanza del Buda la que es la base o fundamento del Budismo.
En el Budismo Fundamental, el énfasis está en la búsqueda de la Verdad, en conocerla y en entenderla. El énfasis NO está puesto en una fe CIEGA. La enseñanza del Budismo está basada en “ven y observa” y nunca en, ven y cree. El Budismo es racional y requiere el esfuerzo personal, declarando que sólo por el esfuerzo de uno mismo puede realizarse la Sabiduría Perfecta. Cada individuo es responsable por su propia emancipación de la angustia y el sufrimiento.
El Budismo permite a cada individuo estudiar y observar la Verdad internamente y no exige ni necesita ninguna fe ciega antes de aceptarlo. El Budismo no aboga por dogmas, ni credos, ni ritos, no ceremonias, ni sacrificios, ni penitencias, todos los cuales deben usualmente ser aceptados por una fe ciega. El Budismo no es un sistema de fe y culto sino más bien es meramente un Pasaje a la Iluminación Suprema. El Buda aludió o se refirió a sus enseñanzas como simples o como una balsa que nos saque de esta orilla de sufrimiento e impermanencia y nos lleve a la otra orilla de bienaventuranza y seguridad, la Realidad Permanente Verdadera, el Nirvana. Posteriormente a la realización del Nirvana, la balsa ya no es necesaria.
El Buda se refirió a sus enseñanzas como el Camino Medio, llamado así porque él evita los extremos de ambos, la indulgencia propia en el mundo y la mortificación propia de un ascetismo estricto. El pasaje o camino que él enseñó incorpora a ambos, el progreso intelectual más el progreso espiritual con la práctica que refleja la compasión, la moralidad, la sabiduría y la concentración mientras al mismo tiempo el ver y entender el mundo de la existencia como realmente es.
Deberá ser notado que en este diálogo, el cual se esfuerza por esbozar o delinear lo que el Budismo realmente es, ni la coacción ni las persecuciones ni el fanatismo desempeñan ninguna parte en el Budismo.
El Budismo es el PASAJE O CAMINO DE ESCAPE para aquellos que buscan el final permanente, aquí y ahora, de toda angustia. Y ¿qué exactamente es angustia? Angustia es el nacimiento, el sufrimiento, el dolor, la tristeza, la enfermedad, la vejez, la muerte, la aflicción, la desesperación, la pobreza, la maldad, las lamentaciones, las calamidades, las tribulaciones, los infortunios, la guerra, la locura, el hambre, los deseos no logrados, las necesidades insatisfechas, la asociación con lo indeseado, la separación de lo querido, y es lo que es inestable e incontrolable.
El Budismo es para aquellos que han llegado a comprender que lo que ha sido CREADO es IMPERMANENTE; y que lo que sea que es impermanente es inherentemente enfermizo y dañino. Ningún deleite o felicidad permanente se encontrará en lo que es impermanente, sólo dolor y peligro.
La meta de conducirse por el camino de la doctrina del Budismo es zambullirse en el Nirvana. Él tiene el Nirvana como su objetivo. El Nirvana es su fin. La Realidad Verdadera realizada. El Noble Camino Óctuple del Budismo es el medio para este fin. Ocho actividades - un curso de acciones muy específicas - que deben desarrollarse simultáneamente para realizar la meta, el Nirvana.
1.La primera parte del Noble Camino Óctuple es VISIÓN CORRECTA o COMPRENSIÓN CORRECTA. Esto quiere decir el conocer las Cuatro Nobles Verdades.
La Primera Noble Verdad es el conocimiento de que TODO lo que ha sido CREADO es IMPERMANENTE. Y cualquier cosa que sea impermanente es inherentemente enfermizo y dañino. Y lo que es impermanente, enfermizo y dañino NO ES EL YO.
La Segunda Noble Verdad es el conocimiento de que la llegada de la enfermedad está basada en la ignorancia y que se perpetúa por el antojo y la embriaguez por la sensualidad y las sensaciones, por el llegar a ser una y otra vez y por las concepciones falsas o ilusiones y la ignorancia.
La Tercera Noble Verdad es el conocimiento de que la EXTINCIÓN O EL CESE de todo lo enfermizo y dañino que ha surgido y que surgirá en el futuro, es el Nirvana. La Realidad Verdadera realizada, libre de todo lo enfermizo y dañino.
Y la Cuarta Noble Verdad es el conocimiento de El Noble Camino Óctuple que guía a la extinción y cesación de lo enfermizo y a ganar la meta: el Nirvana. El Estado Permanente Verdadero del Yo, la Realidad MISMA, Absoluta, Constante, Duradera, Estable, la Semejanza, la Sabiduría Perfecta.
2. La Segunda Parte del Noble Camino Óctuple es PENSAMIENTO CORRECTO o PROPÓSITO CORRECTO. Esto significa aspirar a obtener la realización de la Sabiduría Perfecta, la Realidad Permanente Verdadera y Última. Abstenerse de todo acto y pensamiento malévolo. Lograr la destrucción total de todos los deseos vehementes. Renunciar a todo lo manifestado, todas las construcciones y todo lo que es “creado” inventado.
Desarrollar el “desapasionamiento” o imparcialidad u objetividad, el total desapego, la absoluta renunciación, el rendimiento propio. Lograr la cesación de todas las realidades “creadas”. Realizar uno mismo el Despertar Incomparable del Ser o el Yo. Ganar la libertad de la Mente, la libertad a través de la Sabiduría Intuitiva Perfecta, la emancipación lúcida, racional e inmune de la Voluntad.
3. La Tercera Parte del Noble Camino Óctuple es HABLAR CORRECTO. Abstenerse de hablar mentiras, de hablar con prejuicios, de hablar maliciosamente y de hablar frívolamente. Participar en discusiones que se ocupen y nos guíen al Nirvana, lo que es genuinamente PERMANENTE y REAL.
4. La Cuarta Parte del Noble Camino Óctuple es ACCIÓN CORRECTA. Abstenerse del todo a matar a cualquier criatura de ninguna forma. Abstenerse del todo de robar en cualquier forma. Abstenerse de cualquier conducta impropia sensual o sexual. Abstenerse de todo acto malévolo; abstenerse de todas las formas de embriaguez.
5. La Quinta Parte del Noble Camino Óctuple es VIVIR CORRECTO. Abstenerse de todas las formas de vivir malévolas; abstenerse de todo método de vida malévolo.
6. La Sexta Parte del Noble Camino Óctuple es ESFUERZO CORRECTO. Destrozar todos los estados mentales malévolos que ya han llegado; prevenir cualquier estado mental malévolo de surgir; mantener y crecer los ESTADOS MENTALES BUENOS que ya han llegado; y hacer crecer NUEVOS estados mentales que no han llegado todavía, tales como bondad amorosa por TODOS los Seres, compasión y misericordia por todas las criaturas, piedad y ecuanimidad.
7. La Séptima Parte del Camino Óctuple es ATENCIÓN CORRECTA. Contemplar como impermanente, enfermizo y que no pertenece a uno: Cuerpo, Sentimientos, Percepciones, Mente, Consciencia, Pensamiento, Estados Mentales, Objetos Mentales, Actividad Mental. Crecer la repulsión por el mundo, mirándolo como la creación en deterioro y corrupta que es y crecer en objetividad y desapasionamiento, desapego total, calma, tranquilidad, mirando que todo es Inexistente, el No Ser. Ignorar todo lo que es percibido, permanecer distante y apartado de ambos, tanto los placeres como los dolores que surgen de la creación de los sentidos y la sensualidad.
La Octava Parte del Camino Óctuple es CONCENTRACIÓN CORRECTA. Apartarse del mundo, apartarse de los estados diabólicos o malévolos, apartarse de todas las sensaciones de los sentidos, viviendo en soledad, retirado, entusiasta, diligente, firme y determinado, desarrollando penetración y astucia de Mente a través de meditación intensa y reflexión.
Para entrar, Y ENTONCES TRANSCENDER, ocho estados superiores de consciencia que guían a incrementar la Sabiduría Intuitiva, la Visión Interna y el Conocimiento Superior Directo, y a destruir los hábitos compulsivos o adiciones y los deseos vehementes, y a realizar la Realidad Verdadera, taladrando eficazmente la coraza de la ignorancia, el error, la ilusión y la decepción. A medida que uno obtiene los estados de Mente y Consciencia superiores, la verdadera naturaleza de como las cosas realmente son, puede ser vista claramente, ambas, intuitivamente y con el esfuerzo supremo, por el Conocimiento Superior Directo. La Realidad Verdadera desdoblándose, la Iluminación Propia del Ser (yo) por el Ser (Yo).
El desarrollo de los eslabones o vínculos del Noble Camino Óctuple son como sigue: (1) la Pureza de Hábitos Morales es un requisito al igual que la Pureza de Mente; (2) la Pureza de Mente es un requisito al igual que la Pureza de Visión; (3) la Pureza de Visión es un requisito al igual que la Pureza Para Traspasar la Duda; (4) la Pureza Para Traspasar la Duda es un requisito al igual que la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Camino y lo que NO es el Camino hacia la Realidad Verdadera; (5) la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Camino y lo que NO es el Camino hacia la Realidad Verdadera es un requisito al igual que la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Curso del Progreso a través del Camino; (6) la Pureza de Conocimiento y Visión en el Curso del Progreso a través del Camino es un requisito al igual que la Pureza surgiendo y levantándose del Conocimiento y la Visión Interna o Penetración; (7) la Pureza surgiendo y levantándose del Conocimiento y la Visión Interna o Penetración es un requisito al igual que realizar el Nirvana, sin ningún remanente de apego para lo que fue creado, impermanente, enfermizo y sin esencia, el No Ser, lo Inexistente.
Los siete vínculos o eslabones que se deben cultivar para llegar a la Iluminación comienzan con la (1) COMPLETA ATENCIÓN, contemplando el cuerpo y los sentimientos, la mente y los estados mentales, el pensamiento, las ideas y las aspiraciones, claramente consciente de ellas, prestándoles una completa atención de manera de controlar la codicia y el abatimiento común en el mundo; siguiendo con la (2) INVESTIGACIÓN del Dharma, aprendiendo y recordando o memorizando la doctrina que guía a la Realidad Verdadera, lo No Creado; continuando la (3) ENERGÍA del esfuerzo; seguido por el (4) DELEITE; entonces la (5) TRANQUILIDAD; más adelante la (6) CONCENTRACIÓN; y finalmente la (7) EQUANIMIDAD.
Los Cinco Factores de Control son: (1) El Poder de la Fe, (2) El Poder de la Energía, (3) El Poder de la Atención Completa, (4) El Poder de la Concentración, y (5) el Poder de la Vista Interna o Penetración.
Los componentes de las Bases de los Poderes Psíquicos son el Deseo, la Energía, el Pensamiento y la Investigación, junto con los factores asociados de la Concentración y la Lucha con el enfoque de la voluntad: “Yo Ganaré, lograré, realizaré y permaneceré y habitaré en el Nirvana, la Inmortalidad, lo No Nacido, La Realidad Absoluta Permanente Realizada, aquí y ahora mismo.” Y la práctica que guía al cultivo de los Poderes Psíquicos para ganar la meta, es el Noble Camino Óctuple.
Las Tres Facultades de Control son: (1) La Consciencia que dice, Yo conoceré lo incognoscible, lo No Nacido, lo No Creado, TODO lo que debe de ser conocido, El Estado Permanente Verdadero de la Realidad; (2) seguido por la Consciencia del Conocimiento y entonces (3) por la Consciencia del Uno que TIENE el conocimiento.
Y el “Conocimiento” por la Sabiduría Intuitiva, la Visión Interna o Penetración y el Conocimiento Directo es este:
El Estado Permanente Verdadero de la Realidad es el Nirvana, ESE que No Es Nacido, Sin Hacer, No Manifestado, No Hecho, el que No tiene Condiciones, La Verdad, el Nunca Creado, el No Construido, el No Creado, el Sutil, el Estable, el que No se Deteriora, el que No Envejece, el que No Muere, el Inmortal, el Pulcro, la Paz, la Bienaventuranza, la Pureza, el Excelente, la Perfección y Grandeza de la Sabiduría, el estado Libre de Enfermedades, la Exoneración y Liberación de la Enfermedad, el Sin Nombre, la Serenidad y la Pureza de la MISMA Realidad Incambiable Absoluta, la Norma, el Maravilloso, la Meta, lo Real.
En pocas palabras, EL FINAL - lo que siempre fue, no compuesto, permanente y ESTÁ con TODO lo que ha sido CREADO, compuesto, impermanente, fugaz y efímero y CESANDO DE SER. La Existencia con todos sus reinos o dominios de los sentidos, de las formas, de las sin formas, el universo físico con todos sus dominios desde los infiernos hasta los cielos SON TODOS CONSTRUCCIONES.
Realidades fabricadas artificialmente, con el Ser, ESO QUE ES LA REALIDAD ABSOLUTA PERMANENTE MISMA, experimentando los sentidos, las sensaciones y las experiencias de los sentidos “ vicariamente”, a través de creaciones incalculables manifestadas del cuerpo y la mente - “Seres” - en variedades incalculables de mundos creados y manifestados de ambos dominios, materiales e inmateriales - inferiores, medios y superiores - alcanzando desde los cielos hasta los infiernos.
Pero TODO lo que es creado es impermanente, sujeto a la decadencia y el final, y aunque inherentemente un estado enfermizo del ser, y por lo tanto, el No Ser, porque la Verdadera Naturaleza de la Realidad Absoluta Misma no es realmente una parte de estas manifestaciones, de estos juegos de “castillos de arena” - ni de este vasto espectáculo de ficción inventada de marionetas, ni de esta ilusión ayudada por el estado de la Propia Ignorancia.
De acuerdo con el Budismo, cualquier “Ser” que no resuelve lograr la Iluminación propia y la Realidad Verdadera, continuará reformando esas realidades fabricadas y construidas de los deseos de los sentidos, formas y no formas. Tendrán renacimientos futuros continuos y cada “vida” será buena o mala, feliz e infeliz, placentera o dolorosa, o una combinación de las dos, todo de acuerdo con las PASADAS acciones buenas o malas que han hecho, hablado o pensado, con el ser MENTAL a la vanguardia como el predecesor de todas las manifestaciones de entidades individuales de realidades construidas, creadas y fabricadas y en tal forma condicionadas que son hechas estados de existencia.
En pocas palabras, el péndulo del renacimiento, yendo de un lado a otro, de atrás hacia delante y viceversa continuamente entre los infiernos, los cielos y el universo físico, HASTA que el YO/SER de cada “Ser” decide poner fin a toda manifestación, y terminar de vivir vicariamente a través de las construcciones de realidades artificiales, para ESCAPAR de lo que ha sido creado, de lo que ha llegado a ser una masa confusa en deterioro y desintegración, una masa podrida y manifestada de sufrimientos, dolores y angustias perpetuadas por los deseos vehementes, el odio, la lujuria, la fantasía, el error y la ignorancia.
Esta evidencia de continuos renacimientos perpetuados y reformados, con “vidas” futuras determinadas de acuerdo con las acciones hechas en las VIDAS PASADAS, puede ser vista fácilmente en la gran diversidad de Seres nacidos en este mundo, que inmediatamente al nacer tienen una gran fortuna o un destino adverso, AUNQUE ACCIONES DE NINGUNA CLASE HAN SIDO HECHAS EN SU NUEVA VIDA! Piensen sobre esto y entonces comparen su vida “presente” con las vidas de los otros cinco billones de seres “humanos” en este mundo, y definitivamente para la vida de TODOS los diferentes tipos de Seres del mundo.
La meta del Budismo es el escape de esta ENFERMIZA REPETICIÓN que ha surgido, estos renacimientos repetidos y reformados, a través de la vía de la destrucción de los “deseos” por el sentir y las sensaciones de los sentidos, por llegar a ser esto o aquello, por la fantasía y por la ignorancia.
Y si usted piensa que el mundo NO está realmente lleno de desesperación, sufrimiento, dolor y angustia, USTED NECESITA EXAMINAR DE CERCA la naturaleza del mundo en que usted vive sin los cristales color rosa de sus espejuelos.
Solamente porque en esta vida SU sufrimiento y SU angustia no son “muy malos” usted todavía puede que no sea inmune a los renacimientos donde su próxima vida es tan horrible como la que cientos de millones de seres humanos viven AHORA en este mismo día en todo este mundo.
Piensen de la “vida” y TODO LO QUE HA SIDO CREADO como una alucinación o fantasía repetitiva y adictiva - muy pero muy antigua, incalculable en edad, corrompida por mucho tiempo, pervertida, devastada y llegando a teñirse por la descomposición.
Para despertar de esa fantasía, el primer paso es que el YO investigue, analice, reflexione y medite en lo que realmente está pasando a nuestro alrededor y consecuentemente en lo que vemos, que TODO ES IMPERMANENTE, y entonces ver y saber que lo que es impermanente, efímero y sujeto al cambio es inherentemente SUFRIMIENTO, ANGUSTIA E INFELICIDAD.
Entonces, con la Perfecta Sabiduría Intuitiva, SABER, que lo que sea que es impermanente, sujeto al cambio, y por lo tanto al sufrimiento no puede ser el YO EN SU NATURALEZA VERDADERA. El Yo ENTONCES debe comenzar a observar por un medio de escape de esta fantasía y sueño adictivo, esta realidad artificial que ha surgido, que es una pesadilla y que ES dolor, angustia y sufrimiento.
No se le ha ocurrido a usted pensar: ¿POR QUÉ estoy sujeto al nacimiento, a la enfermedad, a la angustia, a la decadencia, a la vejez y a la muerte, que también es impermanente?
¿No sería para la seguridad de mi bienestar permanente que yo, aunque sujeto al nacimiento por el yo, a la enfermedad, la angustia, la decadencia, la vejez y la muerte, habiendo visto lo perecedero de todo eso que conlleva el nacimiento, debería preferiblemente de la misma forma buscar el Nirvana, la REALIDAD ABSOLUTA PERMANENTE Y VERDADERA, la seguridad permanente de esta masa CREADA y manifestada de dolor, angustia y sufrimiento?
La forma material, los sentimientos, la percepción la actividades y la conciencia/mente son atracciones y tentaciones adictivas para perpetuar las realidades falsas en esos dominios de existencia fabricados, esos condicionados, hechos, artificiales, temporales, transitorios, estados ficticios de existencia. Por último, los deseos por esas construcciones DEBEN ser alejados para que la bienaventuranza permanente de la Realidad Verdadera sea realizada.
Y ¿qué es el YO, la Realidad Absoluta Permanente Verdadera? Desde la perspectiva de una creación construida, en un mundo construido, en una realidad fabricada, una mente “Sin YO” nunca podría saber la naturaleza de lo que No Se Ha Creado. La Verdadera Realidad del YO es incomprensible, inconcebible, inmutable, inescrutable, profunda, sin límites, inmensurable, sin marca, sin signos, indefinida, imposible de entender. Solamente el YO, Supremamente Despierto, puede saberlo EL MISMO, y el Yo de un “Ser” manifestado y creado que está COMPLETAMENTE despierto, y que llamamos un BUDA.
Ahora lo que se ve, se oye, se siente, se sabe, se obtiene, se busca y se expresa por la mente es impermanente. Las Percepciones o Interpretaciones perfectas “CORRECTAS” no pueden ser creadas de algo creado, una construcción Sin Yo. Sólo la Realidad Absoluta Permanente Verdadera, a través de SU Propia Realización, Sabiduría Intuitiva y COMPLETO Despertar e Iluminación puede SABER.
La Realidad Absoluta Verdadera ES el YO. Pero dado que la REALIDAD ABSOLUTA VERDADERA es incomprensible, no es la creencia entonces que “eso” - un SER manifestado después de morir, Yo, como esta personalidad, esta individualidad - llegará a ser permanente, eternamente durable, no sujeto al cambio, YO permaneceré actuando en lo eterno, ¿no es esto completamente absurdo dado que TODO lo que es creado e impermanente es esencialmente una fantasía, un espectáculo de marionetas mentales? Esta es la razón por la cual los Budistas eliminan todas las creencias falsas y los caprichos vanos de que EN lo que es CREADO e IMPERMANENTE no hay “nada permanente” que realmente pueda decir, “YO SOY, MIO, YO SERÉ y YO SOY EL HACEDOR.”
Pero… “a través de lo que es manifestado, lo siguiente se puede decir:
El cuerpo, los sentimientos, la percepción y la mente/consciencia no son el Yo. El Yo no tienen cuerpo, ni sentimientos, ni percepción, ni actividades, ni mente/consciencia. Esas cosas construidas en realidades fabricadas fantasiosamente, de acuerdo con el Ser que sigue el Budismo Fundamental, son observadas y juzgadas como, “Estas cosas CREADAS no son mías, estas cosas no soy Yo, estas cosas no son el Yo mío, y no son el Yo de todos los Seres en todas las realidades fabricadas.”
Los Diez Eslabones que “encadenan” los Seres para perpetuarse ellos mismos en realidades artificiales, manufacturadas, ficticias son:
1. Las creencias e impulsos de una personalidad individual permanente, alma o yo.
2. El apego a interpretaciones o percepciones, ritos, rituales, dogmas y supersticiones erróneas.
3. Las dudas y la confusión.
4. Los vínculos, los apegos, las pasiones, los deseos de los sentidos, la lujuria y las ambiciones.
5. La antipatía, las aversiones, el odio, la malicia, el deseo enfermizo, la malevolencia y el despecho.
La lujuria y los deseos por perpetuar las formas de Materia en buen estado de aquí en adelante.
La lujuria y los deseos por perpetuar las no formas y el más allá de lo que no es la Materia, de aquí en adelante.
Los Puntos de Vista incorrectos de las ideas y conceptos más el orgullo y la arrogancia, declarando, “Yo soy el hacedor”.
La excitación por las construcciones y el perpetuar las realidades artificiales, la Desilusión e Ilusión Propia.
10. La adición al fingimiento propio y al estado completo de Ignorancia Propia, necesario para la ILUSIÓN de realidades artificiales e individualidades que parecen reales y también necesario para no ver la impermanencia y la enfermedad por lo que son, y el dolor y lo perecedero asociados con estas adiciones, concebidos enfermizamente y condicionados, estados efímeros de la existencia ficticia fabricada.
Esto comprende “la maquinaria” que impulsa la continuación de la repetición por cada Punto de Vista del Yo.
La meta es el destruir la adiciones, los deseos, que perpetúan la manifestación de las realidades construidas donde hay la experiencia VICARIA de los sentidos, las sensaciones y los sentimientos en los mundos construidos, en los dominios fabricados, todos ellos que son impermanentes, enfermizos y ausente del Yo. Esta terminación de todos los deseos, adiciones y manifestaciones iguala al Nirvana, el Estado de Realidad Verdadero y Permanente, la LIBERTAD de lo que ha surgido.
El Budismo y el Dharma (Dhamma) o doctrina es el Pasaje o Camino que finaliza las adiciones, los deseos vehementes, el llegar a ser una y otra vez de los estados de existencia falsos construidos; y así obtener la meta, EL ESTADO VERDADERO DE LA REALIDAD PERMANENTE. Y con la realización del estado verdadero de la realidad permanente, el final de todo sufrimiento y angustia, el final de todo renacimiento, el final de todo lo que es creado, impermanente, enfermizo y sin YO.
Todos los deseos, todas las adiciones, todos los impedimentos DEBEN por ultimo ser renunciados, destruidos, terminados, desechados y abandonados para poder finalizar todos los renacimientos, para terminar toda la renovación de las realidades falsas manufacturadas, y ganar el Nirvana, la Inmortalidad, el estado permanente verdadero ESO DE HECHO ES LA ÚNICA REALIDAD VERDADERA.
Todos los estados falsos de existencia construida y todas las creaciones construidas de todos los elementos de ambos, material e inmaterial, la figura material, el cuerpo, los órganos de los sentidos, los campos de los sentidos internos y externos, las sensaciones, los sentimientos, las experiencias, la percepción, las actividades, la mente, la consciencia, los estados mentales y de pensamiento, son impermanentes, enfermizos y sin Yo propio. Todas las construcciones desde la perspectiva Budista son observadas como, “No son mías, esas creaciones no son YO, esas no son el YO para mi, o el YO mío. La verdadera naturaleza del Yo, la que no es DE o está EN esas cosas, es No Nacida, No Creada, Inmortal, ESO que es inconcebible.
“Lo que sea y donde quiera, cualquier cosa que ha llegado a ser, que ha llegado a manifestarse; que es compuesta y construida; que es pensado e influenciado o cambiado y creado mentalmente; es dependiente en algo o en cualquier cosa, es IMPERMANENTE. Lo que es impermanente eso es inherentemente infeliz, angustioso, enfermizo. Lo que es impermanente, la infelicidad, la angustia y la enfermedad no es mía, ni de mi, eso no soy Yo, eso no es el Yo mío.”
El YO es; pero este, o lo otro, no es. Lo que es permanente es real. Lo que es impermanente es lo que no es real.
Todo “esto” - todo - es creado, pensado y afectado o cambiado, fugaz, impermanente, y sólo es una fantasía del No Yo, una intelección o razonamiento gastado, una creencia u opinión, una imaginación, un estado de desilusión, TODO hecho de pensamiento, que inherentemente debe de terminar en disolución. Todo es el círculo vicioso de una invención ficticia. Y para uno que ha dejado de tener apegos o deseos por lo que no existe en verdad, ya no hay más angustia mental o renacimiento.
Las cosas creadas, son inherentemente sujetas a la decadencia, y entonces finalmente ellas son disueltas otra vez.
Por mucho, mucho tiempo, cada Mente, cada “punto de vista” del Yo en su círculo o ronda de invención, ha sido adulterado o contaminado por el deseo, por la lujuria, por el odio, por las opiniones falsas y las ilusiones. Y por la Mente contaminada y el punto de vista del Yo, los “Seres” son contaminados o adulterados. Por la Pureza de Mente, y el punto de vista del YO, los Seres se hacen puros. La Mente y cada punto de vista del Yo han sido enredados y atrapados en la fantasía, dados habitualmente a la ilusión, deseando los placeres de los conceptos de las seis esferas de los sentidos; deseando individualidad y continuos renacimientos en esto y aquello; deseando falsos puntos de vista que ayuden a las alucinaciones y fantasías; y deseando la ignorancia para continuar lo que ha sido creado, y que ha surgido.
Considere lo siguiente: si los deseos e impedimentos de un Ser dado - un punto de vista de un Yo - han sido destruidos en la “expresión” previa de una realidad construida, no habría vuelto a ser otra vez, NINGÚN OTRO renacimiento nuevo, ninguna reforma de un cuerpo, ninguna mente y ninguna continuación del punto de vista. Y por lo tanto, no habría ninguna lucha nueva, ni sufrimiento nuevo, ni dolor, ni angustia, ni pena, ni tristeza, ni lamentaciones, ni desesperación, ni aflicción, ni enfermedad, ni vejez, ni decadencia ni muerte. Cada Ser, cada punto de vista del Yo, debe resolver, tarde o temprano, que ESO NO SERÁ OTRA VEZ, Y EL MÍO NO SERÁ. Este punto de vista ha llegado a su conclusión - el Nirvana.
Pero hasta que “un punto de vista del Yo” despierte, ponga fin a los deseos por los sentidos, las sensaciones y los placeres de los sentidos; por el perpetuar la individualidad continua, por el llegar a ser una y otra vez un punto de vista en esas manifestaciones; por la fantasía y los falsos puntos de vista; y por la ignorancia; esas realidades “creadas” artificiales continuarán y el dolor, la angustia y el sufrimiento de ellos. Y mientras esas existencias artificiales fabricadas continúen, está el PELIGRO CONTINUO de el dolor futuro, la angustia y el sufrimiento de futuros renacimientos, manifestándose OTRA VEZ en mundos INFERIORES fabricados de angustia incrementada por las actividades MALÉVOLAS pasadas de pensamiento, palabra y acción.
Hasta que un “Ser” creado alcance el Nirvana y llegue a la terminación, ganando la Inmortalidad, consecuentemente para ese Ser lo que ha sido creado continuará, cada Ser andará entre los mundos y los dominios construidos - superiores, medios e inferiores.
Habrán logros de pensamientos, palabras y acciones BUENAS; y también habrán logros de pensamientos, palabras y acciones MALÉVOLAS.
Habrá MÉRITO en acciones dadivosas, sacrificios, ofrendas de amor, gentileza y compasión en pensamiento palabra y acciones hacia otros Seres (de todo tipo); y habrá DEMÉRITO en tales acciones como la mentira, la difamación, el chisme, la palabra ofensiva, el matar, el robar, la conducta impropia sensual y sexual, los pensamientos malévolos y los puntos de vista erróneos, la palabra y las acciones dirigidas hacia otros Seres (de todo tipo).
Los Seres son los descendientes de sus acciones. Las acciones determinan el karma y el karma determina los futuros nacimientos y los futuros sucesos. Así es como las cosas trabajan. Eso es lo que determina los diferentes “libretos” para cada Ser en cada vida.
Y también como este mundo es, y el mundo más allá es. Y en este mundo hay “Seres” que han viajado o pasado propiamente EL CAMINO CORRECTO PARA ESCAPAR HACIA EL NIRVANA, quienes han ganado LA META, quienes han completado “la gran peregrinación” hacia la última verdad. Ellos han destruido las adiciones, los deseos, las fantasías y las ilusiones, y ellos han alcanzado la Perfección, quienes, por ellos mismos por el Conocimiento Supernormal, han completamente realizado este mundo, el mundo más allá, y QUIENES VEN LAS COSAS COMO VERDADERAMENTE SON, y las proclaman.
En conclusión, piense del Budismo como un medio correcto de ESCAPE de este estado de imaginación creativa. Y un escape de la satisfacción y el peligro de los sentidos. Puede ser pensado de esta forma: Es como un ser en la OSCURIDAD de un teatro, disfrutando vicariamente de la “experiencia imaginada” de una existencia fabricada de una película en una realidad fabricada. Pero el teatro es muy viejo, decadente y putrefacto, en fuego y ahora, el origen de los dolores. El dharma del Budismo es el SIGNO DE SALIDA. Si usted quiere escapar permanentemente del dolor, la angustia y los sufrimientos, las continuas rondas de renacimientos, la lucha, la angustia, la decadencia, del morir y de la muerte, y todos los dolores futuros y peligros que van con eso, usted sigue el signo de salida.
El Budismo ES el signo que dice: ESTE ES EL CAMINO A LA SEGURIDAD, ESTE ES EL CAMINO FUERA DE LA ANGUSTIA. La elección de cuando escapar está en la decisión de cada Ser.
Si usted quiere explorar y practicar esta religión, usted debe reflexionar en lo que ha leído - investigar, analizar, examinar y pesar el significado por usted mismo. Usted debería comprar los discursos traducidos de la Sociedad de Textos de Pali, comenzando con Los Aforismos/Máximas/Proverbios Medianamente Largas, para un estudio más detallado; y usted debería comenzar el Noble Camino Óctuple, un curso que lo guía a la práctica y la concentración donde el Conocimiento, la Sabiduría Intuitiva, el Discernimiento y la VOLUNTAD surgen dentro del YO de Usted a medida que usted progresa en el Camino Noble, para mantenerlo hasta que usted gane la Meta, el Nirvana, La Realidad Verdadera Auto Realizada, libre de enfermedad, libre de todo lo que ha llegado a ser, libre de todo lo que es creado, libre de todo lo que ha surgido o se ha levantado, libre del estado de fantasía propia, libre de esta ronda de ficticia imaginación.
Así concluye nuestra creencia de lo que trata el Budismo Fundamental. Para más enseñanza, usted necesita invertir para obtener los libros recomendados, y además reflexionar, estudiar, investigar, meditar y concentrarse.
Ministerio de Instrucción Budista, 1999.
domingo, 29 de noviembre de 2009
ARTICULOS SOBRE ANTIGUOS POETAS CHINOS
-
Po Chü-I (también conocido como Bai Juyi) (772-846) es uno de los grandes poetas de la época Tang. De familia humilde, nació en lo que hoy es el distrito de Weinan, en la provincia de Shanxi.
A los diecisiete años viajó con su familia a la capital, Chang’an, donde se hizo famoso por su obra Hierba de la meseta. En Changán conoció a Yüan Chên, que sería su gran amigo desde entonces:
Desde que abandoné mi casa en pos de una posición oficial
he vivido siete años en Chang’an.
¿Qué he ganado? Sólo a ti Yüan;
así de duro es entablar una sólida amistad.
Hemos rondado a caballo bajo los árboles en flor,
hemos caminado en la nieve y nos hemos calentado el corazón con vino.
Nos hemos encontrado y despedido en la Puerta del Oeste
y ninguno de los dos se preocupó por ponerse ni sombrero ni cinturón.
No nos presentamos juntos al examen,
no servíamos en el mismo Departamento del Estado.
El lazo que nos unía era más profundo que las cosas externas.
¡Los ríos de nuestras almas nacen en el mismo pozo!
También hizo amistad en Chang’an con el poeta Liu Yü-hsi (Mêng-tê) y con Li Chien y Ts'ui Hsuan-liang. En un poema dedicado a Li Chien, Bai Juyi cuenta su manera de ver la vida, en la que se mezclan el taoísmo de Zhuang Zi (Chuang Tse) y el budismo Chan, que procede la escuela india dhyana y que daría origen al zen japonés.
A Li Chien
En los primeros tiempos
para encauzar el curso de mi vida,
directamente acudí
a Chuang Tzu, capitulo primero.
Pero en los últimos años
el espíritu es mi preocupación;
me convertí a la Dhyana
de la Escuela del Sur.
Exteriormente, acepto
el Mundo tal como es;
íntimamente, supero las limitaciones
que imponen los sentidos.
Afuera, no siento aversión
ni por la aldea ni por la Corte;
en mi casa, no necesito
la compañía de nadie.
Desde que aprendí este arte,
adondequiera que vaya
mi mente está en sosiego
y no necesito de inflexiones y estiramientos
para el bienestar de mis miembros;
ni de ríos ni de lagos
para calmar mis pensamientos.
Si tengo propensión al vino,
algunas veces bebo;
si no tengo nada que hacer
me siento reposadamente,
silencioso y tranquilo
hasta muy tarde
y al siguiente día, duermo profundamente
hasta que el Sol está muy alto.
No me causan nostalgia, en otoño,
las noches largas;
no me lamento en primavera
por los días que pasan.
Enseñé a mi cuerpo a olvidar
si es joven o viejo,
y a mi alma, que aprecie igual
la vida que la muerte.
En la conversación que sostuvimos
ayer, cuando te vi,
diste a mis pensamientos
lo que llaman “corazón y médula”;
porque también mi Camino es
como lo “inexpresable”.
Y a no ser por ti, jamás
lo hubiese explicado con palabras.
En el 804 murió su padre y en el 805 su amigo Yüan Chen fue desterrado tras tener una disputa con un alto funcionario. Yüan escribió lo sucedido en Historia de Ying Ying, en la que se basa una de las obras clásicas del teatro chino: El pabellón del oeste.
Bai Juyi se lamenta del destierro de su amigo en Subiendo solo a los jardines de Lo-yu:
Miro hacia abajo a las Doce Calles de la Ciudad:
¡Polvo rojo junto a verdes árboles!
Carruajes y jinetes sólo me llenan los ojos;
no veo a quien mi corazón desea ver:
K'ung T'an murió en Lo-yang;
Yüan Chên fue desterrado a Ching-mên.
¡De todos los que andan por el camino de norte a sur,
no hay ninguno que me importe más que los demás!
Escribió poemas populares, directos y rápidos, que no consideraba dignos si su sirvienta, una vieja campesina, no los entendía totalmente. Así que ejemplifica lo contrario de aquella anécdota que se cuenta de Eugenio D’Ors, quien dictaba a su secretaria y después le preguntaba:
–¿Está todo claro, Rosita?
–Clarísimo, maestro.
–Pues, ¡obscurezcamoslo!
Bai Juyi valoraba más el contenido que la forma, dice Arthur Walley, aunque eso es una dicotomía que induce a confusión, pues parece sugerir que quienes hacen lo que Bai Juyi escriben de cualquier manera, cosa que no es cierta: la calidad literaria a menudo no tiene relación con la importancia que se dé a la forma o el fondo, ni siquiera con lo que opine acerca de ese asunto o con sus teorías acerca de ello. Bai Juyi es quizá un buen ejemplo de esto, pues “consideraba el arte únicamente como vehículo de instrucción”. Como dice Lucía Carro Marina, esta es una teoría “insostenible” que han sostenido algunos grandes artistas. El propio Bai, dice Carro Marina, no se ajustaba siquiera a su propia teoría.
Po Chü-I (también conocido como Bai Juyi) (772-846) es uno de los grandes poetas de la época Tang. De familia humilde, nació en lo que hoy es el distrito de Weinan, en la provincia de Shanxi.
A los diecisiete años viajó con su familia a la capital, Chang’an, donde se hizo famoso por su obra Hierba de la meseta. En Changán conoció a Yüan Chên, que sería su gran amigo desde entonces:
Desde que abandoné mi casa en pos de una posición oficial
he vivido siete años en Chang’an.
¿Qué he ganado? Sólo a ti Yüan;
así de duro es entablar una sólida amistad.
Hemos rondado a caballo bajo los árboles en flor,
hemos caminado en la nieve y nos hemos calentado el corazón con vino.
Nos hemos encontrado y despedido en la Puerta del Oeste
y ninguno de los dos se preocupó por ponerse ni sombrero ni cinturón.
No nos presentamos juntos al examen,
no servíamos en el mismo Departamento del Estado.
El lazo que nos unía era más profundo que las cosas externas.
¡Los ríos de nuestras almas nacen en el mismo pozo!
También hizo amistad en Chang’an con el poeta Liu Yü-hsi (Mêng-tê) y con Li Chien y Ts'ui Hsuan-liang. En un poema dedicado a Li Chien, Bai Juyi cuenta su manera de ver la vida, en la que se mezclan el taoísmo de Zhuang Zi (Chuang Tse) y el budismo Chan, que procede la escuela india dhyana y que daría origen al zen japonés.
A Li Chien
En los primeros tiempos
para encauzar el curso de mi vida,
directamente acudí
a Chuang Tzu, capitulo primero.
Pero en los últimos años
el espíritu es mi preocupación;
me convertí a la Dhyana
de la Escuela del Sur.
Exteriormente, acepto
el Mundo tal como es;
íntimamente, supero las limitaciones
que imponen los sentidos.
Afuera, no siento aversión
ni por la aldea ni por la Corte;
en mi casa, no necesito
la compañía de nadie.
Desde que aprendí este arte,
adondequiera que vaya
mi mente está en sosiego
y no necesito de inflexiones y estiramientos
para el bienestar de mis miembros;
ni de ríos ni de lagos
para calmar mis pensamientos.
Si tengo propensión al vino,
algunas veces bebo;
si no tengo nada que hacer
me siento reposadamente,
silencioso y tranquilo
hasta muy tarde
y al siguiente día, duermo profundamente
hasta que el Sol está muy alto.
No me causan nostalgia, en otoño,
las noches largas;
no me lamento en primavera
por los días que pasan.
Enseñé a mi cuerpo a olvidar
si es joven o viejo,
y a mi alma, que aprecie igual
la vida que la muerte.
En la conversación que sostuvimos
ayer, cuando te vi,
diste a mis pensamientos
lo que llaman “corazón y médula”;
porque también mi Camino es
como lo “inexpresable”.
Y a no ser por ti, jamás
lo hubiese explicado con palabras.
En el 804 murió su padre y en el 805 su amigo Yüan Chen fue desterrado tras tener una disputa con un alto funcionario. Yüan escribió lo sucedido en Historia de Ying Ying, en la que se basa una de las obras clásicas del teatro chino: El pabellón del oeste.
Bai Juyi se lamenta del destierro de su amigo en Subiendo solo a los jardines de Lo-yu:
Miro hacia abajo a las Doce Calles de la Ciudad:
¡Polvo rojo junto a verdes árboles!
Carruajes y jinetes sólo me llenan los ojos;
no veo a quien mi corazón desea ver:
K'ung T'an murió en Lo-yang;
Yüan Chên fue desterrado a Ching-mên.
¡De todos los que andan por el camino de norte a sur,
no hay ninguno que me importe más que los demás!
Escribió poemas populares, directos y rápidos, que no consideraba dignos si su sirvienta, una vieja campesina, no los entendía totalmente. Así que ejemplifica lo contrario de aquella anécdota que se cuenta de Eugenio D’Ors, quien dictaba a su secretaria y después le preguntaba:
–¿Está todo claro, Rosita?
–Clarísimo, maestro.
–Pues, ¡obscurezcamoslo!
Bai Juyi valoraba más el contenido que la forma, dice Arthur Walley, aunque eso es una dicotomía que induce a confusión, pues parece sugerir que quienes hacen lo que Bai Juyi escriben de cualquier manera, cosa que no es cierta: la calidad literaria a menudo no tiene relación con la importancia que se dé a la forma o el fondo, ni siquiera con lo que opine acerca de ese asunto o con sus teorías acerca de ello. Bai Juyi es quizá un buen ejemplo de esto, pues “consideraba el arte únicamente como vehículo de instrucción”. Como dice Lucía Carro Marina, esta es una teoría “insostenible” que han sostenido algunos grandes artistas. El propio Bai, dice Carro Marina, no se ajustaba siquiera a su propia teoría.
-
Bai Juyi expuso su teoría literaria en una carta a Yüan Chên.
Bai Juyi expuso su teoría literaria en una carta a Yüan Chên.
-
De los poetas anteriores a él alabó la serie de poemas de Ch’ên Tzü-ang que incluye Hombres de negocios, y puso reparos a Li Bo (Li Bai) y Du Fu, por faltarles feng (“crítica de los que nos gobiernan”) y “ya” (“guía moral de las masas”), pero, por otra parte, se dice también que fue precisamente Bai Juyi quien valoró la obra de Du Fu y la rescató del olvido.
En el año 808 fue nombrado Zhou Shi I (consejero oficial), cuya misión consistía en buscar errores y extravíos imperiales, pero en el año 811 murió su madre al caer a un pozo cuando contemplaba unas flores y Bai Juyi se retiró al río Wei.
Poco después de regresar a la capital, en el 814 escribió dos largas memorias tituladas Sobre la detención de la guerra. Se opuso a una campaña en contra de una tribu de tártaros sin importancia, criticó la avaricia de los funcionarios menores y denunció el intolerable sufrimiento del pueblo.
Bai Juyi, creía que la literatura debía denunciar los males de la sociedad y decía de sí mismo con orgullo:
“Cuando los tiranos y los favoritos oyeron mis canciones de Ch’in, se miraron los unos a los otros y cambiaron de expresión.”
Sus enemigos lograron hacerle caer en desgracia cuando, tras el asesinato del primer ministro Wu Yüan-hêng en pleno día, Bai Juyi escribió otra memoria alertando acerca de la urgencia de poner remedio al descontento general.
También se le acusó de infringir las leyes de la piedad filial por escribir los poemas Alabanza a las flores y El nuevo pozo, ya que su madre había muerto al caerse a un pozo cuando miraba unas flores.
Fue desterrado a Hsün-yang (Kiukiang) como subprefecto y tres años después fue nombrado gobernador de la remota Chung-Chou (en Sechuan). En esa época pudo volver a ver a su gran amigo Yüan-Chèn.
Finalmente, en 819 pudo regresar a Chang’an, lo mismo que Yüan. Pero en 821, criticó el mal gobierno del nuevo emperador Mou Tsung y tuvo que dejar la capital, para convertirse en alcalde de una ciudad importante, Hangchow.
En 825 se convirtió en gobernador de Soochow y disfrutó de una segunda juventud.
Regresó a la capital y tras desempeñar diversos puestos se instaló en Lo-yang, como gobernador de la provincia de Honan. Allí nació su primer hijo A-Ts’ui, que sólo vivió un año. En el 831 murió su gran amigo Yüan-Chèn.
Desde entonces, Bai Juyi vivió retirado. En el 832 reparó una parte desocupada del monasterio Hsiang-shan, en Lung-mên y se llamó a sí mismo el eremita de Hsiang-shan.
Allí escribió este poema:
Descansando solo en el templo Hsien Yu
La grulla de la playa permanecía
sobre las escalinatas.
Desde el estanque se veía brillar la Luna
a través de una puerta abierta.
Encantado con el lugar
me quedé allí
dos noches sin moverme para nada,
contento de poder hallar
un lugar tan tranquilo;
satisfecho de que ningún acompañante
me incordiara.
Desde entonces he disfrutado
de esta soledad
y he decidido no venir nunca acompañado
Un día invitó a cenar a otros ocho funcionarios jubilados y la ocasión fue registrada en el cuadro Los nueve viejos en Hsiang-shan.
De los poetas anteriores a él alabó la serie de poemas de Ch’ên Tzü-ang que incluye Hombres de negocios, y puso reparos a Li Bo (Li Bai) y Du Fu, por faltarles feng (“crítica de los que nos gobiernan”) y “ya” (“guía moral de las masas”), pero, por otra parte, se dice también que fue precisamente Bai Juyi quien valoró la obra de Du Fu y la rescató del olvido.
En el año 808 fue nombrado Zhou Shi I (consejero oficial), cuya misión consistía en buscar errores y extravíos imperiales, pero en el año 811 murió su madre al caer a un pozo cuando contemplaba unas flores y Bai Juyi se retiró al río Wei.
Poco después de regresar a la capital, en el 814 escribió dos largas memorias tituladas Sobre la detención de la guerra. Se opuso a una campaña en contra de una tribu de tártaros sin importancia, criticó la avaricia de los funcionarios menores y denunció el intolerable sufrimiento del pueblo.
Bai Juyi, creía que la literatura debía denunciar los males de la sociedad y decía de sí mismo con orgullo:
“Cuando los tiranos y los favoritos oyeron mis canciones de Ch’in, se miraron los unos a los otros y cambiaron de expresión.”
Sus enemigos lograron hacerle caer en desgracia cuando, tras el asesinato del primer ministro Wu Yüan-hêng en pleno día, Bai Juyi escribió otra memoria alertando acerca de la urgencia de poner remedio al descontento general.
También se le acusó de infringir las leyes de la piedad filial por escribir los poemas Alabanza a las flores y El nuevo pozo, ya que su madre había muerto al caerse a un pozo cuando miraba unas flores.
Fue desterrado a Hsün-yang (Kiukiang) como subprefecto y tres años después fue nombrado gobernador de la remota Chung-Chou (en Sechuan). En esa época pudo volver a ver a su gran amigo Yüan-Chèn.
Finalmente, en 819 pudo regresar a Chang’an, lo mismo que Yüan. Pero en 821, criticó el mal gobierno del nuevo emperador Mou Tsung y tuvo que dejar la capital, para convertirse en alcalde de una ciudad importante, Hangchow.
En 825 se convirtió en gobernador de Soochow y disfrutó de una segunda juventud.
Regresó a la capital y tras desempeñar diversos puestos se instaló en Lo-yang, como gobernador de la provincia de Honan. Allí nació su primer hijo A-Ts’ui, que sólo vivió un año. En el 831 murió su gran amigo Yüan-Chèn.
Desde entonces, Bai Juyi vivió retirado. En el 832 reparó una parte desocupada del monasterio Hsiang-shan, en Lung-mên y se llamó a sí mismo el eremita de Hsiang-shan.
Allí escribió este poema:
Descansando solo en el templo Hsien Yu
La grulla de la playa permanecía
sobre las escalinatas.
Desde el estanque se veía brillar la Luna
a través de una puerta abierta.
Encantado con el lugar
me quedé allí
dos noches sin moverme para nada,
contento de poder hallar
un lugar tan tranquilo;
satisfecho de que ningún acompañante
me incordiara.
Desde entonces he disfrutado
de esta soledad
y he decidido no venir nunca acompañado
Un día invitó a cenar a otros ocho funcionarios jubilados y la ocasión fue registrada en el cuadro Los nueve viejos en Hsiang-shan.
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Escribió una memoria de su vida cotidiana, que se considera calcada de la de T’ao ch’ien, y que tal vez se parezca a los escritos de los japoneses Kenko Yoshida o Chamo no Chomei.
Murió en 846, a los setenta y cinco años en la ciudad de Leyen, provincia de Henan. Ya no vivía ninguno de sus grandes amigos. Su última voluntad fue que se le enterrase sin pompa, no en su tumba familiar, sino junto a la de Juman, su monje favorito del monasterio. Pidió que no se le otorgase un título póstumo. Escribió más de 3600 poemas.
C.G. Moral dice que su pulcritud formal y su finura psicológica, casi horaciana, han hecho de él el poeta más cercano al gusto occidental. El contenido moral del confucionismo y su aversión a los fastos cortesanos están muy presentes en su obra, añade Moral, quien califica su poema Canción de la pena sin fin, como uno de los más bellos de toda la dinastía.
Canción de la pena sin fin es uno de los poemas más famosos de Bai Juyi. En él se cuenta la historia del emperador Xuanzong (Hsuan Tsung) y su favorita, la bellísima Yang Kuei Fei. Curiosamente, Bai Juyi no apreciaba demasiado este poema, por el que todavía es célebre, porque está bastante alejado de sus ideas acerca de la función social de la poesía. Así, escribía a su gran amigo Yüan Chen:
“El Mundo otorga un máximo valor precisamente a los poemas que más despreció. De mis contemporáneos, tú eres el único que ha comprendido mis sátiras y mis poemas de reflexión. Dentro de cien o mil años quizá venga alguien que los comprenda como tú.”
Canción de la pena sin fin
Durante el frescor de la primavera la dejaron
bañarse en el estanque de las Flores Puras,
el agua suave de la fuente mojaba su piel lisa.
Auxiliada por sus doncellas, salió grácil y cansada.
Entonces recibió los favores imperiales.
Cabellera de nube, cutis de flor, alhajas de oro,
tras las cortinas color de hibisco conoció las noches primaverales,
noches muy breves, interrumpidas sólo por la salida del Sol.
Fue entonces cuando el Soberano comenzó a abandonar las audiencias.
Acompañando al Emperador en los paseos y los festejos, nunca quieta,
sólo ellos compartían los paseos y las noches de primavera.
Tres mil bellezas habitaban el palacio,
pero el amor sólo existía para ella.
Desde Yu Yuang los tambores de guerra estremecen la Tierra
poniendo fin a la Danza de Trajes Emplumados.
Polvo y humo cubren los nueve palacios,
mil carros y diez mil jinetes corren hacia el sudoeste.
Llenas de miedo, las banderas imperiales avanzan
y a cien li de las puertas de la capital se detienen.
El ejercito rehúsa avanzar más, hay que retroceder.
Fue entonces cuando fue ejecutada la bella de cejas de mariposa ante los caballos.
Sus adornos floreados quedaron por el suelo, y nadie los tocó.
Nadie tocó el adorno de su pelo, el gorrión de oro cubierto de plumas
de martín pescador, ni la horquilla de jade.
El soberano que no pudo salvarla ocultó su rostro,
la miró por ultima vez y lloró lágrimas de sangre.
Cielo y Tierra cambiaron. Regresó el carro del Dragón.
Allí se detuvo el Emperador a pesar suyo,
en el barro de Me Wei Po, donde el hermoso rostro ya nunca estará,
en el sitio sólo de su muerte.
El soberano y sus ministros se miran, cubiertos de lágrimas.
Después, abandonando los caballos, entran en la capital.
Jardines y estanques. Todo esta igual,
lotos de T'ai Yi, sauces del palacio de Wei Yang.
Los nenúfares recuerdan su faz, los mimbres sus vibraciones.
Ante ellos, no pudo contener las lágrimas.
Las flores del durazno y del ciruelo se abren con el viento de la primavera,
las hojas de los plátanos caen bajo las lluvias del otoño,
las yerbas cubren el patio del Palacio de Occidente,
las hojas muertas, que nadie quita, enrojecen las escalinatas.
Los comediantes del Jardín de los Perales tienen ya los cabellos blancos,
han envejecido los eunucos y las sirvientas del Palacio de los Pimenteros.
Por la noche, cuando revolotean las luciérnagas,
el Emperador se aflige y enciende la lámpara,
solitario, sin encontrar reposo.
Campanas y tambores van desgranando lentamente la larga noche,
brilla la Vía Láctea, pronto amanecerá…
bajo las flores de rocío, las tejas entrelazadas están frías.
¿Quién querría compartir una habitación helada?
Ya un largo año separa al vivo de la muerta
y su espíritu no ha regresado a él ni en el sueño.
¡Ay! El cielo y la tierra pasarán, pero su recuerdo será eterno
Su fama se extendió a Corea y Japón, pues los comerciantes compraban sus colecciones de poemas.
Es posible que no haya habido otro poeta más célebre en toda la historia del Mundo: sus poemas estaban “en boca de reyes, príncipes, concubinas, damas, labradores y mozos de cuadra”; fueron escritos “sobre las paredes de escuelas rurales, templos y cabinas de barco”. En Japón se le dedicó una obra de teatro Nô y se convirtió en una especie de deidad del sintoísmo.
A continuación algunos poemas de Bai Juyi
A bordo de una barca leyendo los poemas de Yüan Chen
Tomo tus poemas en mis manos
y los leo a la luz de una vela.
Cuando termino la lectura,
la vela casi está consumida
pero aún no ha amanecido.
Siento escozor en los ojos;
apago la luz
y permanezco sentado en la obscuridad
escuchando las olas que,
impulsadas por el viento,
baten la proa de la barca.
El Poema sobre las zorras se refiere a las historias de las zorras que adoptaban la forma de hermosas mujeres para seducir a los hombres y llevarlos a la perdición. Pero el autor opina que son más temibles las mujeres de verdad.
Poema sobre las zorras
Cuando un espíritu-zorra envejece en una tumba abandonada,
se transforma en una mujer de aspecto sensual.
Sus pelos se convierten en moño, su hocico en un rostro empolvado,
su larga cola muta en una bata ligera y carmesí.
Entonces, caminando lentamente, recorre las calles desiertas de los poblados,
y al caer la noche, eligiendo lugares apartados,
canta y baila alternando gritos lúgubres,
sin alzar sus cejas curvas, con su hermoso rostro cabizbajo.
Cuando sonríe de pronto, ¡qué alegría comunica!
No hay hombre capaz de huir entonces de su seducción...
Cuando esta falsa beldad hace que el hombre se pierda,
¡cuán peligroso es entonces el verdadero encanto femenino!
Falsa o genuina belleza, siempre seduces el corazón del hombre:
Mas, ya que lo falso atrae menos que lo genuino,
una zorra convertida en mujer dañará menos al hombre:
sólo por un día o dos puede engañar su visión.
una mujer que hechiza como una zorra dañará tanto, ciertamente,
días y meses hará que el corazón del hombre quede cautivo.
Escribió una memoria de su vida cotidiana, que se considera calcada de la de T’ao ch’ien, y que tal vez se parezca a los escritos de los japoneses Kenko Yoshida o Chamo no Chomei.
Murió en 846, a los setenta y cinco años en la ciudad de Leyen, provincia de Henan. Ya no vivía ninguno de sus grandes amigos. Su última voluntad fue que se le enterrase sin pompa, no en su tumba familiar, sino junto a la de Juman, su monje favorito del monasterio. Pidió que no se le otorgase un título póstumo. Escribió más de 3600 poemas.
C.G. Moral dice que su pulcritud formal y su finura psicológica, casi horaciana, han hecho de él el poeta más cercano al gusto occidental. El contenido moral del confucionismo y su aversión a los fastos cortesanos están muy presentes en su obra, añade Moral, quien califica su poema Canción de la pena sin fin, como uno de los más bellos de toda la dinastía.
Canción de la pena sin fin es uno de los poemas más famosos de Bai Juyi. En él se cuenta la historia del emperador Xuanzong (Hsuan Tsung) y su favorita, la bellísima Yang Kuei Fei. Curiosamente, Bai Juyi no apreciaba demasiado este poema, por el que todavía es célebre, porque está bastante alejado de sus ideas acerca de la función social de la poesía. Así, escribía a su gran amigo Yüan Chen:
“El Mundo otorga un máximo valor precisamente a los poemas que más despreció. De mis contemporáneos, tú eres el único que ha comprendido mis sátiras y mis poemas de reflexión. Dentro de cien o mil años quizá venga alguien que los comprenda como tú.”
Canción de la pena sin fin
Durante el frescor de la primavera la dejaron
bañarse en el estanque de las Flores Puras,
el agua suave de la fuente mojaba su piel lisa.
Auxiliada por sus doncellas, salió grácil y cansada.
Entonces recibió los favores imperiales.
Cabellera de nube, cutis de flor, alhajas de oro,
tras las cortinas color de hibisco conoció las noches primaverales,
noches muy breves, interrumpidas sólo por la salida del Sol.
Fue entonces cuando el Soberano comenzó a abandonar las audiencias.
Acompañando al Emperador en los paseos y los festejos, nunca quieta,
sólo ellos compartían los paseos y las noches de primavera.
Tres mil bellezas habitaban el palacio,
pero el amor sólo existía para ella.
Desde Yu Yuang los tambores de guerra estremecen la Tierra
poniendo fin a la Danza de Trajes Emplumados.
Polvo y humo cubren los nueve palacios,
mil carros y diez mil jinetes corren hacia el sudoeste.
Llenas de miedo, las banderas imperiales avanzan
y a cien li de las puertas de la capital se detienen.
El ejercito rehúsa avanzar más, hay que retroceder.
Fue entonces cuando fue ejecutada la bella de cejas de mariposa ante los caballos.
Sus adornos floreados quedaron por el suelo, y nadie los tocó.
Nadie tocó el adorno de su pelo, el gorrión de oro cubierto de plumas
de martín pescador, ni la horquilla de jade.
El soberano que no pudo salvarla ocultó su rostro,
la miró por ultima vez y lloró lágrimas de sangre.
Cielo y Tierra cambiaron. Regresó el carro del Dragón.
Allí se detuvo el Emperador a pesar suyo,
en el barro de Me Wei Po, donde el hermoso rostro ya nunca estará,
en el sitio sólo de su muerte.
El soberano y sus ministros se miran, cubiertos de lágrimas.
Después, abandonando los caballos, entran en la capital.
Jardines y estanques. Todo esta igual,
lotos de T'ai Yi, sauces del palacio de Wei Yang.
Los nenúfares recuerdan su faz, los mimbres sus vibraciones.
Ante ellos, no pudo contener las lágrimas.
Las flores del durazno y del ciruelo se abren con el viento de la primavera,
las hojas de los plátanos caen bajo las lluvias del otoño,
las yerbas cubren el patio del Palacio de Occidente,
las hojas muertas, que nadie quita, enrojecen las escalinatas.
Los comediantes del Jardín de los Perales tienen ya los cabellos blancos,
han envejecido los eunucos y las sirvientas del Palacio de los Pimenteros.
Por la noche, cuando revolotean las luciérnagas,
el Emperador se aflige y enciende la lámpara,
solitario, sin encontrar reposo.
Campanas y tambores van desgranando lentamente la larga noche,
brilla la Vía Láctea, pronto amanecerá…
bajo las flores de rocío, las tejas entrelazadas están frías.
¿Quién querría compartir una habitación helada?
Ya un largo año separa al vivo de la muerta
y su espíritu no ha regresado a él ni en el sueño.
¡Ay! El cielo y la tierra pasarán, pero su recuerdo será eterno
Su fama se extendió a Corea y Japón, pues los comerciantes compraban sus colecciones de poemas.
Es posible que no haya habido otro poeta más célebre en toda la historia del Mundo: sus poemas estaban “en boca de reyes, príncipes, concubinas, damas, labradores y mozos de cuadra”; fueron escritos “sobre las paredes de escuelas rurales, templos y cabinas de barco”. En Japón se le dedicó una obra de teatro Nô y se convirtió en una especie de deidad del sintoísmo.
A continuación algunos poemas de Bai Juyi
A bordo de una barca leyendo los poemas de Yüan Chen
Tomo tus poemas en mis manos
y los leo a la luz de una vela.
Cuando termino la lectura,
la vela casi está consumida
pero aún no ha amanecido.
Siento escozor en los ojos;
apago la luz
y permanezco sentado en la obscuridad
escuchando las olas que,
impulsadas por el viento,
baten la proa de la barca.
El Poema sobre las zorras se refiere a las historias de las zorras que adoptaban la forma de hermosas mujeres para seducir a los hombres y llevarlos a la perdición. Pero el autor opina que son más temibles las mujeres de verdad.
Poema sobre las zorras
Cuando un espíritu-zorra envejece en una tumba abandonada,
se transforma en una mujer de aspecto sensual.
Sus pelos se convierten en moño, su hocico en un rostro empolvado,
su larga cola muta en una bata ligera y carmesí.
Entonces, caminando lentamente, recorre las calles desiertas de los poblados,
y al caer la noche, eligiendo lugares apartados,
canta y baila alternando gritos lúgubres,
sin alzar sus cejas curvas, con su hermoso rostro cabizbajo.
Cuando sonríe de pronto, ¡qué alegría comunica!
No hay hombre capaz de huir entonces de su seducción...
Cuando esta falsa beldad hace que el hombre se pierda,
¡cuán peligroso es entonces el verdadero encanto femenino!
Falsa o genuina belleza, siempre seduces el corazón del hombre:
Mas, ya que lo falso atrae menos que lo genuino,
una zorra convertida en mujer dañará menos al hombre:
sólo por un día o dos puede engañar su visión.
una mujer que hechiza como una zorra dañará tanto, ciertamente,
días y meses hará que el corazón del hombre quede cautivo.
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Tu Fu escribe a Li Po
Hermann Bellinghausen
Tu Fu escribe a Li Po
Hermann Bellinghausen
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Obscuro, diminuto, inaprensible a la mano y la mirada, con hábitos de abeja y la agitación propia de un mosquito, el colibrí es el ave más nerviosa del reino de las aves. Casi sorprende que pueda posarse en una rama. Esa inmovilidad digamos verdadera tiene el efecto de inquietar a los otros pájaros de la mañana. Es guerrero, el colibrí, y un guerrero inmóvil siempre sobresalta a quienes creen moverse. Pero la especial alquimia del picaflor ocurre durante su vuelo: cuando más veloz, parece más inmóvil. Puede dispararse en cualquier dirección con rapidez sideral, pues el vuelo ya lo lleva. La flecha es su propio arco.
Un alto en el camino que lo aleja nuevamente a Tu Fu de la tres veces desventurada ciudad de Chang'an. En un periodo breve ya fue aquejada por revueltas intestinas, luego invadida por hordas mongolas, y ahora víctima de la burocracia corrupta de la reconstrucción. Se ciernen nuevas revueltas, el caos, el fin de una era ilustrada y pacífica.
Año 758 en la cuenta cristiana. Norte de China. Aunque es primavera, el viento enfría. Tu Fu tiene la precaria ventaja de seguir vivo en un panorama como sigue: colapso del esplendor de la dinastía T'ang; guerras y saqueos incesantes; la población china se contrae en pocos años de 53 a 17 millones; la sociedad regresa a una edad media en estupor.
Tu Fu sabe que su amigo Li Po conserva también la precaria ventaja de vivir, y le escribe a ciegas una carta, mientras la columna de carretas y caballos en que viaja se detiene a reponer las fuerzas.
A dos días de cruzar de nuevo el gran río en un transbordador ligero como el bambú, los árboles del bosque de Quián ofrecen una sombra que corone sus melancolías. Toma de su jubón de hilo pinceles y tinta para trazar sobria caligrafía negra en los rollos en blanco que carga como equipaje único:
“Viejo amigo que tan lejos te hallas de los maples dorados de Sol en la cuenca del Yangtzé, recibe en tu exilio este saludo en marcha. Las noticias llegan de ninguna parte y son increíbles. Aquí sentado, con el espíritu herido, persigo en el aire a las palabras.”
Un muchacho ofrece agua y vino a Tu, y éste, agradecido hasta la exageración, salta jubiloso y brinda con el joven a quien divierte la faramalla agradecida de este señor que escribía. Alarga hacia él con simpatía un trozo de pan y un cuenco de arroz, y Tu los toma, más feliz aún: se contenta con tan poco. Retorna al papel.
“Los ríos y las montañas sobreviven a los países después de rotos. La primavera regresa. La ciudad de Chang'an, que yo mismo he dejado, luce otra vez exuberante y rica. Los brotes de durazno sueltan las lágrimas de quienes piensan en nosotros, y nuestras separaciones se sobresaltan cuando el oriol canta y da calidez a la nueva estación.”
Se interrumpe Tu y bebe un sorbo más del vino tempranillo, dulzón y barato, pero espumoso en la garganta. A no ser por la violencia del viento esta mañana, confundiría el norte con el sur. Ignora si viene o va. Piensa en Tu Tsung-wu, su pequeño sabio: ¿con quién hablará la criatura ahora de filosofía pueril?
“Ser niño, amigo Li Po, no podemos volver a ser. Tú lo has intentado más veces que yo. Eres once años mayor, nunca quisiste descendencia. Hoy donde estás ¿qué piensas? Ya llegaron y se fueron los gansos salvajes. ¿Hay ríos, lagos, allá?”
Sabe que Li Po no contestará. Es posible que no reciba la carta. Es posible que sí. Con escribirla se alivia Tu Fu el corazón. Llegando al embarcadero podrá enviarla en las naves mensajeras que navegan al oeste.
“Mi hermano Pen Ya da cobijo a mi familia. Da alimento. Da labor, mientras cumplo los asuntos del ministro del emperador. Amigo Li Po, las noches caen sobre los ríos de la frontera. Se oyen al otro lado tambores y cuernos ensayando para la guerra. Sus gritos se alzan encima del viento que lo arremolina entre las nubes y las hace gemir. Los grillos se ocultan bajo el silencio de las hojas. Un pájaro regresa lentamente a las montañas; vuela sobre diez mil lugares distintos que le parecen iguales. ¿Cuándo terminará su viaje?”.
La mano de Tu se detiene. Toma tinta. Los carreteros extienden mantas en el suelo para reposar cerca del Sol. Hablan con animación y ponen a orear su sudor.
“Amigo Li Po, este vino en mis labios te trae al pensamiento, que piensa que me enseñaste que la alegría es la Naturaleza de las cosas. Envidio que seas capaz de mendigar una copa de vino y te sigas sintiendo feliz. Nada te humilla. Dichoso tú que vives en santa ebriedad. Ya ves, yo no, las obligaciones ministeriales me lo impiden. Es seguro que el vino te ha inmunizado de la malaria que diezmó mis fuerzas en más de una ocasión. Qué tiempos son éstos. Tú en el exilio. En cierto modo, también yo. Mis hijos en Chang'an están hambrientos. Y lo que es peor, los dragones también, y si comen su hambre crece y crece. Cuídate en la soledad y de los dragones, recibe la ventura que das a quien te conoce por el camino. Te saludo.”
Tu Fu levanta los ojos, cansados de tantos años de juventud ininterrumpida, y vuelve a contemplar el colibrí entre las ramas. Qué quieto parece, qué relampagueante.
Obscuro, diminuto, inaprensible a la mano y la mirada, con hábitos de abeja y la agitación propia de un mosquito, el colibrí es el ave más nerviosa del reino de las aves. Casi sorprende que pueda posarse en una rama. Esa inmovilidad digamos verdadera tiene el efecto de inquietar a los otros pájaros de la mañana. Es guerrero, el colibrí, y un guerrero inmóvil siempre sobresalta a quienes creen moverse. Pero la especial alquimia del picaflor ocurre durante su vuelo: cuando más veloz, parece más inmóvil. Puede dispararse en cualquier dirección con rapidez sideral, pues el vuelo ya lo lleva. La flecha es su propio arco.
Un alto en el camino que lo aleja nuevamente a Tu Fu de la tres veces desventurada ciudad de Chang'an. En un periodo breve ya fue aquejada por revueltas intestinas, luego invadida por hordas mongolas, y ahora víctima de la burocracia corrupta de la reconstrucción. Se ciernen nuevas revueltas, el caos, el fin de una era ilustrada y pacífica.
Año 758 en la cuenta cristiana. Norte de China. Aunque es primavera, el viento enfría. Tu Fu tiene la precaria ventaja de seguir vivo en un panorama como sigue: colapso del esplendor de la dinastía T'ang; guerras y saqueos incesantes; la población china se contrae en pocos años de 53 a 17 millones; la sociedad regresa a una edad media en estupor.
Tu Fu sabe que su amigo Li Po conserva también la precaria ventaja de vivir, y le escribe a ciegas una carta, mientras la columna de carretas y caballos en que viaja se detiene a reponer las fuerzas.
A dos días de cruzar de nuevo el gran río en un transbordador ligero como el bambú, los árboles del bosque de Quián ofrecen una sombra que corone sus melancolías. Toma de su jubón de hilo pinceles y tinta para trazar sobria caligrafía negra en los rollos en blanco que carga como equipaje único:
“Viejo amigo que tan lejos te hallas de los maples dorados de Sol en la cuenca del Yangtzé, recibe en tu exilio este saludo en marcha. Las noticias llegan de ninguna parte y son increíbles. Aquí sentado, con el espíritu herido, persigo en el aire a las palabras.”
Un muchacho ofrece agua y vino a Tu, y éste, agradecido hasta la exageración, salta jubiloso y brinda con el joven a quien divierte la faramalla agradecida de este señor que escribía. Alarga hacia él con simpatía un trozo de pan y un cuenco de arroz, y Tu los toma, más feliz aún: se contenta con tan poco. Retorna al papel.
“Los ríos y las montañas sobreviven a los países después de rotos. La primavera regresa. La ciudad de Chang'an, que yo mismo he dejado, luce otra vez exuberante y rica. Los brotes de durazno sueltan las lágrimas de quienes piensan en nosotros, y nuestras separaciones se sobresaltan cuando el oriol canta y da calidez a la nueva estación.”
Se interrumpe Tu y bebe un sorbo más del vino tempranillo, dulzón y barato, pero espumoso en la garganta. A no ser por la violencia del viento esta mañana, confundiría el norte con el sur. Ignora si viene o va. Piensa en Tu Tsung-wu, su pequeño sabio: ¿con quién hablará la criatura ahora de filosofía pueril?
“Ser niño, amigo Li Po, no podemos volver a ser. Tú lo has intentado más veces que yo. Eres once años mayor, nunca quisiste descendencia. Hoy donde estás ¿qué piensas? Ya llegaron y se fueron los gansos salvajes. ¿Hay ríos, lagos, allá?”
Sabe que Li Po no contestará. Es posible que no reciba la carta. Es posible que sí. Con escribirla se alivia Tu Fu el corazón. Llegando al embarcadero podrá enviarla en las naves mensajeras que navegan al oeste.
“Mi hermano Pen Ya da cobijo a mi familia. Da alimento. Da labor, mientras cumplo los asuntos del ministro del emperador. Amigo Li Po, las noches caen sobre los ríos de la frontera. Se oyen al otro lado tambores y cuernos ensayando para la guerra. Sus gritos se alzan encima del viento que lo arremolina entre las nubes y las hace gemir. Los grillos se ocultan bajo el silencio de las hojas. Un pájaro regresa lentamente a las montañas; vuela sobre diez mil lugares distintos que le parecen iguales. ¿Cuándo terminará su viaje?”.
La mano de Tu se detiene. Toma tinta. Los carreteros extienden mantas en el suelo para reposar cerca del Sol. Hablan con animación y ponen a orear su sudor.
“Amigo Li Po, este vino en mis labios te trae al pensamiento, que piensa que me enseñaste que la alegría es la Naturaleza de las cosas. Envidio que seas capaz de mendigar una copa de vino y te sigas sintiendo feliz. Nada te humilla. Dichoso tú que vives en santa ebriedad. Ya ves, yo no, las obligaciones ministeriales me lo impiden. Es seguro que el vino te ha inmunizado de la malaria que diezmó mis fuerzas en más de una ocasión. Qué tiempos son éstos. Tú en el exilio. En cierto modo, también yo. Mis hijos en Chang'an están hambrientos. Y lo que es peor, los dragones también, y si comen su hambre crece y crece. Cuídate en la soledad y de los dragones, recibe la ventura que das a quien te conoce por el camino. Te saludo.”
Tu Fu levanta los ojos, cansados de tantos años de juventud ininterrumpida, y vuelve a contemplar el colibrí entre las ramas. Qué quieto parece, qué relampagueante.
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Un poeta de la dinastía Tang: Du Fu
Carlos Montemayor
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Hace ya varios años, cuando estaba escribiendo la novela Guerra en el Paraíso, visité Xian, la vieja capital de la dinastía Tang. Ahí me sorprendió, entre muchas otras cosas, la vigencia de dos poetas del siglo VIII en las conversaciones cotidianas con intelectuales y artistas chinos. Los poetas recordados, casi lo diría, popularmente, eran Li Bai (el viejo Li Po) y Du Fu (a veces conocido en manuales de poesía china como Tu Fu). La vigencia de estos poetas me pareció después explicable por dos razones: primero, por la calidad de la obra de Li Bai y sobre todo de Du Fu; segundo, por la singularidad del pueblo chino, acaso poseedor de la cultura más poderosa y antigua del planeta.
En la historia literaria de China, Du Fu es considerado el más alto exponente del realismo clásico. Dejó una extensa obra representativa de la dinastía Tang, época cumbre de las letras chinas y del esplendor de las ciencias y las artes. Nació en una comarca rural de la provincia de Henan, en el año de 712. Realizó largos viajes por el norte y sur del país y en la ciudad de Le Yan entabló una íntima amistad con Li Bai. Después de haber radicado algunos años en la capital del Imperio, Chan An, la actual Xian, en condiciones de extrema miseria (su hijo, en ese tiempo murió de hambre), Du Fu llevó una vida nómada, de vagabundo, que le permitió conocer directamente la pobreza de los campesinos y el nepotismo arrogante de los mandarines. Basándose en sus propias vivencias escribió seis de sus más famosos poemas, popularmente conocidos en su conjunto como Tres alguaciles y tres despedidas, que corresponden a los poemas Alguacil en Tonguang, Alguacil de Shin An, Alguacil de Shihao, Despedida de una recién casada, Despedida de un viejo, y Despedida de un hombre sin familia. A través de estos poemas podemos ver otro aspecto de la China de ese tiempo: la devastadora cauda de las guerras y de la expansión imperial.
En el verano del año 759 regresó a Chen Du, provincia de Shichuan, y allí, en las afueras occidentales de la ciudad, se construyó con la ayuda de algunos amigos una choza, la cual se conserva hasta hoy como museo del poeta.
Años después decidió regresar a su hogar natal y emprendió, a bordo de una pequeña embarcación, la última larguísima travesía de retorno por los ríos del norte. La prolongada estancia sobre el agua le provocó un grave reumatismo que minó lentamente su salud y le causó la muerte en el año 770, es decir, a los, en ese entonces, avanzados 57 años de edad. Murió solitario, todavía muy lejos de su tierra; la barca con su cuerpo inerte fue hallada en un recodo del río Shian Jian, que atraviesa parte de la provincia de Henan.
Conocí los poemas de Du Fu antes de mi viaje a China por una antología inédita de poemas de la dinastía Tang que prepararon entre 1983 y 1985 el poeta chino Chen Guang Fu y el investigador español Alfredo Gómez Gil. Por desacuerdos profesionales entre los dos coautores la antología no se publicó. En el año 1986, en la ciudad de México, trabajé con Chen Guang Fu en la revisión de ese volumen y le preparé nuevas versiones que tuvieran una flexibilidad mayor en el verso libre de lengua española. Publicamos algunas de esas versiones y después no me fue posible retomar los apuntes que habíamos preparado juntos.
En el año de 1987, con motivo del centenario del nacimiento de Fernando Pessoa, la embajada de Portugal ante la UNESCO organizó en París un homenaje internacional y una exposición de libros, manuscritos y traducciones. Nos invitaron a París a diversos traductores de Pessoa; Jin Guo Ping era su traductor al chino y pertenecía al Departamento de Literatura Latinoamericana de la Academia de Ciencias Sociales de China, en Pekín, donde Chen Guang Fu era vicerrector. Conversamos largamente en París de nuestros trabajos de Pessoa y también de los poetas chinos clásicos que yo había conocido por Chen Guang Fu. Cuando viajé a China, en 1989, los busqué en Pekín, pero en ese momento ambos se encontraban en Europa y no volví a tener contacto con ellos.
Recientemente he vuelto a abrir esas carpetas y he sentido de nuevo la fuerza de esos poetas clásicos y directos, profundamente humanos, llanos, verdaderos. He tratado de encontrar una expresión más natural en los poemas de los diferentes autores de la dinastía Tang que trabajé con Chen Guang Fu. En las numerosas tardes de trabajo, de lecturas, de análisis de las versiones que él había preparado con Alfredo Gómez Gil, reiteradas veces me releía en chino cada poema para que yo pudiera apreciar la cadencia y sonoridad de los versos. Después, en mi viaje a Pekín y a Xian, la inmensidad y la inmediatez de la historia china en las calles, en la población, en los restaurantes, entre los poetas, las bibliotecas, los reinos del paisaje: los caudalosos ríos, las montañas que por sí solas se elevan en el Mundo como pinturas o esculturas, la neblina, la sensación de que la neblina es una forma del recuerdo, o del encuentro, o del destino, me llevaron a admirar y entender, particularmente, el interior humano de Du Fu, la pasión justa y solidaria de este gran maestro.
En el poema titulado Marcha de los soldados con sus carros de guerra, Du Fu menciona a Shian Yan, el puente de la parte norte de la antigua ciudad de Chan An. En dos versos menciona que expertos jefes/ nos envolverán los cabellos; en el ejército de aquella época los soldados llevaban sus cabellos sujetos en forma de moño y envueltos por una tela de encaje; aquí, por impericia guerrera, los infantes debían ser asistidos por antiguos guerreros en el ritual de su peinado. Menciona también la montaña Huan San, situada al noroeste de la ciudad de Chan An. Leamos:
Los caballos relinchan.
Soldados inexpertos con el arco en la cintura
y las flechas en la aljaba
son palancas que impulsan las ruedas de carros.
Padres y esposas los despiden
sumergidos en la polvareda de Shian Yan,
y se prenden algunos de las ropas para detenerlos
y luego se quedan gimiendo
con sollozos que conmueven el cielo.
Así lo explica uno de ellos:
“Nos llevan en forzosa leva
a los que tenemos entre quince y cuarenta años.
Somos reclutas por un despótico decreto.
En la siguiente comarca expertos jefes
nos envolverán los cabellos,
que canosos serán quizás cuando tornemos un día.
Porque la frontera, rebosante de sangre,
no satisface aún al imperio que crece.
Al este de Huan San, allá
donde los matojos silvestres dominan
y estrangulan todo cultivo,
quedó bajo ignorantes manos el arado,
porque hijos mayores, maridos,
los brazos fuertes de la provincia,
fueron distribuidos como perros y gallos
según el capricho del mando militar.
Usted no se sorprenda
de la sinceridad con que le respondo.
¿Alguna queja observa en mis palabras?
Sólo le explico que en este invierno
fuimos convocados a las armas los jóvenes y los hombres de mi aldea.
Además, se nos obligó a entregar cosechas y bienes,
sin disminución alguna del sofocante impuesto.
Solas se quedaron cuidando el hambre de la casa
las menores, las adolescentes, las casadas,
mientras los hijos y maridos moriremos en la frontera
bajo la espada o con triunfo,
como un soldado cualquiera”.
La guerra es una constante en la obra de Du Fu, porque le tocó vivir hacia el año 755 la sublevación de los generales que estaban a cargo de las fronteras del Imperio, An Zu-shan y Shi Shi-min. El emperador Tan Min Huan tuvo que abandonar la capital del imperio ante el avance de los generales insurrectos. Desde la provincia de Shichuan, los hijos del emperador, Li Hen y Li lin, organizaron la lucha contra los rebeldes. Pero el emperador murió intempestivamente y los hijos comenzaron a combatir entre ellos antes de acabar con los rebeldes.
Los procesos de la leva forzosa marcaron profundamente a Du Fu. La mayoría de los poemas que recuerdan de él los chinos actuales corresponden a escenas desgarradoras de estos reclutamientos. Uno de ellos, quizá el más trágico y vertiginoso, es, como ya mencioné Alguaciles de Shihao, que describe un suceso del que Du Fu fue testigo. Shihao era un pueblo cercano a la ciudad de Ho Yan, provincia del mismo nombre, donde se estacionaban las tropas imperiales. El poema fue escrito en el año 759, cuando intentaba regresar Du Fu a su tierra natal:
Me había hospedado al anochecer en Shihao.
Los alguaciles se lanzaron esa noche
a un inesperado reclutamiento de leva.
El viejo dueño de la posada
saltó de un alto muro y se libró de la requisa,
pero su esposa, amenazada, tuvo que abrir la puerta.
Maldijéronla furiosos, y sin que su llanto lograra
suspender los insultos, balbuceó:
“Mis tres hijos fueron alistados tiempo ha
y defendieron el sitio de Shian Chou;
dos cayeron sacrificados;
del otro sólo poseo una carta.
Quiso nuestro sino que, sobrevivientes,
rezáramos por los que se fueron para siempre.
En la familia no hay más hombres que mi nieto,
cuya madre en el rincón le amamanta.
Vieja y débil soy, pero aún podría quizás servir comida en el ejército”.
Entrada ya la noche, se alejaron las voces por la calle
y quedó en la casa un murmullo de amargos gemidos.
Cuando volví a reanudar mi camino, al día siguiente,
el posadero, a solas, me despedía.
El reclutamiento forzoso podía extenderse por muchos años. Si el soldado lograba sobrevivir y regresar a su aldea, podría quedar otra vez expuesto a un nuevo reclutamiento. A esta vulnerable condición se refiere otro de sus más populares poemas, Despedida de un hombre sin familia, que menciona a An Lu-shan, uno de los generales que se rebelaron contra el emperador Tan Min Huan:
Tras la rebelión de An Lu-shan
los campos quedaron yermos,
llenos de espinos y cizaña.
Los habitantes de mi aldea
tuvieron que abandonarla.
No volví a saber de ellos;
quizás murieron, pero ignoro dónde están sus restos.
En Ye Chen nuestras tropas fueron derrotadas;
logré huir y regresé a mi pueblo;
encontré las calles vacías,
su quietud vacía,
incluso el aullido iracundo de los zorros,
los primeros que encontré de mi aldea,
me parecieron vacíos.
Algunas viudas inermes
siguen viviendo allí;
también unos tristes pájaros
que buscan sus nidos.
¿Quién no anhela reconstruir su casa?
A tiempo inicié la siembra
y cada tarde regaba mi huerto.
Pero el alcalde supo de mi regreso
y me ordenó partir de nuevo al frente.
Me reincorporaron al deshecho batallón
y me arrancaron de mi casa apenas recobrada.
¿Quién cuidará de ella durante mi ausencia?
(Quizás no me importará la distancia
en el fragor del combate.)
Con amargura recuerdo
mi primer reclutamiento:
mi madre me despidió con lágrimas
y a mi vuelta
sólo encontré de ella
la huella de un foso anónimo.
Tras una vida miserable,
su última posibilidad de dicha
quedó enterrada por un lustro
de ausencia de su estúpido hijo único.
Ya no tiene a quien decirle adiós
este vulgar campesino que corre por la vida.
La guerra fue, pues, un tema constante en la vida y la poesía de Du Fu. Por ello resalta su visión sobre las finalidades de la guerra misma y sus límites necesarios. Es el caso de este poema, Filosofía del soldado, lúcido y actual:
Al tensar el arco,
ténsese muy fuerte.
Al lanzar la flecha,
láncese excedida.
Al disparar,
dispárese al caballo.
Al perseguir al enemigo,
captúrese primero al comandante.
Si de esta forma defendemos la frontera,
las bajas que causemos serán mínimas.
Si sólo detener la invasión deseamos,
¿sería justo desencadenar la matanza?
También fue ágil en el dibujo del paisaje, en el rápido y fulgurante paso de la mirada sobre la Tierra, el invierno, la crítica social como una mirada limpia y aparentemente casual. Es el dibujo del breve poema Impresión; rasgos rápidos y sorpresivos que en otros poetas chinos celebraba Ezra Pound en sus versiones de Cathay, como los versos iniciales de The city of Choan. Leamos Impresión, de Du Fu:
Por el duro cierzo, las ocas salvajes emigran.
El cielo está cubierto de un denso polvo.
En los bosques y crisantemos se escucha el viento.
Los matorrales de otoño
se han secado para ser más verdes.
Sigue en la madrugada sonando
la flauta de fiesta en la gran mansión.
Pero los vecinos y labriegos se duelen
vestidos de lino en el frío noviembre.
Quizá uno de los poemas que pueden atravesar los siglos y las culturas con mayor fuerza, con un rigor extremo de la condición humana sin retórica, sin dulcificar la vida, sea éste, Melancolías múltiples:
Recuerdo que a mis quince años,
casi un niño,
pero robusto como un ternero,
trepaba a las copas de los árboles
del patio, en agosto,
al madurar la pera y el dátil.
Ahora, a mi quebrantada edad,
sobrepasados los cincuenta,
prefiero en vez de vertical
mantenerme acostado.
Sin embargo, con forzada sonrisa
recibo a mis amigos burócratas,
que me ayudan con su peculio.
Triste quedo porque me es imposible
superar las múltiples melancolías
que a mi vida rodean.
Mi casa son sólo paredes...
Mi esposa monótonamente carga
la misma tristeza...
Mi hijo, sin urbanidad alguna,
desde la puerta, soez me exige la comida.
Du Fu, poeta del realismo clásico, dicen las historias de literatura china. Pero ante obras como la suya, ¿qué significa realismo? ¿Algo más sugerente o verdadero que la condición humana? ¿Algo diferente a nosotros mismos? Quizá nunca la gran poesía ha significado algo más que nosotros mismos.
Un poeta de la dinastía Tang: Du Fu
Carlos Montemayor
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Hace ya varios años, cuando estaba escribiendo la novela Guerra en el Paraíso, visité Xian, la vieja capital de la dinastía Tang. Ahí me sorprendió, entre muchas otras cosas, la vigencia de dos poetas del siglo VIII en las conversaciones cotidianas con intelectuales y artistas chinos. Los poetas recordados, casi lo diría, popularmente, eran Li Bai (el viejo Li Po) y Du Fu (a veces conocido en manuales de poesía china como Tu Fu). La vigencia de estos poetas me pareció después explicable por dos razones: primero, por la calidad de la obra de Li Bai y sobre todo de Du Fu; segundo, por la singularidad del pueblo chino, acaso poseedor de la cultura más poderosa y antigua del planeta.
En la historia literaria de China, Du Fu es considerado el más alto exponente del realismo clásico. Dejó una extensa obra representativa de la dinastía Tang, época cumbre de las letras chinas y del esplendor de las ciencias y las artes. Nació en una comarca rural de la provincia de Henan, en el año de 712. Realizó largos viajes por el norte y sur del país y en la ciudad de Le Yan entabló una íntima amistad con Li Bai. Después de haber radicado algunos años en la capital del Imperio, Chan An, la actual Xian, en condiciones de extrema miseria (su hijo, en ese tiempo murió de hambre), Du Fu llevó una vida nómada, de vagabundo, que le permitió conocer directamente la pobreza de los campesinos y el nepotismo arrogante de los mandarines. Basándose en sus propias vivencias escribió seis de sus más famosos poemas, popularmente conocidos en su conjunto como Tres alguaciles y tres despedidas, que corresponden a los poemas Alguacil en Tonguang, Alguacil de Shin An, Alguacil de Shihao, Despedida de una recién casada, Despedida de un viejo, y Despedida de un hombre sin familia. A través de estos poemas podemos ver otro aspecto de la China de ese tiempo: la devastadora cauda de las guerras y de la expansión imperial.
En el verano del año 759 regresó a Chen Du, provincia de Shichuan, y allí, en las afueras occidentales de la ciudad, se construyó con la ayuda de algunos amigos una choza, la cual se conserva hasta hoy como museo del poeta.
Años después decidió regresar a su hogar natal y emprendió, a bordo de una pequeña embarcación, la última larguísima travesía de retorno por los ríos del norte. La prolongada estancia sobre el agua le provocó un grave reumatismo que minó lentamente su salud y le causó la muerte en el año 770, es decir, a los, en ese entonces, avanzados 57 años de edad. Murió solitario, todavía muy lejos de su tierra; la barca con su cuerpo inerte fue hallada en un recodo del río Shian Jian, que atraviesa parte de la provincia de Henan.
Conocí los poemas de Du Fu antes de mi viaje a China por una antología inédita de poemas de la dinastía Tang que prepararon entre 1983 y 1985 el poeta chino Chen Guang Fu y el investigador español Alfredo Gómez Gil. Por desacuerdos profesionales entre los dos coautores la antología no se publicó. En el año 1986, en la ciudad de México, trabajé con Chen Guang Fu en la revisión de ese volumen y le preparé nuevas versiones que tuvieran una flexibilidad mayor en el verso libre de lengua española. Publicamos algunas de esas versiones y después no me fue posible retomar los apuntes que habíamos preparado juntos.
En el año de 1987, con motivo del centenario del nacimiento de Fernando Pessoa, la embajada de Portugal ante la UNESCO organizó en París un homenaje internacional y una exposición de libros, manuscritos y traducciones. Nos invitaron a París a diversos traductores de Pessoa; Jin Guo Ping era su traductor al chino y pertenecía al Departamento de Literatura Latinoamericana de la Academia de Ciencias Sociales de China, en Pekín, donde Chen Guang Fu era vicerrector. Conversamos largamente en París de nuestros trabajos de Pessoa y también de los poetas chinos clásicos que yo había conocido por Chen Guang Fu. Cuando viajé a China, en 1989, los busqué en Pekín, pero en ese momento ambos se encontraban en Europa y no volví a tener contacto con ellos.
Recientemente he vuelto a abrir esas carpetas y he sentido de nuevo la fuerza de esos poetas clásicos y directos, profundamente humanos, llanos, verdaderos. He tratado de encontrar una expresión más natural en los poemas de los diferentes autores de la dinastía Tang que trabajé con Chen Guang Fu. En las numerosas tardes de trabajo, de lecturas, de análisis de las versiones que él había preparado con Alfredo Gómez Gil, reiteradas veces me releía en chino cada poema para que yo pudiera apreciar la cadencia y sonoridad de los versos. Después, en mi viaje a Pekín y a Xian, la inmensidad y la inmediatez de la historia china en las calles, en la población, en los restaurantes, entre los poetas, las bibliotecas, los reinos del paisaje: los caudalosos ríos, las montañas que por sí solas se elevan en el Mundo como pinturas o esculturas, la neblina, la sensación de que la neblina es una forma del recuerdo, o del encuentro, o del destino, me llevaron a admirar y entender, particularmente, el interior humano de Du Fu, la pasión justa y solidaria de este gran maestro.
En el poema titulado Marcha de los soldados con sus carros de guerra, Du Fu menciona a Shian Yan, el puente de la parte norte de la antigua ciudad de Chan An. En dos versos menciona que expertos jefes/ nos envolverán los cabellos; en el ejército de aquella época los soldados llevaban sus cabellos sujetos en forma de moño y envueltos por una tela de encaje; aquí, por impericia guerrera, los infantes debían ser asistidos por antiguos guerreros en el ritual de su peinado. Menciona también la montaña Huan San, situada al noroeste de la ciudad de Chan An. Leamos:
Los caballos relinchan.
Soldados inexpertos con el arco en la cintura
y las flechas en la aljaba
son palancas que impulsan las ruedas de carros.
Padres y esposas los despiden
sumergidos en la polvareda de Shian Yan,
y se prenden algunos de las ropas para detenerlos
y luego se quedan gimiendo
con sollozos que conmueven el cielo.
Así lo explica uno de ellos:
“Nos llevan en forzosa leva
a los que tenemos entre quince y cuarenta años.
Somos reclutas por un despótico decreto.
En la siguiente comarca expertos jefes
nos envolverán los cabellos,
que canosos serán quizás cuando tornemos un día.
Porque la frontera, rebosante de sangre,
no satisface aún al imperio que crece.
Al este de Huan San, allá
donde los matojos silvestres dominan
y estrangulan todo cultivo,
quedó bajo ignorantes manos el arado,
porque hijos mayores, maridos,
los brazos fuertes de la provincia,
fueron distribuidos como perros y gallos
según el capricho del mando militar.
Usted no se sorprenda
de la sinceridad con que le respondo.
¿Alguna queja observa en mis palabras?
Sólo le explico que en este invierno
fuimos convocados a las armas los jóvenes y los hombres de mi aldea.
Además, se nos obligó a entregar cosechas y bienes,
sin disminución alguna del sofocante impuesto.
Solas se quedaron cuidando el hambre de la casa
las menores, las adolescentes, las casadas,
mientras los hijos y maridos moriremos en la frontera
bajo la espada o con triunfo,
como un soldado cualquiera”.
La guerra es una constante en la obra de Du Fu, porque le tocó vivir hacia el año 755 la sublevación de los generales que estaban a cargo de las fronteras del Imperio, An Zu-shan y Shi Shi-min. El emperador Tan Min Huan tuvo que abandonar la capital del imperio ante el avance de los generales insurrectos. Desde la provincia de Shichuan, los hijos del emperador, Li Hen y Li lin, organizaron la lucha contra los rebeldes. Pero el emperador murió intempestivamente y los hijos comenzaron a combatir entre ellos antes de acabar con los rebeldes.
Los procesos de la leva forzosa marcaron profundamente a Du Fu. La mayoría de los poemas que recuerdan de él los chinos actuales corresponden a escenas desgarradoras de estos reclutamientos. Uno de ellos, quizá el más trágico y vertiginoso, es, como ya mencioné Alguaciles de Shihao, que describe un suceso del que Du Fu fue testigo. Shihao era un pueblo cercano a la ciudad de Ho Yan, provincia del mismo nombre, donde se estacionaban las tropas imperiales. El poema fue escrito en el año 759, cuando intentaba regresar Du Fu a su tierra natal:
Me había hospedado al anochecer en Shihao.
Los alguaciles se lanzaron esa noche
a un inesperado reclutamiento de leva.
El viejo dueño de la posada
saltó de un alto muro y se libró de la requisa,
pero su esposa, amenazada, tuvo que abrir la puerta.
Maldijéronla furiosos, y sin que su llanto lograra
suspender los insultos, balbuceó:
“Mis tres hijos fueron alistados tiempo ha
y defendieron el sitio de Shian Chou;
dos cayeron sacrificados;
del otro sólo poseo una carta.
Quiso nuestro sino que, sobrevivientes,
rezáramos por los que se fueron para siempre.
En la familia no hay más hombres que mi nieto,
cuya madre en el rincón le amamanta.
Vieja y débil soy, pero aún podría quizás servir comida en el ejército”.
Entrada ya la noche, se alejaron las voces por la calle
y quedó en la casa un murmullo de amargos gemidos.
Cuando volví a reanudar mi camino, al día siguiente,
el posadero, a solas, me despedía.
El reclutamiento forzoso podía extenderse por muchos años. Si el soldado lograba sobrevivir y regresar a su aldea, podría quedar otra vez expuesto a un nuevo reclutamiento. A esta vulnerable condición se refiere otro de sus más populares poemas, Despedida de un hombre sin familia, que menciona a An Lu-shan, uno de los generales que se rebelaron contra el emperador Tan Min Huan:
Tras la rebelión de An Lu-shan
los campos quedaron yermos,
llenos de espinos y cizaña.
Los habitantes de mi aldea
tuvieron que abandonarla.
No volví a saber de ellos;
quizás murieron, pero ignoro dónde están sus restos.
En Ye Chen nuestras tropas fueron derrotadas;
logré huir y regresé a mi pueblo;
encontré las calles vacías,
su quietud vacía,
incluso el aullido iracundo de los zorros,
los primeros que encontré de mi aldea,
me parecieron vacíos.
Algunas viudas inermes
siguen viviendo allí;
también unos tristes pájaros
que buscan sus nidos.
¿Quién no anhela reconstruir su casa?
A tiempo inicié la siembra
y cada tarde regaba mi huerto.
Pero el alcalde supo de mi regreso
y me ordenó partir de nuevo al frente.
Me reincorporaron al deshecho batallón
y me arrancaron de mi casa apenas recobrada.
¿Quién cuidará de ella durante mi ausencia?
(Quizás no me importará la distancia
en el fragor del combate.)
Con amargura recuerdo
mi primer reclutamiento:
mi madre me despidió con lágrimas
y a mi vuelta
sólo encontré de ella
la huella de un foso anónimo.
Tras una vida miserable,
su última posibilidad de dicha
quedó enterrada por un lustro
de ausencia de su estúpido hijo único.
Ya no tiene a quien decirle adiós
este vulgar campesino que corre por la vida.
La guerra fue, pues, un tema constante en la vida y la poesía de Du Fu. Por ello resalta su visión sobre las finalidades de la guerra misma y sus límites necesarios. Es el caso de este poema, Filosofía del soldado, lúcido y actual:
Al tensar el arco,
ténsese muy fuerte.
Al lanzar la flecha,
láncese excedida.
Al disparar,
dispárese al caballo.
Al perseguir al enemigo,
captúrese primero al comandante.
Si de esta forma defendemos la frontera,
las bajas que causemos serán mínimas.
Si sólo detener la invasión deseamos,
¿sería justo desencadenar la matanza?
También fue ágil en el dibujo del paisaje, en el rápido y fulgurante paso de la mirada sobre la Tierra, el invierno, la crítica social como una mirada limpia y aparentemente casual. Es el dibujo del breve poema Impresión; rasgos rápidos y sorpresivos que en otros poetas chinos celebraba Ezra Pound en sus versiones de Cathay, como los versos iniciales de The city of Choan. Leamos Impresión, de Du Fu:
Por el duro cierzo, las ocas salvajes emigran.
El cielo está cubierto de un denso polvo.
En los bosques y crisantemos se escucha el viento.
Los matorrales de otoño
se han secado para ser más verdes.
Sigue en la madrugada sonando
la flauta de fiesta en la gran mansión.
Pero los vecinos y labriegos se duelen
vestidos de lino en el frío noviembre.
Quizá uno de los poemas que pueden atravesar los siglos y las culturas con mayor fuerza, con un rigor extremo de la condición humana sin retórica, sin dulcificar la vida, sea éste, Melancolías múltiples:
Recuerdo que a mis quince años,
casi un niño,
pero robusto como un ternero,
trepaba a las copas de los árboles
del patio, en agosto,
al madurar la pera y el dátil.
Ahora, a mi quebrantada edad,
sobrepasados los cincuenta,
prefiero en vez de vertical
mantenerme acostado.
Sin embargo, con forzada sonrisa
recibo a mis amigos burócratas,
que me ayudan con su peculio.
Triste quedo porque me es imposible
superar las múltiples melancolías
que a mi vida rodean.
Mi casa son sólo paredes...
Mi esposa monótonamente carga
la misma tristeza...
Mi hijo, sin urbanidad alguna,
desde la puerta, soez me exige la comida.
Du Fu, poeta del realismo clásico, dicen las historias de literatura china. Pero ante obras como la suya, ¿qué significa realismo? ¿Algo más sugerente o verdadero que la condición humana? ¿Algo diferente a nosotros mismos? Quizá nunca la gran poesía ha significado algo más que nosotros mismos.
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La balada de Tu Fu
Hermann Bellinghausen
La balada de Tu Fu
Hermann Bellinghausen
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A punto de caer, las hojas otoñales aleteaban como mariposas atrapadas en el follaje del viento. El camino era cada vez más corto. Se sentía por dentro de las sandalias, en la planta de los pies. Ese escozor que, pese al bulto de las fatigas acumuladas como quien fuera mula, es una forma viva de la satisfacción.
Dar es tener. Eso lo sabe cualquiera que ha vivido. (No todos los vivos viven). Y quien ha andado, volvería a hacerlo, que además lo bailado ya nadie lo quita.
El hombre viejo de Shao-ling, pasados hace tiempo el río de Los Duraznos, el río Amarillo y otros que vienen siendo el mismo río, volvía a casa sin otra cosa que palabras perdidas y las riquezas del aire todos esos años. (Tan incierto es el destino de la caligrafía).
Su goce y su tormento no fueron los favores de la academia imperial ni, como para su amigo Li Po, las libraciones. Presenció la sucesiva destrucción de los reinos, las batallas, los vagones rojos, las huidas, los refugios, la hambruna en su propia familia, la paz y la falta de paz dándose la mano, simultáneamente y de inmediato.
Mientras estuvieran a su alcance el pincel y la tablilla, y su atención febril siguiera sin parpadear, Tu Fu olvidaba comer, dormir, cambiar de postura, y hasta su nombre. Con razón cuesta trabajo a los biógrafos precisar la fecha de nacimiento. Con cierto orgullo de sabihondos, afirman que, lo más seguro, Tu Fu había nacido en 712.
El por su parte no se dio tiempo para pensar que era, sería; en fin, podría ser uno de los mayores poetas de la humanidad. Han corrido más de mil años para compararlo con Dante, con Villon, con nadie. Sólo ha sido comparable con su opuesto par, el algo mayor camarada Li Po.
Que agarraron camino, ni duda queda. Que no agarraron el mismo, tampoco. Que llegaron a viejos, pero no demasiado. Que no perdieron la voz. Perpetuo quedó Li Po en las tabernas de la memoria colectiva.
Ahora, Tu Fu llegaba por el norte a su ciudad del sur, espejismo pertinaz de un retorno, como si existiera tal. Mil Itacas se han cansando de probar que nunca se llega.
Tu Fu es razonablemente feliz en ese momento. Razonable siempre fue. El tránsito aquel amerita una balada, lo mismo que hizo con el antiguo ciprés, las primaveras sucesivas, los caballos pastando y la brisa del Gran Río Yangtzé, la bailarina que le hizo recordar a la señora Kung-Sun en la Danza de la Espada, muchos años después, cuando ya nadie era joven. Baladas a los esplendores de la corte, los ejércitos relucientes, los campos de batalla devastados a continuación; a los afeites desvanecidos de las señoras y los señores. Ay, don Manrique, que tan antes nació Tu Fu, no hay nada nuevo bajo el Sol.
Volvía a casa con las manos vacías, que es la mejor manera de llegar. Cuando ya nadie lo esperaba. Cuando, justamente, era el otro, y para fines prácticos, lo mismo daba, y que se joda Rimbaud. Li Po, más reconocido, había muerto. Tu Fu aún gustaría viajar por los ríos, los años y sus achaques no se lo impedirían. De hecho, moriría de pronto en alguna embarcación, años después, navegando.
Al momento de ingresar a la ciudad, el camino cabía ya en la palma de su mano, Tu Fu se detuvo a recordar en una esquina. Como a todos los viejos, le había dado por quejarse. De la pensión miserable del gobierno, de que le regatearan merecimientos, de que la comida estuviera insípida, o caliente, o demasiado fría, del Sol y la lluvia. Pero conservaba la dádiva de dar.
“Un hombre viejo no sabe ya a dónde va. En estos montes salvajes, cansados sus pies, no tiene prisa alguna.”
El anticlímax fue siempre su clímax. Si en ese momento en tierra le hubieran dicho que, un futuro noviembre de 770, exhalaría el último suspiro escribiendo sobre el canto de Li Kuei-Nein, navegando “al sur del río”, Tu Fu, alzando los hombros, hubiera disimulado su sonrisa afable, silenciosa, de quien, sin saberlo, sabe. Y así está bien que sea. No hay mucho más que saber.
La amistad entre Du Fu y Li Bo
Du Fu escribió de Li Bo:
Lo quiero como a un hermano,
Ebrios nos quedamos dormidos en otoño, compartiendo una manta.
Deambulamos todo el día cogidos de la mano.
Li Bo acerca de un encuentro con Du Fu:
En la Colina del Arroz Cocido
me encontré con Du Fu.
Era un mediodía abrasador
y llevaba un sombrero de bambú.
Dime: ¿Cómo es
que has adelgazado tanto?
¿Sufres acaso de poesía?
Du Fu escribió al separarse de Li Bo en el año 746, sin saber que ya no volverían a verse:
Llega el otoño, nos miramos uno a otro,
somos aún vilanos de cardo flotando al viento.
No hemos logrado el secreto del cinabrio.
¡Si nos viera Ge Hong, que vergüenza!
Bebiendo a mares y cantando como locos
pasamos los días vacíos.
Orgulloso y dominante,
¿de qué te sirve ser héroe?
Un año después, Du Fu estaba en Chang'an y Li Bo en el país de Wu. Escribió entonces Du Fu Recordando a Li Bo un día de primavera:
No tienen rival los versos de Li Bo.
Fuera de lo común son su elegancia y su talento.
Puros y frescos, como los de Yu Kaifu;
de excelsa belleza, como los de Bao, el General.
Al norte del Wei, la primavera aparece en los árboles.
Al este del Río, el Sol del crepúsculo se refleja en las nubes.
¿Cuándo volveremos a vernos,
para hablar de poesía,
ante un vasito de vino?
En 759 Du Fu está en Qiu Zhou y Li Bo ahora ha sido exiliado a Ye Lang. Du Fu sueña con su amigo y escribe un poema:
Cuando la muerte separa, un día cesan las lágrimas;
cuando separa la vida, es una aflicción constante.
Al sur del río, tierras de perniciosa malaria,
no nos llegan noticias del desterrado.
Has entrado en mis sueños, viejo amigo,
cierto que tengo de ti hondos recuerdos.
Tú, ahora, atrapado en la red,
¿cómo podrías desplegar las alas?
Temo que tu espíritu no sea ya el de antes;
largo es el camino e impredecible.
Viene tu alma
entre el verdor de los bosques de arces,
y tu espíritu regresa
cruzando los negros desfiladeros de Qinlong.
La Luna desciende y llena de luz las vigas de mi aposento,
y se diría que quiere iluminar tu rostro.
Las aguas son profundas, las olas grandes,
no permitas que te atrapen los dragones acuáticos.
Poco después escribe:
En los confines del cielo pienso en Li Bo:
Un viento frío se eleva en los confines del cielo,
¿qué pensamientos afloran en tu mente?
¿cuándo llegarás las ocas salvajes?
De las aguas de otoño están llenos los ríos y los lagos.
La poesía detesta el destino feliz
y el diablo se lanza sobre el caminante.
Habla con otro espíritu tratado injustamente
y arroja como ofrendas poemas al río Miluo.
Huyendo de una nueva revuelta contra los gobernantes Tang, Du Fu llega a Tizhou, en el este del país de Shu. Tiene entonces cincuenta y un años. Allí recibe la noticia de que Li Bo, queriendo beber la Luna en el agua, se ha caído al río y ha muerto. En su memoria escribe el hermoso poema donde dice:
Tu pincel se posa, provoca viento y lluvia,
tu poema acabado: dioses y demonios lloran.
A punto de caer, las hojas otoñales aleteaban como mariposas atrapadas en el follaje del viento. El camino era cada vez más corto. Se sentía por dentro de las sandalias, en la planta de los pies. Ese escozor que, pese al bulto de las fatigas acumuladas como quien fuera mula, es una forma viva de la satisfacción.
Dar es tener. Eso lo sabe cualquiera que ha vivido. (No todos los vivos viven). Y quien ha andado, volvería a hacerlo, que además lo bailado ya nadie lo quita.
El hombre viejo de Shao-ling, pasados hace tiempo el río de Los Duraznos, el río Amarillo y otros que vienen siendo el mismo río, volvía a casa sin otra cosa que palabras perdidas y las riquezas del aire todos esos años. (Tan incierto es el destino de la caligrafía).
Su goce y su tormento no fueron los favores de la academia imperial ni, como para su amigo Li Po, las libraciones. Presenció la sucesiva destrucción de los reinos, las batallas, los vagones rojos, las huidas, los refugios, la hambruna en su propia familia, la paz y la falta de paz dándose la mano, simultáneamente y de inmediato.
Mientras estuvieran a su alcance el pincel y la tablilla, y su atención febril siguiera sin parpadear, Tu Fu olvidaba comer, dormir, cambiar de postura, y hasta su nombre. Con razón cuesta trabajo a los biógrafos precisar la fecha de nacimiento. Con cierto orgullo de sabihondos, afirman que, lo más seguro, Tu Fu había nacido en 712.
El por su parte no se dio tiempo para pensar que era, sería; en fin, podría ser uno de los mayores poetas de la humanidad. Han corrido más de mil años para compararlo con Dante, con Villon, con nadie. Sólo ha sido comparable con su opuesto par, el algo mayor camarada Li Po.
Que agarraron camino, ni duda queda. Que no agarraron el mismo, tampoco. Que llegaron a viejos, pero no demasiado. Que no perdieron la voz. Perpetuo quedó Li Po en las tabernas de la memoria colectiva.
Ahora, Tu Fu llegaba por el norte a su ciudad del sur, espejismo pertinaz de un retorno, como si existiera tal. Mil Itacas se han cansando de probar que nunca se llega.
Tu Fu es razonablemente feliz en ese momento. Razonable siempre fue. El tránsito aquel amerita una balada, lo mismo que hizo con el antiguo ciprés, las primaveras sucesivas, los caballos pastando y la brisa del Gran Río Yangtzé, la bailarina que le hizo recordar a la señora Kung-Sun en la Danza de la Espada, muchos años después, cuando ya nadie era joven. Baladas a los esplendores de la corte, los ejércitos relucientes, los campos de batalla devastados a continuación; a los afeites desvanecidos de las señoras y los señores. Ay, don Manrique, que tan antes nació Tu Fu, no hay nada nuevo bajo el Sol.
Volvía a casa con las manos vacías, que es la mejor manera de llegar. Cuando ya nadie lo esperaba. Cuando, justamente, era el otro, y para fines prácticos, lo mismo daba, y que se joda Rimbaud. Li Po, más reconocido, había muerto. Tu Fu aún gustaría viajar por los ríos, los años y sus achaques no se lo impedirían. De hecho, moriría de pronto en alguna embarcación, años después, navegando.
Al momento de ingresar a la ciudad, el camino cabía ya en la palma de su mano, Tu Fu se detuvo a recordar en una esquina. Como a todos los viejos, le había dado por quejarse. De la pensión miserable del gobierno, de que le regatearan merecimientos, de que la comida estuviera insípida, o caliente, o demasiado fría, del Sol y la lluvia. Pero conservaba la dádiva de dar.
“Un hombre viejo no sabe ya a dónde va. En estos montes salvajes, cansados sus pies, no tiene prisa alguna.”
El anticlímax fue siempre su clímax. Si en ese momento en tierra le hubieran dicho que, un futuro noviembre de 770, exhalaría el último suspiro escribiendo sobre el canto de Li Kuei-Nein, navegando “al sur del río”, Tu Fu, alzando los hombros, hubiera disimulado su sonrisa afable, silenciosa, de quien, sin saberlo, sabe. Y así está bien que sea. No hay mucho más que saber.
La amistad entre Du Fu y Li Bo
Du Fu escribió de Li Bo:
Lo quiero como a un hermano,
Ebrios nos quedamos dormidos en otoño, compartiendo una manta.
Deambulamos todo el día cogidos de la mano.
Li Bo acerca de un encuentro con Du Fu:
En la Colina del Arroz Cocido
me encontré con Du Fu.
Era un mediodía abrasador
y llevaba un sombrero de bambú.
Dime: ¿Cómo es
que has adelgazado tanto?
¿Sufres acaso de poesía?
Du Fu escribió al separarse de Li Bo en el año 746, sin saber que ya no volverían a verse:
Llega el otoño, nos miramos uno a otro,
somos aún vilanos de cardo flotando al viento.
No hemos logrado el secreto del cinabrio.
¡Si nos viera Ge Hong, que vergüenza!
Bebiendo a mares y cantando como locos
pasamos los días vacíos.
Orgulloso y dominante,
¿de qué te sirve ser héroe?
Un año después, Du Fu estaba en Chang'an y Li Bo en el país de Wu. Escribió entonces Du Fu Recordando a Li Bo un día de primavera:
No tienen rival los versos de Li Bo.
Fuera de lo común son su elegancia y su talento.
Puros y frescos, como los de Yu Kaifu;
de excelsa belleza, como los de Bao, el General.
Al norte del Wei, la primavera aparece en los árboles.
Al este del Río, el Sol del crepúsculo se refleja en las nubes.
¿Cuándo volveremos a vernos,
para hablar de poesía,
ante un vasito de vino?
En 759 Du Fu está en Qiu Zhou y Li Bo ahora ha sido exiliado a Ye Lang. Du Fu sueña con su amigo y escribe un poema:
Cuando la muerte separa, un día cesan las lágrimas;
cuando separa la vida, es una aflicción constante.
Al sur del río, tierras de perniciosa malaria,
no nos llegan noticias del desterrado.
Has entrado en mis sueños, viejo amigo,
cierto que tengo de ti hondos recuerdos.
Tú, ahora, atrapado en la red,
¿cómo podrías desplegar las alas?
Temo que tu espíritu no sea ya el de antes;
largo es el camino e impredecible.
Viene tu alma
entre el verdor de los bosques de arces,
y tu espíritu regresa
cruzando los negros desfiladeros de Qinlong.
La Luna desciende y llena de luz las vigas de mi aposento,
y se diría que quiere iluminar tu rostro.
Las aguas son profundas, las olas grandes,
no permitas que te atrapen los dragones acuáticos.
Poco después escribe:
En los confines del cielo pienso en Li Bo:
Un viento frío se eleva en los confines del cielo,
¿qué pensamientos afloran en tu mente?
¿cuándo llegarás las ocas salvajes?
De las aguas de otoño están llenos los ríos y los lagos.
La poesía detesta el destino feliz
y el diablo se lanza sobre el caminante.
Habla con otro espíritu tratado injustamente
y arroja como ofrendas poemas al río Miluo.
Huyendo de una nueva revuelta contra los gobernantes Tang, Du Fu llega a Tizhou, en el este del país de Shu. Tiene entonces cincuenta y un años. Allí recibe la noticia de que Li Bo, queriendo beber la Luna en el agua, se ha caído al río y ha muerto. En su memoria escribe el hermoso poema donde dice:
Tu pincel se posa, provoca viento y lluvia,
tu poema acabado: dioses y demonios lloran.
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