GIBRÁN
KHALIL GIBRÁN
LA
PROCESIÓN
(1918)
DEL
MUNDO ILUSORIO
El Sabio
Este mundo no es sino una taberna
Y el Tiempo es su Amo y su Señor
que sólo sirve a aquellos que se abisman
en sueños sin nexo ni rima.
Los hombres beben y se desbocan
Como corceles enloquecidos
Algunos son ruidosos al orar
Y otros tienen la fiebre de adquirir.
Pocos en la tierra saborean la vida
Y no se marean con los dones que ella otorga
Ni desvían sus fuentes hacia copas
En que sus sueños vacilan y naufragan.
Si encontraras, por acaso, un alma sobria
En medio de esta orgía enloquecida
Maravíllate: es como si la luna tomase
Una nube de tormenta por dosel.
El Joven
Nada en el campo se embrutece
Con vino o ilusiones;
Las nubes derraman en los arroyos
El más sublime de los elixires.
Mientras tanto el hombre se embriaga
Cual si estuviese siendo amamantado y
Sólo alcanza la edad de la razón
Cuando es muy tarde, a la hora del reposo final.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Pues el canto es sombra refrescante
Y el murmullo del caramillo permanece
Cuando las ilusiones mueren y se desvanecen.
DE LA BONDAD Y
LAS CLASES SOCIALES
El Sabio
El bien debe fluir libremente en el hombre, así
Como el mal continúa más allá de la tumba
Los dedos del tiempo mueven los trebejos
Por algún tiempo, y después derriban
A alfiles y peones por igual.
Nunca digas: "Allá va un gran hombre"
Ni: "Un Jefe digno de respeto".
Los mejores hombres, anónimos, están en el rebaño
Y tienen por guía a su pastor.
El Joven
El campo no tiene necesidad de pastores
Ni los rebaños se separan, dispersos
No rivalizan la primavera y el invierno
Pues cada cual desempeña su papel.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
El canto apacigua el corazón
Y el murmullo del caramillo es más durable
Que castas y clases sociales.
DE LA VIDA Y LA TRISTEZA
El Sabio
La vida no es más que un letargo perturbado
Por el sueño que sugiere la voluntad;
El alma entristecida, en la tristeza esconde
Sus secretos y, conmovida, sus alegrías...
El Joven
En el campo nadie sufre
Nadie se abate en sus pesares
Apenas los céfiros secretean su compasión
Cuando murmuran en la arboleda...
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Que el canto apague los disgustos
Pues el son del caramillo repercute
Cuando el pasado y el futuro se entrelazan...
LA RELIGIÓN
El Sabio
La religión es un campo bien sembrado
Plantado y regado por el deseo
De aquél que ansía el Paraíso
O por aquél que teme los Fuegos del infierno.
¡Ah! Si la religión constase apenas
De las bendiciones de la Resurrección
Ellos recurrirían a Dios, y se arrepentirían
Sólo para obtener un destino mejor.
Como si la religión fuese parte
De su comercio cotidiano:
Si fueran negligentes, se verían perjudicados
Y recompensados si fueran perseverantes.
El Joven
Los seres silvestres no creen
Ni esconden incredulidad alguna
El canto de las aves no afirma
Ni á la Verdad, ni al Dolor, ni a la Felicidad.
Las creencias populares nacen y mueren
Como las sombras de la noche tenebrosa
Ninguna luz, después de Cristo.
DE
LA JUSTICIA
El Sabio
Tan desvirtuada ha sido en su sentido.
Y los muertos harían escarnio
De aquello que en el mundo llaman equidad.
Sí. Muerte y prisión es lo que distribuimos
A los pequeños transgresores de las leyes
Al paso que honra, riqueza y gran respeto
A los grandes piratas tributamos.
Condenamos a quien hurta una flor,
Quien se apodera de un campo es un caballero
Debe morir quien mata un cuerpo
Quien mata al espíritu, queda libre.
El Joven
En el seno de Natura no hay justicia
Ni castigos;
Cuando el sauce extiende su sombra
Sin pedir licencia,
Nadie oye decir al ciprés:
Esto es contra la ley y el derecho.
La justicia humana se derrite de vergüenza
Como la nieve bajo el sol.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
El canto es sentencia sublime para el corazón
Y el trino del caramillo perdura
más allá del crimen, más allá del criminal.
DE
LA VOLUNTAD Y EL DERECHO
El Sabio
El Derecho pertenece a los voluntariosos
Pues las aLnas, cuando fuertes, predominan;
Los débiles son llevados por el bien y el mal
Como el viento que viene y va.
No niegues, entonces que la Voluntad del Alma
Es más fuerte que la Fuerza física,
Y que los cobardes sólo ascienden a los tronos
De los que son indiferentes al bien y al mal.
Mira: en la madriguera del león hay un olor
Que ahuyenta a los hijos de las raposas,
Sea que sus moradores anden por allí,
O por la floresta cazando presas.
Así es también con ciertas aves
Que, aunque volando en la amplitud del espacio
Están siempre temerosas del halcón,
Quien, aun en el morir, mantiene el orgullo de
su estirpe.
El Joven
La naturaleza no tolera a los débiles,
Ni admite un dominio tibio
Cuando los leones rugen su presencia,
La floresta no se asusta sólo por eso.
La voluntad del hombre es sombra fluctuante
Que él concibe en su propia mente.
Y los derechos humanos también pasan,
Como perecen las hojas otoñales... .
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
La música imprime una Voluntad al Alma
Y el son del caramillo permanece
Cuando los sonidos se apagan y se aquietan.
DE LA CIENCIA Y EL CONOCIMIENTO
El Sabio
La Ciencia sigue amplias sendas.
Conocemos su comienzo, mas nos perdemos en sus
límites.
Pues el Tiempo y el Destino dirigen su curso
Y no alcanzamos a ver más allá
de las curvas del camino...
Lo que más importa en la Sabiduría
Es la idea que mueve al hombre victorioso,
Firme e incólume ante el ridículo,
Calmo y sereno,
Indiferente y humilde.
Así es el profeta cuando llega
Envuelto en el manto de su pensamiento
Y se encuentra en medio de su pueblo
Que no percibe los tesoros que él viene
cargando
El es un extranjero en esta vida.
Extraño a los que lo alaban y a los que lo
insultan
Pues alza la antorcha de la Verdad
Aunque su llama lo devore.
El es valiente, aunque
parezca apenas gentil y cordial.
Está tan distante de los que están cerca,
Como de los que están lejos.
El Joven
La cultura que ostenta el pueblo hoy
Es como la niebla sobre el campo.
El despuntar, no obstante, de los rayos
Del Sol, disipará sus brumas...
DE
LA LIBERTAD
El Sabio
El hombre libre construye en su lucha
La cárcel en que será cautivo
Y cuando se aparta del clan familiar,
Cae esclavo de-una idea,
O de las caricias de un amor...
El Joven
La floresta no puede acoger al
Hombre libre
Ni tampoco a un pobre esclavo.
Las honras son ilusiones falsas
igual a la espuma impulsada por las olas.
Cuando siembra sus flores
Sobre la grama a sus pies,
El almendro no reclama derechos de propiedad
Ni deja de inclinarse hacia la hierba.
DE LA FELICIDAD Y LA ESPERANZA
El Sabio
La felicidad es un mito que perseguimos;
Del que nos cansamos cuando se materializa,
Tal como el río que desciende veloz hacia los
campos
Y que al llegar se arrastra enturbiado.
Pues un hombre sólo es feliz
En la aspiración por ser feliz.
Siempre que alcanza su meta pierde interés
Y se lanza a otros vuelos por las alturas.
Si encontraras por acaso un hombre
Que se contente con su Hado
Al contrario de los demás hombres,
Ora para que su Nirvana no sea perturbado.
El Joven
La esperanza no se encuentra en el campo
Ni cuadro de atroz desesperanza
¿Por qué el campo desearía migajas
Si en él TODO se concentra?
¿Debiera alguien buscar sus esperanzas en el
campo
Cuando la naturaleza entera es su objetivo?
La esperanza no es más que un bálsamo
Como el tiempo, la riqueza y la fama.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Pues el canto es luz y llama
Y el son del caramillo es un deleite
intangible al espíritu ocioso.
DE
LA BENEVOLENCIA
El Sabio
La benevolencia de algunos es como una
Concha pulida y lustrosa,
mas vacía, pues no contiene aquella perla
preciosa
Que es el bien hecho al hermano.
Si encontraras a alguien, al mismo tiempo
Fuerte y gentil ¡dichosos tus ojos!
Pues es una visión gloriosa
Y hasta un ciego podría contemplar sus
virtudes.
El Joven
Nadie en el campo es benevolente
Ni de rodillas se hinca acobardado.
Allí el esbelto junco y el roble, lado a lado,
Crecen disputándose altura.
Y si el plumaje del pavo real es púrpura
No toma conocimiento de su belleza
Ni se vanagloria de su encanto.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Que la música consuela a los débiles
Y el trino del caramillo sobrevive
Más allá del débil y del fuerte.
DEL
AMOR
El Sabio
Se olvidan las glorias
De los intrépidos conquistadores
Mas nunca hasta el fin de los tiempos
Olvidaremos a los grandes amores.
En el corazón del guerrero macedonio
Vislumbramos un campo de muerte y dolor;
Mas en el de Qais entrevemos
Un templo al amor.
En el triunfo del primero
Se descubre la derrota innoble;
Mientras que en la frustración de Qais
La victoria fue completa.
Pues el amor anida apenas en el alma,
-no en el cuerpo- y, como el vino
Estimula nuestra espiritualidad
Para acoger las bendiciones del Amor Divino
El Joven
En el campo sólo hay recuerdo
De los que se amaron ardorosamente.
De los reyes que gobernaron,
Desde tronos opresores, queda
Apenas la historia de sus crímenes.
Mas el recuerdo de los apasionados
Está fijado, sublime
En las campiñas en flor...
El Sabio
Si encontraras un amante en su amor perdido,
Tropezando a ciegas, mas despreciando a quien
guía;
Sediento, mas sin calmar su sed;
Hambriento, mas satisfecho con su hambre,
Oirás decir de él: "Este joven engalanado,
¿qué procura?
¿Qué esperanza, paciente, pone en su destino?
¿Por qué llora lágrimas de sangre
Por aquella a quien le falta honra y
belleza?"
Decid que los que así hablan
Han nacido muertos:
Nada saben de la vida
Ni consiguen entenderla.
El Joven
En el campo nadie persigue
O espía el encuentro de los que se aman.
Cuando la gacela, avista a lo lejos al macho,
Corresponde ligera a su llamado.
Allá en la cima, las águilas no se admiran,
Ni hablan sobre los "excesos de lo
extraño"
Pues nosotros, hijos de la naturaleza,
Sólo juzgamos extraño lo normal.
DEL
ALMA Y LA FERTILIDAD
El Sabio
La razón por la cual se dice que el alma existe
Se esconde en su propia esencia
Nadie puede pintarla
0 retratar la substancia que la forma.
Habrá quien diga que las almas cuando alcanzan
La perfección
Desaparecen en el mar azul de la NADA:
Como si fuesen frutos maduros
Cayendo de los árboles, al menor soplo de los vientos.
Otros afirman que el cuerpo
Resume todo, y que, en el desenlace,
No existiendo ni alma ni espíritu,
No hay sueño ni despertar.
O cjue el alma es una frágil sombra
Reflejada borrosamente en límpido arroyuelo
Y que
se esfuma de repente
Cuando el torrente se diluye.
Todos se engañan. Pues la chispa
No desaparece ni con el cuerpo ni con el alma.
Pues lo que el Viento Norte dobla,
El Viento Este, al pasar, enderezará.
El Joven
En el campo no se hace distinción
Entre el cuerpo y el alma;
La nube es agua etérea
Y el
rocío agua perlada.,
Por la fragancia se prolongan las flores;
La tierra es florescencia materializada;
Y las-
sombras de los álamos son huríes
que pensaron que era noche y se durmieron.
El Sabio
El cuerpo es para el alma
Como un útero materno. Ella vive en él,
Hasta que al fin, asciende
Una vez más al espacio; y él retorna
Como simiente para germinar de nuevo.
El alma del niño tiene su día festivo:
El de nacer feliz;
Mas algunos seres son estériles,
Como arcos contraídos
Que no disparan flechas.
Tales seres nada generan
Pues las almas no nacen de troncos
Hace tiempo fenecidos,
Ni de arcilla cocida y rígida.
El Joven
La naturaleza no telera al inútil
Ni al intruso, sin repelerlos.
El panal de miel es el símbolo
De la colmena y la labranza.
La esterilidad es una expresión heredada
De la incapacidad de producir.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Pues el canto es una forma leve
Y el
son del caramillo continúa,
Cuando se encuentran iguales y opuestos.
DE LA MUERTE Y LA
INMORTALIDAD
El Sabio
En la tierra la muerte es el fin para el hijo
De la tierra, el final de toda gloria,
Mas para aquel que tiene sus raíces en lo etéreo,
Es apenas el principio
Del comienzo de la victoria.
Quien abraza el alba en sueños
Ciertamente es inmortal.
Si él durmiera en su larga noche,
Dormitará en un profundo mar.
Mas quien al suelo con apego se aferre
Por el suelo se arrastrará, hasta el final.
La muerte, como el mar, será vencida por quien
la
Enfrenta con bravura,
Los de alma pesada se hundirán.
El Joven
En la naturaleza no existe la Muerte,
Ni tampoco se construyen tumbas
Concluye la primavera,
Mas sus encantos quedan en los campos
El miedo a la muerte es la desilusión
Anidada en el corazón de los sabios
Quien viviera una sola Primavera
Es como si hubiera vivido siglos ilimitados.
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
El canto es inmortalidad,
Y el son del caramillo permanece
Sobre las miserias y alegrías
CONCLUSION
DEL JOVEN
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Ya olvidé lo que nos hemos dicho
Pues las palabras no son mas que notas del arco
iris
Háblame, sí, de Jas reales alegrías que ya has saboreado.
¿Te has internado alguna vez en la floresta
Huyendo de la suntuosidad de los palacios?
¿Has acompañado el curso del arroyo
O trepado a los barrancos a la vera del camino?
¿Te has bañado en auras perfumadas
Y secado en lienzos de luz?
¿Has bebido el vino de la aurora
Paladeándolo en relucientes cálices
¿Has descansado alguna vez, cuando el sol se
pone,
A la sombra de las viñas
Cargadas de racimos
Como gemas maduras y doradas?
¿Te has deleitado en la suave hierba,
Teniendo por manto la bóveda del cielo,
Despreocupado del futuro,
Y olvidado por entero tu pasado?
¿Has sentido alguna vez que el silencio
nocturno
Circunda como un mar tu cabeza,
Mientras el seno de la noche parecía
Anclar un corazón palpitante junto a tu lecho?
¡Dame un caramillo y canta conmigo!
Olvida ofensas, olvida consuelos
La vida es como un verso escrito
Sobre la superficie de un arroyuelo.
¿Qué placer, dime, puedes sentir
En esa lucha loca, luchando en la multitud,
En discutir, protestar, en porfías,
Indefinidamente;
¿Cavando en la oscuridad como los topos
O queriendo trepar por telas de araña
-siempre frustrada la ambición
Hasta que los vivos yazcan junto a los muertos?
RECAPITULACION DEL SABIO
Si pudiese pulsar con mis dedos, los hilos de
mi suerte,
Los tejería en el campo.
Mas las circunstancias nos fuerzan a recorrer a
tientas
Los estrechos senderos marcados por Kismet.
El Destino tiene caminos que no podemos
alterar,
Cuando nuestra voluntad comienza a flaquear
Si vivimos disculpando nuestros errores
Ayudamos a los Hados a matarnos...
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