EL
SUTRA DEL CORAZÓN
1) Ubicación
doctrinaria
El Sutra del Corazón es el más breve de todos los sermones
budistas y, a la vez, uno de los más densos porque en él se resumen los
conceptos medulares de esta doctrina.
Primeramente conviene ubicar, desde el punto de vista filosófico, al sutra.
Si bien las dos escuelas principales del budismo -Hinayana y Mahayana-
coinciden en tres postulados fundamentales, a saber 1) todo es transitorio;
2) todo es sufrimiento; y 3) todo carece de yo, difieren radicalmente en lo
que atañe al ideal humano que representa la realización del budismo. El
Mahayana ("Gran Vehículo") sostiene que la doctrina es lo
suficientemente grande como para transportar a todos los seres hacia la
salvación. El bodhisattva no entra al Nirvana -pudiendo hacerlo- hasta
haber llevado allí a los demás. En cambio, el Hinayana ("Pequeño
Vehículo") defiende al arhat, apoyando su trabajo solitario en favor de
una más rápida entrada en Nirvana.
El Sutra del corazón está dirigido al bodhisattva y por lo tanto integra la
corriente mahayana del budismo A su vez, forma parte de la serie de textos
conocida como Prajna-paramita ("Perfección de la Sabiduría"),
colección incluida en el Canon sánscrito, una de las cuatro grandes
agrupaciones
-junto a la pali, la china y la tibetana- de libros sagrados de Oriente.
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2) Versiones del sutra
Gran parte de los libros canónicos están
escritos bajo la forma de diálogos entre el Buda y alguno de sus discípulos,
aunque difícilmente puedan catalogarse de discursos. El Buda no dejó letras escritas; en consecuencia, los registros fueron hechos de memoria por sus seguidores, después de su muerte, ya que ninguna de las partes del Canon es contemporánea del Buda. Se considera que las Enseñanzas fueron transmitidas, de generación en generación, entre los elegidos que comprobaron su verdad por sí mismos a través de la práctica. El manuscrito del Sutra del Corazón, según se dice, fue traído desde la India a la China por Bodhidharma, o sea, no antes del siglo VI d-C.
En la última mitad del siglo VII -informa
Suzuki- , Hsüan-chuang completó la traducción del Prajñáparamitá en
seiscientos fascículos. Esta es una compilación enciclopédica que incluye la mayoría de los sutras pertenecientes al grupo prajñapamítico de los textos mahayánicos.
El Sutra
del corozón fue traducido al chino en el año
649 y también existe una versión tibetana, un poco más extensa, radicando la diferencia en cuestiones puramente formales, ya que sus significados son iguales. Al primero se lo conoce como "largo" y al otro como "corto".
Las versiones a las que hoy pueden acceder el
lector
occidental son:
1) La de Max MülIer, una transcripción literal
del sánscrito,
incluida en The Sacred Books of the East, vol 49- Clarendon Press.
2) La de Ismael Quiles --tomada de la
anterior--, en Filosofía budista Ed.
Troquel, Bs. As. 1968.
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3) La de Daisetz
Teitaro Suzuki. en A Manual of Zen
Buddhism Eastern Buddbist Society, Kyoto 1935. Hay
traducción española. Manual de budismo
zen Kier, Bs. As.
1976.
4) La de Edward Conze, en Buddhist Scriptures. Ed. Penguin, Middlesex, 1959.
5) La de Han Shan, incluida en Lu K'uan Yü: Ch'an and Zen Teaching. Rider, Londres
1960.
3)
Comentarios
Los distintos ensayistas que han tomado
contacto con
este sutra brindaron variados comentarios sobre el mismo. Vale la pena traer a colación algunos de ellos, para captar el peso del sutra dentro del budismo.
El Sutra
del corazón -dice Lu K'uan Yü- condensa en
sus escasos doscientos sesenta y ocho caracteres chinos (en castellano también posee menos de trescientas palabras) la totalidad de las enseñanzas vertidas en los millones de ideogramas que abarcan los sutras del Prajñáparamitá.
El objetivo del sutra es borrar todo rastro de ilusión
provocado por los cinco agregados, por los seis sentidos y sus respectivos objetos, por las dieciocho categorías sensoriales, por los doce eslabones de la existencia, por las Cuatro Nobles Verdades, por la sabiduría y por el logro, de modo de desapegar la mente de todo antagonismo, antagonismo que carece de lugar en la unidad de la Realidad Absoluta. Desaparecidos los dualismos, la mente se integrará con su naturaleza fundamental; esto es, alcanzará la iluminación.
El sutra
finaliza con una fórmula que, mantenida en
forma constante en la mente, ayuda a cortar la incesante cadena de los pensamientos dualistas, posibilitando el desapego de las ilusiones y el descubrimiento de la sabiduría absoluta inherente al sí mismo. Esta sabiduría es como una filosa espada que derriba todo obstáculo en el camino de la liberación. y -como lo afirmó un maestro oriental- no
existe otro método que, para este objetivo,
sobrepase al que
se enseña en el brevísimo Sutra del corazón.
Han Shan (Montaña Tonta), nombre de pluma que
utilizó The Ch'ing (1546-1623), resumidamente, explica por qué el Buda dictó
este sutra. El mundo de los
miserables destinos -dice este monje- se parece a un océano; en él, los
sentimientos y pensamientos humanos no llegan a tocar costa alguna. Los seres
son ignorantes; no saben que la consciencia levanta grandes olas de
discriminación que son la causa de la ilusión y el karma, resultando de ello una incesante ronda de nacimientos y
muertes. El sufrimiento es así inagotable y por lo tanto no es posible
remontarse a través de la amarga corriente de la mortalidad, permaneciendo
siempre en “esta orilla". El Dhammapada
sentencia:
Appaká
te manussem ye janá páragámino,
Atháyam
itará pajá tíram evánudhávati..
Pocas personas llegan a la otra orilla;
las demás corren alocadamente por esta.
El Buda usó el brillo de su Gran Sabiduría
para iluminar, para quebrar las pasiones causadas por los sentimientos y
poner fin para siempre a todos los sufrimientos.
Esto transporta a los seres sobre el océano de las miserias, alcanzando la "otra orilla", el Nirvana. El Sutra del corazón es la balsa que permite el cruce.
Por su parte, Daisetz Teitaro Suzuki afirma
que la
enseñanza del Prajñáparamitá consiste en definir la esencia del Estado Bodhisáttvico. Esto es lo que se conoce en todos los textos mahayánicos como Bodhisattvacaryá. Caryá significa “vida”, y el Bodhisattvacaryá es lo que distingue al bodhisattva como tal de los demás seres. El Prajñáparamitá descubre esta vida en la comprensión del Prajñá con todas sus implicancias, intelectuales, morales y espirituales.
El Sutra
del corazón da una serie de negaciones,
negándose incluso el conocimiento; pues mientras exista
consciencia de haber alcanzado algo, esto es
un obstáculo
real en el camino hacia la iluminación suprema. Convertirse en amo de uno mismo y de todas las cosas significa tener el método de desplazarse integralmente limpio de todos los obstáculos que contrarían el curso libre y autogobemante del Prajñá.
4)
El Vacío
No obstante los anteriores
comentarios,parecería que es
el análisis de Ismael Quiles el que mejor descubre el concepto del Vacío expresado en el sutra.
El Prajñá
paramitá hridaya sutra -dice este orientalista- ha condensado en una
página la atrevida concepción del
Absoluto budista como Vacío, la doctrina desnuda de la vacuidad, como la última realidad de todas las cosas y llevada, por así decirlo, hasta sus últimas consecuencias.
a) El
"Vacío ", Última Realidad
de las cosas
La primera afirmación es que la naturaleza de
las cosas es
el "vacío". Los cinco skandhas son "vacíos por su naturaleza" y como los skandhas son los elementos primarios de toda realidad, ésta resulta asimismo vacía por naturaleza. La enumeración es completa. La forma y el cuerpo, las actividades todas, incluso las de la mente, son vacío.
b) El
Vacío de las propiedades y del
mundo fenoménico
En segundo lugar, los "caracteres"
de las cosas, sus propiedades buenas y malas son a su vez vacío, porque el
"carácter de todas las cosas es er vacío".
Luego viene la negación de todo
el mundo fenoménico. Todo ese aparecer y desaparecer de las cosas, todo el
inmenso movimiento del cosmos, no es, asimismo, sino vacío. No se puede
hablar ni de principio, ni de fin, tratándose de las cosas vacías. Por tanto,
todo el mundo de la transmigración, no es también sino vacío y pura
ilusión. Es decir, es una realidad aparente y engañosa.
c) El
Vacío del conocimiento y de la
doctrina budista
Pero si el nacimiento y la muerte son ilusión,
y el conocimiento y las sensaciones son también ilusión, la doctrina budista
es, en consecuencia, una pura ilusión, es decir, no tiene realidad, es vacío.
Hay que trascender todo ese mundo y toda esa doctrina, para llegar a la
realidad absoluta de todo, a la última realidad, que es el vacío.
Si la doctrina y el camino son vacío, si no
hay doctrina y no hay camino, es natural que tampoco haya Nirvana. También el ideal del Nirvana es, pues, una ilusión, que se
presenta para escapar de otra' ilusión. Pero donde todo es vacío, no hay
tampoco lugar para el ideal.
d) El Vacío del Vacío
Queda todavía la última y radical actitud del
vacío, que es la negación de esa negación de todo, lo que después se va a
llamar el "Vacío del Vacío". El reconocimiento de la última
naturaleza de las cosas como vacío, implica la suspensión de toda afirmación
y de toda negación sobre las cosas mismas, es decir, el silencio absoluto y
eterno frente al vacío absoluto y eterno.
Este silencio total y este reconocimiento de
la vacuidad como naturaleza última de las cosas, que es la negación del
conocimiento, de la ignorancia y de la destrucción de la ignorancia, la
negación de la mente y de la no-mente, es llamado la "profunda sabiduría
del más allá"; "El supremo y perfecto conocimiento, la gran
sabiduría que es verdadera".
Evidentemente -concluye Quiles-
estamos ante un desafío a la forma normal del pensamiento; se pretende
afirmar que el verdadero conocimiento es no-conocimiento, que la verdadera realidad
es no-realidad y que la naturaleza de las cosas es la no-naturaleza, el vacío
de toda característica, de toda determinación, de toda realidad.
5)
Plan de la obra
La presente -nueva- versión del Sutra del corazón trata de expresar el
espíritu de quien dictó esta Enseñanza y, a la vez, mantenerla dentro de la
comprensión general sin por ello alejarla del ámbito oriental en que nació.
Las notas al pie se reparten entre las
aclaraciones interpretativas y las opiniones de los distintos traductores o
autores consultados. Para abreviar la reiteración de los nombres, se utiliza
el siguiente código:
D. T .S. = Daisetz Teitaro Suzuki
E.W. = Emest Wood
F .K. . = Francisco Kastberger
H. S. = Han Shan
I.Q. = Ismael Quiles
Z. = Zaniah
Finalmente, completa esta obra una Bibliografía específica para aconsejar
a quienes deseen profundizar en el tema de los textos sagrados del Oriente
budista.
Samuel
Wolpin
Rosario, 1983.
ADVERTENCIA
Se recomienda la triple lectura de la obra:
primero la del Sutra sin sus notas; luego con ellas y por último nuevamente
el sermón sólo.
TEXTO
DEL SUTRA DEL CORAZÓN
Sutra (l) del Corazón (2)
Mediante la práctica del profundo Prajñá (3) Paramitá,(4) el Bodhisattva (5) Avalokitesvara (6)
percibió que los cinco agregados (7) eran inexistentes, asegurándose así la
liberación (8) de todo sufrimiento. (9)
Sariputra (10) -dijo- (ll) la forma (12) no
difiere del vacío (13), ni éste de aquella. La forma es idéntica (14) al
vacío; el vacío es idéntico a la forma. Vacías son también la recepción (15),
la concepción (16), el pensamiento (17) y la consciencia. (18)
Sariputra, el vacío de todas las cosas no es
creado ni
aniquilado (19), no es impuro ni puro, no crece ni decrece. (20)
Por lo tanto, en el vacío no hay recepción,
concepción, pensamiento ni consciencia; no hay ojo, oído, nariz, lengua,
cuerpo ni mente; no hay forma, sonido, olor, gusto,
tacto ni idea; no existen las dieciocho categorías sensoriales (21). desde el reino de la visión hasta la facultad; no están los doce eslabones de la cadena de la causalidad (22), desde la ignorancia (23) hasta su cese y desde la vejez y la muerte (24) hasta su fin; no existen "Las cuatro nobles verdades" (25), como tampoco existen la sabiduría (26) ni el logro. (27) Porque gracias al desapego (28), los Bodhisattvas que se apoyan en el Prajñá Paramitá, carecen de obstáculos (29) en sus corazones; en consecuencia, no temen (30), se hallan liberados de los antagonismos y las ilusiones, y alcanzan el Nirvana. (31)
Todos los Budas (32) del pasado, del presente
y del
futuro (33) han obtenido la visión completa (34) y la lluminación perfecta (35) apoyándose en el Prajñá Paramitá, que contiene la fórmula sobrenatural (36), ,la gran luz jamás igualada, la que verdaderamente puede borrar todo el sufrimiento de esta orilla.
He aquí la fórmula:
“Gate,
gate, paragate, parasamgate, Bodhi, Svahá".(37)
NOTAS
Sutra (l) del Corazón (2)
(1) Sutra,
en sánscrito; sutta, en pali =
sermón del Buda.
Una de las doce divisiones del Canon Mahayana. F .K. traduce, literalmente, como "hilo, cuerda". En la literatura pali significa "diálogo o discurso atribuido al Buda o a sus discípulos". Z. afirma que el sutra es un texto de aforismos o sentencias sobre temas sagrados, generalmente posvédico. Se aplica también el término para denominar una sentencia o regla breve. Los sutras, de una fuerza extremadamente concisa y condensada, tratan de las cuestiones más diversas: unos del sacrificio (Srautasutras), otros de cuestiones religiosas (Grihyasutras), de geometría y agronomía sagradas (Silpasutras), de derecho civil y penal (Dharmasutras); etc. Este género de literatura, más reciente que los Brahmanas y los Upanishads, no aparece antes del siglo V a.C.
(2) El "corazón" que da título al sutra; en Oriente el concepto se
confunde con "mente" y se refiere a aquella que, alimentada por la
sabiduría, llega a la "otra orilla". Por “corazón” también se
quiere decir el "centro" de la enseñanza.
Mediante la práctica del profundo
prajñá (3) Paramitá (4), el
Bodhisattva (5) Avalokitesvara (6) percibió que los cinco agregados (7) eran inexistentes, asegurándose así la liberación (8) de todo sufrimiento. (9)
( 3) F. K. presenta una familia de palabras
asociadas a prajñá: 1) sabio; 2) la
sabiduría que constituye, junto a la gnosis, el bodhicitta o sea el pensamiento de la iluminación; 3) la gnosis;
4) la capacidad del saber crítico; 5) el reconocimiento; 6) en el lamaísmo se
piensa que el Buda reserva la gnosis para los elegidos. Prajñá amala es la sabiduría trascendente. Prajñáparamitá: es el título de ciertos textos budistas; trátase
de
sutras
muy antiguos del
Mahayana que hablan de la perfección del reconocimiento y las predicaciones
que el Buda habría realizado a los Bodhisattvas
y a millares de monjes, cuya escripturística permanecía escondida largo
tiempo y fue manifestada cuando el tiempo la había madurado. Literalmente,
"la perfección de la
sabiduría". Es una obra a manera de una "Summa philosophica", en la cual encuéntrase la especulación más elevada del budismo .
Z. complementa lo anterior puntualizado que prajñá es el conocimiento supremo o
espiritual, sabiduría, juicio, razón, iluminación; el séptimo paramitá (virtud o regla). La Teosofía
considera que es sinónimo de Mahat, la
Mente Universal; capacidad, inteligencia, el séptimo escalón de la sabiduría
para la percepción subjetiva, cuya realización hace del hombre un dios.
Pero quien más se extiende sobre este término
es E. W. Es -dice el orientalista inglés- sabiduría esencial, a diferencia:
tanto de sanjñá como de vijñá; toma de conciencia de los
objetos o del medio y de su empleo y valor. Algunos tradujeron projñá como "sabiduría
trascendente", lo cual significa que trasciende el conocimiento de las
cosas y también de la mente. En otras oalabras, prajñá es el conocer, la conciencia o la toma de conciencia como
tal, más allá de la dualidad de sujeto y objeto, pero no es trascendente en
el sentido del conocimiento de un estado
o región afuera o más
allá del mundo de la acción, que constituye la vida ordinaria. Presumir la existencia de "otro mundo" con el cual se logra el contacto al alcanzar la iluminación es contrario al espíritu del zen. Llamarlo "un estado" significaría atribuirle una concepción mental, negando su conocimiento más allá de la mente o "no-mente".
En el zen
se equipara prajñá con la mente
búdica, pues se considera que señala la iluminación del Buda, y también se
equipara al vacío: vacío respecto de las limitaciones del cuerpo y de la
mente. Es el conocer que conoce el conocer (es decir, sujeto, predicado y
objeto, en que todos son lo mismo ).
Del mismo modo que los animales -según se
presume- tienen una mente sin saberlo o sin decirse a sí mismos "yo
tengo una mente", la mayoría de los seres humanos poseen una conciencia
(prajñá), sin conocerla como tal. La mente no puede conocerla.
La palabra prajñá se compone de dos partes:
pra y jñá.
Jñá
es una raíz verbal
sánscrita que quiere decir "conocer" y pra significa "ir hacia
adelante". Por consiguiente, ahora el caballero está parado con su
armadura, plenamente equipado. Luego viene el sanjñá. El prefijo san quiere decir unión, qué implica por lo
menos una dualidad. En consecuencia, sanjñá es un conocimiento de algo. Ahora el caballero está en discusión con un enemigo.
Esta distinción entre prajñá y sanjñá merece
una cuidadosa atención. La gran confusión se ha originado debido a que el Buda, en la enseñanza de
las doce nidanas (causas sucesivas, ver nota 22), concede a vijñana
el tercer lugar en una lista de los acontecimientos sucesivos de una vida,
y este concepto se
conoce a veces simplemente como
"conciencia", en lugar de "conciencia de", implicando
algo externo. En el primer lugar de la lista de causas se encuentra la
ignorancia; en el segundo, el resurgimiento de residuos y tendencias del pasado
(samskaras); en el tercero, el vijñá y así sucesivamente. Por
supuesto, prajñá es anterior a toda
lista y la precede. En este tema y en todos los demás el zenista se preocupa de no confundir prajñá con vijñá o sanjñá o con
cualquier otro concepto.
En las escrituras hindúes, prajñá se emplea en el sentido de
sabiduría o penetración de alguien que (por decirlo así) tiene continuamente
la vista fija en el "amo del cuerpo", en medio de los embates de la
vida. Así ocurre en el Bhagavad Gita, donde
constituye el tema de la enseñanza del capítulo 2. Aparece de nuevo en el Dhammapada, donde el Buda afirma
-sobre el monje-
que sin prajñá no existe una (verdadera) meditación y que sin ella no hay prajñá.
Es la palabra más importante de todo el
vocabulario zen. Contiene y abarca
la iluminación (sambodhi), el más
allá (para o nirvana), el vacío (sunyatá)
la naturaleza búdica, el conocimiento total. Es por cierto la perfección (paramitá). En consecuencia, antes de
la
iluminación y para mantener en línea la mente ordinaria (citta), los zenistas se permiten con frecuencia rendir culto al Prajñáparamitá y tratar con reverencia el libro o la escritura que trata este tema, con todos los elementos y las formas de adoración, como altares, guirnaldas, incienso, lámparas, banderas, vestimenta y genuflexiones. De este modo el efecto dinamizante de la emoción se mantiene asimismo a tono con la comprensión más profunda.
(4) Paramitá:
mística perfección. Para F .K., virtudes o perfecciones, requisitos o reglas
de conducta indispensables
para la vida
mística o filosófica. Las siete principales son: dana, caridad; shila, pureza; kshanti paciencia;
viraga, indiferencia al placer y al
dolor; virya, energía; dhyana, contemplación y prajñá, conocimiento.
E. W. enumera sólo seis, eliminando viraga y dice que no se deben confundir las primeras cinco con la perfección o la gran perfección (mahaparamitá) que es Prajñáparamitá. Se puede imaginar un círculo perfecto, un perro perfecto o un hombre perfecto. Sin embargo, no constituyen la "perfección". Las cinco primeras de la lista son perfecciones de la mente, incluyendo el corazón y la voluntad. La mente madura o la mente perfecta poseerá esas cinco perfecciones, y en ese momento estará preparada para la gran aventura. Arath, aunque se trata de un término que los zenistas no emplean comúnmente, significa "preparado para", "digno de", merecedor de la perfección, más allá de la perfección humana.
No obstante, la mejor explicación de este
concepto la brinda Beatrice
Lane Suzuki, en Budismo Mahaya na, ed. Fabril, Bs.As. 1961. Las paramitás -dice la última esposa de
D.T.S. - son: primero, dana, generosidad,
caridad, dádiva, materialmente en forma de limosna y dádiva espiritual o
mental también. Escribir
un libro, educar un niño, pronunciar un sermón, preparar una comida, lavar los platos, vivir la propia vida lo mejor posible, todo esto es dana, pues eso también para el bien de todos. Dana se expresa, no sólo en la liberalidad y en la dádiva de limosnas sino también en la amabilidad y la simpatía hacia los demás, frente a sus alegrías y penas. Incluye además la voluntad de dar todos los méritos adquiridos para la salvación de los demás.
La segunda paramitá
es sila, moralidad o buena
conducta, destruyendo en lo posible todas las malas pasiones, no para propio
beneficio, sino para asegurar buenos renacimientos con el propósito de salvar
a los demás. El Mahayana considera de mayor importancia la concentración de
las virtudes positivas que la abstención del mal. Para el mahayanista, la
moralidad significa
acción activa más que reprimirse pasivamente.
La
tercera paramitá es kshanti, paciencia, indulgencia. El
aspirante a la Budeidad nunca se enoja, ni se impacienta ni se excita por lo
que hacen las personas ignorantes, pues debe tener siempre presente que todas
las dificultades tienen sus causas.
La
cuarta paramitá, la energía, virya.
Para transitar por el Sendero es necesario ser enérgico y tenaz, no ceder
a la debilidad o al desaliento, no apegarse a los placeres mundanos, y
mantener firmemente las resoluciones.
La quinta paramitá
es dhyana, contemplación o
meditación. El budismo tiene muchos sistemas de meditación y el Mahayana es
especialmente rico en este campo. Cualquiera sea el método elegido, lo es con
el propósito de adquirir el conocimiento puro que nos ayudará en nuestro
sendero y nos preparará para la
realización del paratmasanata, conocimiento de la igualdad de uno mismo con su semejante; y la sustitución del vecino por uno mismo, es decir la realización del no-yo.
La sexta paramitá
es el Conocimiento o Sabiduría -prajñá-
que es la suprema virtud, aunque para alcanzarla todas las otras paramitás deben ser igualmente
practicadas. Su posesión completa es lo mismo que el Nirvana. Los seres comunes sólo pueden tratar de atisbar el total
esplendor del prajñá que refleja el
Bodhisattva.
Cuatro paramitás
se agregaron luego a las seis originales: upaya (hábiles medios o recursos); pranidhana (voto o resolución); bala (fuerza o poder) y jana
( conocimiento ). De éstas, upaya es
la más importante. Se dice al Bodhisattva
que debe utilizar todo
procedimiento o recurso posible para llevar a los seres al esclarecimiento. D. T.S., en sus Outlines of Mahayana Buddhism, Londres 1907, señala: "Upaya, que significa "procedimiento", "estratagema", "recurso" o "artesanía", tiene un sentido técnico en el budismo. Es usada en contraste con inteligencia (prajñá) y es sinónimo de amor (karuna).Dice Vimalakirti en el sutra que lleva su nombre (capítulo 8, versos 1-4): "Prajñá es la madre del Bodhisattva y upaya su padre; no hay conductor de la humanidad que no haya nacido de ellos".
Además de las seis paramitás, también hay que practicar las virtudes de cada una de
ellas. Por ejemplo, poner en práctica la generosidad de dar, la ética de dar,
la ciencia de dar, el esfuerzo de dar, la concentración de dar y la sabiduría
de dar, etc., etc. Con esta multiplicación, las perfecciones se elevan a
treinta y seis.
Por último, paramitá es la expresión literal de alcanzar la "otra
orilla", param-itá.
5) Bodhi:
iluminación; sattva: ser; sakta o satvan: héroe espiritual. F .K. recoge varias acepciones de este
término: 1) el que pretende llegar a ser un Buda; 2) seres de sabiduría; 3)
un espíritu eterno que toma por algún tiempo cuerpo humano en este mundo para
bien de los hombres; 4) un ser de grado espiritual debajo del Buda;
5) la diferencia entre el arahat y el bodhisattva está en que el primero se ocupa exclusivamente de su propia liberación individual, mientras que el último piensa en su generosidad compatible a la de los demás. Por su parte Z. agrega algunos detalles más como que el budismo Mahayana da este nombre al adepto o santo que ha llegado a la aurora del Nirvana, renunciando a entrar en él porque su inmensa compasión le ordena volver con los seres atados todavía por el dolor y obrar su propia salvación colaborando con la del mundo entero. La carrera de un bodhisattva puede extenderse a través de muchas existencias y, durante ellas, ha de pasar por un noviciado que comprende diez estados, practicando siempre las seis virtudes clásicas. Cuando alcanza la perfección en todas estas virtudes (caridad, rectitud, paciencia, heroísmo, meditación y sabiduría), se acerca a su meta y sólo le falta renacer una última vez para entrar al Nirvana y convertirse en un Buda. El ideal del bodhisattva, de origen evidentemente popular, señala dentro del budismo histórico la entrada de una noción de gracia y el paso del plano filosófico al religioso .
Las diez etapas en la vía del bodhisattva están descriptas en el sutra Dasabhumika. Estas son:
1) Pramudita
(alegre). El bodhisattva practica
la compasión de acuerdo con la dana
paramitá: dando.
2)Vimala (puro). El bodhisattva
tiene la cualidad de amar
la palabra y las prácticas, de acuerdo con la sila, la moralidad.
3) Prabhakari
(brillante ). Medita sobre la realidad de las cosas y trata de hallar la
Ley para los seres sufrientes. Practica kshanti,
paciencia.
4) Arismati
(fuego ardiente). Aquí se exterminan las falsas ideas y pone en práctica
la energía.
5) Sudujaya. Perfección de la sabiduría y
práctica de la meditación.
6)
Abhimukta (ver frente a frente). El bodhisattva comprende el significado de la Cadena de la Causalidad.
Practica la prajñá, sabiduría.
7) Durangama
(dificultad de ir). Se reconoce y practica la sabiduría de los medios
adecuados.
8) Acala
(inamovible). El bodhisattva mora
en la condición de no haber nacido ni estar muerto, pero entra en la doctrina
del Buda, purificando su tierra. Desdeña
los méritos.
9)
Sadhumati (buena mente). Perfección de la sabi duría, prédica de la Ley. Hacer que los seres
despierten al esclarecimiento. Se ejercita el bala, poder.
10) Sentado sobre un gran loto, una inmensa
luz sale de él. Está rodeado por los Budas de las diez regiones, y entra él
mismo en el centro de la tierra del Buda.
Los poderes han sido perfeccionados y se transforma en un Tathagata ("El que ha llegado a la verdad"). Se alcanza la jñana, sabiduría suprema.
(6) Avalokitesvara -según Z.- es el bodhisattva más venerado del budismo
Mahayana. Encarnación de la piedad y la misericordia e incansable en sus
esfuerzos por salvar a los que sufren. Hijo espiritual de Amitabha ("El
Buda de la luz infinita"), su mitología ha sido desarrollada en
el Karandavyuha. En la India fue
venerado del siglo III al XII d.C.; en el Tibet ha encarnado en el Dalai Lama
y bajo el nombre de Chen-re-zi es la divinidad nacional. Los chinos adoptaron
su culto hacia el siglo VIII, haciendo de él una divinidad femenina de la
misericordia (Kuan yin), al igual que en el Japón (Kwannon).
E.W.
hace notar que ishwara significa
Señor y avalokita, observado o visto. En el Sutra del Loto, capítulo 25, se describen sus muchas
transformaciones.
7) Skandhas.
Algunas versiones traducen "elementos" o "compuestos"
en lugar de "agregados". Desde el moderno punto de vista científico -dice. D. T .S.-, el concepto de skandha parece demasiado vago e
indefinido. Pero el principio budista del análisis no deriva de un mero
interés científico; apunta a librar al ser de
la idea de una última realidad individual que se imagina existente como tal por todo el tiempo venidero. Pues cuando se adhiere a esta idea como final, se comete el error del apego, y es este apego el que esclaviza eternamente a la tiranía de las cosas externas. Zimmer enumera así los skandhas: 1) rupa: forma; comprende los cuatro elementos -tierra, agua, fuego, aire-, así como lo que nace de ellos, es decir, todos los fenómenos físicos; 2) vedana: sensaciones, percepciones sensibles, sentimientos; 3) sanjña: todas las nociones que constituyen la intelección autoconsciente; 4) samskara: predisposiciones, inclinaciones, moldes mentales; 5) vijñana: conciencia, discriminación conocimiento.
El primer skandha
es el mundo material, mientras que los cuatro restantes componen la
esfera de la mente.
Z. opta por llamar "atributo" a skandha, definiéndolo como toda cosa
finita, inaplicable a lo eterno. En el budismo, son los gérmenes de vida,
subjetiva y objetiva, de cada personalidad que después de la muerte forman la
base para una nueva reencarnación.
(8) Por liberación se entiende escapar a las
rondas de nacimientos y muertes, y alcanzar el Nirvana (ver nota 31 ).
(9) El término pali dukkha indica sufrimiento, miseria, dolor, tanto físico como
moral. Es un padecimiento en el sentido de desarmonía, una de las características
de la existencia, según lo expresan "Las Cuatro Nobles Verdades"
(ver nota 25).
En el Sermón
de Benarés, el Buda se refirió
a él así: "He aquí, oh monjes, la verdad santa sobre el dolor: el
nacimiento es dolor, la vejez es dolor, la enfermedad es dolor, la muerte es
dolor, la unión con aquello que no se ama es dolor, la separación de lo que
se ama es dolor, no alcanzar su deseo es dolor; en resumen, las cinco
especies de objetos que atan son dolor. He aquí, oh monjes, la verdad santa
sobre el origen del dolor: es la sed que lleva de resurrección en
resurrección, acompañada de placer y de codicia, que encuentra aquí y allá su
placer; la sed de placer, la sed de existencia, la sed de cambio. He aquí, oh
monjes, la verdad santa sobre la supresión del dolor: la extinción de esta
sed por el completo aniquilamiento del deseo, proscribiendo el deseo,
renunciando a él, librándose de él, dejándole sitio. He aquí, oh monjes, la
verdad santa sobre el camino que lleva a la supresión del dolor: es el camino
sagrado, con ocho brazos, que se llaman fe
pura, voluntad pura, lenguaje puro, acción pura, medios de existencia puros, dedicación pura, memoria pura, meditación pura."
Se aprecia lo amplio que es el
concepto de sufrimiento: nacimiento, muerte, vejez, enfermedad, asociación
con personas y condiciones desagradables o separación de las agradables. Pero
como tanto lo agradable como lo desagradable no son permanentes, también el
cambio produce dolor, sufrimiento e infelicidad.
Por lo tanto el cambio es otro importante factor, en vista de que los seres no se resignan a aceptar la impermanencia de las cosas, del mundo.
Sariputra (10) -dijo- (11
), la
forma (12) no difiere del vacío (13),
ni éste de aquella. La forma es idéntica (14) al vacío; el vacío es idéntico
a la forma.
(10) Sariputra. Sari = pájaro de mirada brillante y aguda. Fue uno de los
discípulos más sabios del Buda.
(11) En
la versión de Q., tomada de los Sacred
Books of the East, tomo 49, recopilados por
Max Müller, es el mismo Avalokitesvara
-Q. lo llama Aryavalokitesvara; arya: Santo-
quien emite el sermón. En cambio D.T .S. afirma que el bodhisattva es el estudiante y el Buda lo pone como ejemplo de
dedicación al estudio del prajñá, medio
para la realización de la iluminación. Si Avalokitesvara pudo liberarse
mediante la puesta en práctica del
prajñá paramitá, es que todos están capacitados para hacer lo mismo.
(12) La forma es la apariencia (laksana) del cuerpo humano, a la cual
se aferran los seres como una posesión, originando así el concepto de ego y
su efecto, el egoísmo. Si se destruye esta creencia errónea, desaparece
también la idea de nacimiento y muerte.
(13) Vacío (sunya)
o vaciedad (sunyata) -anota D.
T.S.- es una de las más importantes nociones de la filosofía Mahayana y, al
mismo tiempo, la más desconcertante para que la comprendan los lectores no
budistas. Vacío no significa "relatividad" ni
"fenomenalidad" ni "nada", sino más bien el Absoluto, o
algo de naturaleza trascendental, aunque esta versión también desorienta.
Cuando los budistas declaran que todas las cosas son vacío, no abogan por un criterio nihilista; por el contrario, se sugiere una realidad última, que no puede clasificarse en las categorías de la lógica. En ellos, proclamar la condicionalidad de las cosas es señalar la existencia de algo por completo incondicionado y trascendente de toda determinación. Sunyata puede a menudo traducirse más apropiadamente como el Absoluto. Cuando el sutra dice que los cinco skandhas tienen el carácter del vacío, o que en el vacío no hay creación ni destrucción, ni mácula ni ausencia de mácula, etc., el sentido es: al Absoluto no han de atribuirse cualidades limitativas; si bien es inmanente en todos los objetos concretos y particulares, en sí no es definible. Por ende, la negación universal en la filosofía del Prajñá es un resultado inevitable.
(14) El Buda semejó el vacío a un gran espejo;
todas las formas se reflejan, pero no pueden separarse de él. Por eso son idénticas. Comprendiendo esta
identidad, se pierde la avidez por buscar y poseer los objetos de los
sentidos, es decir las cosas para ver, oler, tocar, gustar, oír. Tampoco el
ser se preocuparía por alcanzar en la
iluminación una ganancia para sí mismo, ya que un corazón (mente) desapegado -como el de un bodhisattva- renuncia a cualquier adquisición en favor de todos los seres que aún no se han liberado.
Vacías son también la recepción
(15), la concepción (16), el pensamiento (17) y la consciencia. (18)
(15) Vedana:
sentimiento, sensaciones, facultad de sentir, comprensión espiritual.
(16) Sanjñá:
distinción de percepciones o representaciones
psíquicas (F.K.)
(17)
Samskara: 1) las fuerzas activas o
principios; 2) la for ma
kármica (ver nota 28) o la
individualidad en un pasado;
3) formaciones mentales fijas, a saber, impresiones de viejos hábitos o
experiencias acumuladas en las zonas subconscientes.
(18) Según D. T .S., manovijnana, mente, es el órgano sensorio para la aprehensión de
los objetos del pensamiento.
E. W. define vijñana como el percibir con conocimiento mental. Difiere de prajñá, que es una "visión " sin conocimiento mental, más allá tanto de los sentidos como de la mente. En cuanto a mente, en el zen esta palabra se emplea en diversos sentidos. Existe la mente búdica, que no consiste en el pensar y en los pensamientos. La mente ordinaria es objetiva, incluso cuando es abstracta, pues se la ve en su interior, lo cual implica una dualidad de observador y observado. Mirar en la propia mente es muy similar a mirar un espejo. No ocurre lo mismo con la mente búdica; en ese caso se posee una conciencia pura que conoce la conciencia pura (prajñá, no vijñá). La mente búdica está siempre presente y se conoce siempre, pero no por el pensamiento y menos aún por el deseo.
Definida como intelecto, en el zen la mente
debe ser trascendida. O tal vez sería más exacto decir que debe ser dejada de
lado. No se debe confundir conocer con pensar. Aun en el uso de los sentidos
no hay meditación ni proceso mental; por ejemplo, al ver algo rojo hay
conocer pero no pensar. De ese modo, aunque el zenista haga de lado pensar
acerca de algo, sigue proponiéndose conocerlo. Incluso entonces el conocedor
no puede transmitir su conocimiento tal como es, del mismo modo que aquel que
ve el color rojo no puede transmitir su conocimiento de éste a alguien que no
lo haya visto nunca.
Según el filósofo budista Asanga (siglo IV ó V
d.C.), el conocimiento intelectivo no es suficiente para explicar el proceso
de la conciencia, dado que funciona sólo en el estado despierto.
Con respecto a estos cuatro términos,
existen distintas versiones; D. T.S. enumera "sensación, pensamiento,
confección y conciencia"; Zimmer, "forma, sensaciones, nociones, propensiones mentales"; Q., "percepción, nombre, concepción,
conocimiento".
Sariputra, el vacío de todas las
cosas no es creado ni aniquilado (19), no es impuro ni puro, no crece ni
decrece (20).
(19) Aniquilación -ucchedadarsana-: creencia según la cual
la muerte tennina con la Vida.
(20) El Tao
Te Ching, de Lao Tse, señala que las cosas existen merced a las que se le oponen o
complementan, que a su vez no son más que distintos aspectos temporales o
espaciales de la misma realidad: el
equilibrio yin-yang. También es
factible demostrar la relatividad de los opuestos: quítese lo alto y ya no
tendrá sentido lo bajo. D.C. Lau dice que al
abolir el temor a la muerte, se le pierde el temor a la vida, y viceversa. En general, lo que se debe abolir
es la discriminación entre los opuestos. Otra sugerencia es la de los puntos
de un anillo, donde cada uno de ellos es o bien anterior o bien posterior,
según sea la referencia que se quiera elegir .
Por lo tanto, en el vacío no hay
recepción, concepción, pensamiento ni consciencia; no hay ojo, oído, nariz,
lengua,
cuerpo ni mente; no hay forma, sonido, olor, gusto, tacto ni idea; no existen las dieciocho categorías sensoriales (21 ), desde el reino de la visión hasta la facultad; no están los doce eslabones de la cadena de la causalidad (22), desde la ignorancia(23) hasta su cese y desde la vejez y la muerte (24) hasta su fin; no existen "Las cuatro nobles verdades" (25), como tampoco existen la sabiduría(26) ni el logro(27).
(21) Dieciocho dhatus: los seis órganos de los sentidos (indriyas); sus objetos y cualidades (vishaya) y sus percepciones (conciencias, vijñana ) .
(22) Nidana,
cadena de doce causas en el curso de una vida,
enseñada por el Buda y registrada en el Mahavagga. Todo el ciclo existencial es el siguiente: 1) ignorancia (avidya), que es el despertar de todo el proceso; 2) la activación de los hábitos que moldean (samskara); 3) el reconocimiento de los objetos (vijñana); 4) el establecimiento de los nombres y las formas (namarupa); 5) el despertar de los seis órdenes de los sentidos (sadayatana); 6) el contacto con las cosas (sparsa); 7) los
sentimientos de placer o dolor ocasionados por
estos
(vedana);
8) el deseo de
disfrutar (trisná);9) el apego y
la actividad (upadana); 10) el nacimiento (bhava); 11) el estado y la clase de cuerpo (jati); 12) la vejez (jara) y la muerte (marana). (E.W.)
El desarrollo de esta cadena abarca las dos
primeras Nobles Verdades; la cesación del ciclo está prevista en las dos
últimas.
(23) Avidya:
1) ignorancia, nesciencia, el falso saber; 2) cau-
sa de percibir una multiplicidad de cosas, existiendo realmente la unidad entre Brahma, el alma y el mundo (sistema brahmánico); 3) en el budismo se enseña que por el no saber -ignorancia- de la verdad, se producen samskaras = fuerzas causantes de karma (ver nota 28) que causan el vijñana, una conciencia nuclear de un ser
particular , lo que produce namarupa, o sea nombre y forma
corporal, la individualidad de un ser
espiritual-corporal. Esta individualidad causa los sentidos, estos el
contacto, éste el sentimiento que produce la sed y el anhelo a la vida, lo
que es a su vez el factor kármico como presupuesto de una nueva existencia, y
de eso viene un nuevo nacimiento y al fin la muerte. Para los dualistas, la ignorancia consiste en no saber distinguir entre el espíritu y la materia y para los teístas es la falta del conocimiento de Dios.
(24) Jara = vejez, decadencia; marana = muerte.
(25) Las "Cuatro Nobles
Verdades" son:
1) Dukkha: el sufrimiento es un atributo
de la existencia.
2) Samudaya:
el sufrimiento es causado por el deseo.
3) Nirodha: la extinción del deseo -hace cesar el sufrimiento.
4) Marga:
la "Octuple Noble Vía" -Ariya
Attangika Marga- es el sendero que lleva a la extinción del deseo. Sus
ocho factores son:
1) Samma
ditthi: rectas opiniones.
2) Samma
sankappa: rectas intenciones (o pensamientos).
3) Samma
vaca: rectas palabras.
4) Samma
kammanta: recta conducta.
5) Samma
avija: rectos medios de vida.
6) Samma
vayama: recto esfuerzo.
7) Samma
sati:' recta atención.
8) Samma
samadhi: recta concentración.
(26) Por supuesto esta sabiduría no es el prajñá iluminativo sino el
conocimiento racional, separativo.
(27) El logro (prápti: alcanzar; labdhi: conseguir)
significa ser consciente de estar apegado a una comprensión que es el
resultado del razonamiento relativo. Como no hay logro de esta naturaleza
-afirma D.T.S.-, la mente está enteramente libre de toda obstrucción, es
decir, de errores y confusiones que surgen de la intelectualización, y
asimismo de las obstrucciones que se arraigan
en nuestra consciencia volitiva y afectiva, tales como miedos y preocupaciones, dichas y pesares, abandonos e infatuaciones. Cuando se realiza esto, se alcanza el Nirvana.
Porque gracias al desapego (28), los Bodhisattvas que se apoyan
en el Prajñá Paramitá, carecen de obstáculos (29) en sus corazones; en
consecuencia, no temen(30), se hallan
liberados
de los antagonismos y las ilusiones, y alcanzan el
Nirvana. (31)
(28) El Tao
Te Ching dice que no apegarse es "Hacer las cosas sin hacerse cosa
con las cosas"- Karma y mente
son recíprocas causas y efectos, creando un ininterrumpido giro de la rueda
que, a través del pasado, el presente y el futuro, produce el apego a la
vida, con
sus cuatro cambios: nacimiento, crecimiento, enfermedad (o vejez) y muerte.
Y aquí se impone tratar en extenso el concepto
de karma, otro de los pilares de la
filosofía oriental. F.K. se explaya de esta forma en torno a él: 1) Nociones generales: acción, actividad,
obra, el aparecer fenoménico del acto; 2) como movimiento mecánico: a) es una
de las categorías en el Nyaya y el Vaisbesbika (dos
escuelas filosóficas); b) incluye la hipótesis de la existencia de otros numerables mundos (para expresar así una adecuada retribución de las obras buenas y malas para la que, se cree, no baste este mundo); c) como fuerza que resulta de las accione, en el pasado y en existencias anteriores; d) en el budismo (también lamaístico) es sólo el karma el que sobrevive y acciona, es el nudo alrededor del cual se agrupan los factores (dharmas) de la nueva existencia, dado que no existe una conciencia propiamente dicha que se radicaría en un alma substancial que tampoco existe; 3) como causalidad retribuidora: en cada pensador hindú está radicada la idea de que el orden cósmico es simultáneamente un orden moral en el cual todo hecho, palabra y pensamiento, debe encontrar una retribución condigna, la que supone una causalidad adecuada que funciona automáticamente como una ley cósmico-moral. La extinción de una culpa supone generalmente la insuficiencia de una sola vida o existencia; consideran esta ley en su actualidad pero no retrógradamente, es decir , no explican la culpa contratada en la primera existencia en sentido estrictamente numérico y así admiten que toda existencia actual no es más que el fruto o la existencia de una vida anterior cuyos frutos buenos y malos deben ser consumados. Esta consideración no distingue por lo tanto entre los hombres, dioses y animales; todos están sometidos a la misma ley. En el budismo se define el nuevo ser no idéntico con aquel cuyo cuerpo se descompone, sino que es simplemente una reagrupación de dharmas de una vida pasada que deben ser consumados. La causa de esta larga cadena de dolorosas existencias es el trishna, la sed hacia la vida que produce siempre más y más nuevos efectos como causas de nuevas vidas. Si el alma no se destruye en el Nirvana, entonces aparece la fatal explicación del sufrimiento como resultante de los pecados en vidas anteriores. Pero a través de la bondad, se puede apagar la triste causalidad de la ley kármica. Z. puntualiza que en el hinduismo y el budismo es la teoría según la cual toda acción tiene una fuerza dinámica que se expresa en las existencias sucesivas en el transcurso del tiempo. El jainismo emplea este término para designar el lazo que une al alma con su cuerpo material. Para la Teosofía, es acción, causalidad, ley de retribución, causa y efecto, acción y reacción o caución ética. Hay karma de mérito y karma de demérito. Esta leyes absoluta, infalible y eterna en el mundo de la manifestación. El hombre imagina y crea las causas y karma ajusta los efectos para restablecer el equilibrio. Todo acontecimiento siempre ocurre como consecuencia de otro anterior, pues existe estrecha relación entre lo que ha pasado y lo que sucederá. Se considera la existencia de tres clases de karma: el acumulado, que consiste en las acciones pasadas pendientes de retribución; el maduro, que constituye el destino del ser humano en cada una de sus vidas; y el incipiente, que consiste en las acciones que son sembradas y cuyos frutos serán recogidos en el futuro. La acción del karma se extiende a todos los planos de la conciencia y obra, tanto en lo físico como en lo moral,- mental y espiritual. Bibliografía: Annie Besant: Karma; Rudolf Steiner: Las manifestaciones del karma. Ed. Glem, Bs.As.1958.
(29) Mientras se alberguen sentimientos y
pensamientos discriminativos, el "corazón" y los objetos se
encadenarán
unos a otros y no podrán desapegarse, lo cual llena de obstáculos el camino hacia la liberación. Max Müller usa -para su versión inglesa- "envoltura " en lugar de "obstáculo"; en el fondo, significa también un impedimento.
(30) Todos los temores son -en mayor o menor
medida-
consecuencia del temor a la muerte. Mientras exista este temor, no puede alcanzarse el Nirvana, porque para llegar a "la otra orilla" hay que estar más allá del nacimiento y de la muerte.
(31) No
podría comprenderse el budismo sin tener en claro
el concepto del Nirvana. F.K. lo interpreta así: extinción espiritual del yo individual separado; el apagarse completo del individuo; la substancia original de la que habríase formado el mundo. Para comprobar que significa extinción completa se cita el versículo 126 del Dhammapada: "'Unos renacen como hombres, otros como malfactores en el infierno. Los que han seguido la vía buena van al cielo; pero los arhats se extinguen por completo."
El Nirvana
brahmánico es un perderse en el seno universal del Dios del alma o en la
disolución de los elementos del mundo. Etimológicamente significa: estar sin
deseo o apagarse (subentendido para las cosas de este mundo) ; así interpretado
se pensó que el apagarse de la existencia en la nada, constituía el ideal
budista de la existencia. No obstante, Max Müller no encuentra que Nirvana sea sinónimo de destrucción.
Rhys Davids
lo interpreta como un estado tranquilo, sin pecados; es decir, "santidad", que en el sentido búdico es perfección en la paz, bondad y sabiduría.
Los textos budistas dicen que el Buda
consiguió el Nirvana después de su
gran lucha espiritual y no después de su muerte. La escuela Hinayana sostiene
que es una verdad que se manifiesta cuando las pasiones han sido domadas,
dando lugar a una gran paz y tranquilidad del alma.
H. Von Glasenapp nota que el Nirvana no debe interpretarse como una
oposición entre el ser y no ser, sino que son dos aspectos
diferentes del vacío o vaciedad. Un texto siamés dice: "El Nirvana no es un lugar sino una manera de encontrarse (de ser)".
Z. dice que Nirvana, en sánscrito; Nibbana,
en pali, transcribe literalmente "extinción", no implicando
aniquilación de la individualidad. En el budismo la meta final de la vida
humana: la extinción del karma, la
llegada a un estado de perfecta beatitud que no puede ser descripto, el final
del largo ciclo de existencias
y de la ignorancia, los esfuerzos y el dolor. La teoría de que Nirvana significa la extinción del individuo, según Rhys Davids, nunca fue derivada de los textos y su verdadero sentido es "la extinción del anhelo en esta vida". La escuela Hinayana lo define como la extinción de la ilusión, emancipación, permanencia, bienaventuranza y pureza. Sólo los arhats pueden alcanzarlo. El Mahayana, por su parte, se inclina por señalar que es la adquisición de la verdad, el estado en el que el ser es capaz de ver a través de los velos la realidad tal cual es. Puede ser alcanzado por todos. Para ]a Teosofía, es la reabsorción de la fuerza universal, la eterna felicidad y descanso, sin significar desvanecimiento, extinción o aniquilamiento total. No es una región, sino un estado, ni efecto ni causa; un siempre presente eterno es, no teniendo por lo tanto relación directa con la acción sujeta a karma.
Nirvana
da la Liberación
Infinita, Anupadhisesha: muerte sin que le siga otra vida.
Todos los Budas (32) del pasado, del
presente y del futuro (33) han obtenido la vision completa (34) y la
Iluminación perfecta (35) apoyándose en el Prajñá Paramitá, que contienen la
fórmula sobrenatural (36), la gran luz jamás igualada, la que verdaderamente
puede borrar todo el sufrimiento de esta orilla.
(32) Buda, de la raíz sánscrita budh: saber, conocer, percibir,
despertar. Se trata de una condición, un estado, una etapa espiritual de
trascendencia de la ilusión, de alcance del conocimiento liberador, de
iluminación. Con el transcurrir -más que nada en Occidente- este adjetivo se
transformó en un nombre propio para designar al príncipe Siddharta Gautama,
pero antes que él han existido otros Budas, que también son venerados
en el panteón oriental.
(33) Indica no sólo la pluralidad de Budas
sino también su existencia a través de todos los tiempos.
(34) Que ve todas las cosas. Yoka Daishi -Yung-chia T'a-shih, en chino, también conocido como
Gengaku (Hsuan-chiao)- , fue
uno de los principales discípulos
de Hui-neng. Murió en el año 713, dejando una cantidad de obras breves sobre
filosofía zen, entre ellas el "Canto
de la Iluminación". En él
dice: "la quíntuple
visión ocular se purifica y el quíntuple poder
se gana".
La
quíntuple visión ocular -cakshus- se
divide en :
1) física; 2) celestial; 3) ojo de la
Sabiduría; 4) ojo de Dharma; y 5)
ojo de Buda. El quíntuple poder -bala- consiste
en: 1) fe; 2) energía; 3) memoria; 4) meditación; y 5) Sabiduría.
Acerca de la quíntuple visión, Daisaku Ikeda,
en Escoge la vida, ed. Emecé, Bs.
As. 1980, explica: "El budismo emplea la metáfora de cinco clases de
ojos para representar las maneras de mirar las cosas: el ojo del hombre, el
ojo del cielo, el ojo del saber, el ojo de
la Ley y el ojo del Buda. El ojo del hombre es el que realiza la normal observación física y cobra las respectivas percepciones. El ojo del cielo indica una visión más aguda de los delicados cambios del espíritu humano. El ojo de la ciencia está incorporado al ojo del saber, pues este último representa la facultad cognoscitiva de derramar sobre los objetos la luz de la razón, de abstraer los objetos y de descubrir en ellos leyes universales. El ojo de la Ley .y el ojo de Buda son la facultad de penetrar la verdad de la vida más profundamente que con los ojos anteriores y desde un punto de vista más humanista que el que permite el ojo del saber. El ojo de la Ley es la capacidad de ver todas las cosas tales como realmente son. Este ojo se desarrolla puliendo uno su propia vida -en el budismo la palabra pulir empleada en este contexto denota hacer surgir de las profundidades de la vida un sentimiento de compasión- y empleando esa vida pulida como un espejo en el que pueden verse todas las cosas. El ojo de Buda significa la facultad de penetración que distingue la energía pulsante de la vida y todos los aspectos del universo, que permite incorporarlos en uno mismo y que permite usar esa fuerza vital re activada para percibir las realidades de la vida, de la sociedad y del universo.
El concepto budista de los cinco ojos enseña
la manera de despertar y aumentar la facultad del saber, que está más allá de
la razón y los sentidos, el saber contenido en la parte más íntima y
recóndita de la vida. Sólo cultivando y activando el ojo de la Ley y el ojo
de Buda es posible trascender las fundamentales
limitaciones del pensamiento científico (como una función del ojo del saber) y hacer que la ciencia emita una luz de la razón aún más brillante". O como dice Daishi en su Canto: "Cuando se tiene una comprensión que está más allá de la medición intelectual, no hay dificultad en reconocer imágenes en el espejo. ¿Pero quien puede retener a la luna reflejada en el agua? ".
A su vez, la escuela Mimansaka (analistas o ritualistas ) -seguidores de Jaimini-
aseguran que no existe la omnisciencia porque los objetos del conocimiento
son ilimitados.
(35) Anubodhi,
abreviatura de Anuttara samyak
sambodhi.
Anuttara: la Suprema Potencia divina; sumyak: contener; sambodhi: introspección, sabiduría, inteligencia, despertar. El conjunto podría definirse como "omnisciencia".
(36) Mantra
o dharani. Para F .K.
significa: 1) juicio, sentencia, plegaria, palabra mágica; 2) combinación de
palabras o sonidos con un significado y potencia espirituales; 3) combinación
de triángulos mandálicos. La recitación de mantras es considerada apta para alcanzar la salvación en cuanto
que despliegan fuerzas divinas si son correctamente entonadas.
H.S. dice que el mantra es como un néctar para obtener la inmortalidad. A los
efectos del sutra significa borrar
todo el sufrimiento causado por la incesante cadena de reencarnaciones.
El mantra
puede funcionar como un encantamiento de alquimia, facilitando la
transmutación que a su tiempo produce, por sí misma, el oro de la
Iluminación.
He aquí la fórmula: "Gate,
gate, paragate, parasamgate,
Bodhi, Svahá."(37)
(37) Casi todas las versiones del sutra concluyen con esta frase en
sánscrito. Los traductores han dejado esto así como un encantamiento, y su
significado sería: "La sabiduría ida, ida, ida a la otra orilla, ida más
allá de ella. Svahá."
Como "esta orilla" y "la otra
orilla " son dos extremos, este par es también superado al decir
"ida más allá de ella", lo cual responde exactamente a la condición
de absoluto del Prajñá.
E.W. aclara más esta frase: gate está relacionado con algo o con
alguien que "ha pasado"; para
significa "otro" o "más allá". El prefijo san agregado a gate significa un factor de unificación: "pasado a una unión
con el más allá". Aquí bodhi (sabiduría
o conocimiento perfecto) asume el papel del Prajñá-paramitá. Svahá es una palabra empleada al final de una
ofrenda, algo
parecido a "¡así sea!", "¡amén!" u "¡om! ". Svahá se emplea al final de muchos mantras de la antigua India. Se explica en el Upanishad Gopalatapani que significa "el poder por el cual el mundo sigue evolucionando", de tal manera que su utilización en el mantra se toma como un asentimiento y unión en el empleo de su poder .
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